Patrimonio Religioso, Civil y Documental

En la gran mayoría de los municipios riojanos, el patrimonio cultural se circunscribe, casi exclusivamente, al patrimonio religioso. Nuestra localidad no en una excepción siendo la iglesia y la ermita, además de algún que otro edificio de titularidad privada, las construcciones que se destacan sobre las demás.

LA IGLESIA PARROQUIAL DE SAN VICENTE MÁRTIR

 

Panorámica del interior de la iglesia

 

La iglesia parroquial de San Vicente parece comenzada a construir en la primera mitad de XVI terminándose la nave a finales de ese siglo o comienzos del siguiente. Se trata de un edificio de sillería, mampostería y ladrillo de una nave de tres tramos crucero y cabecera ochavada en tres paños cubierta con crucería estrellada con combados curvos  y terceletes sobre arcos de medio punto y pilares redondos adosados, y ménsulas. Los brazos del crucero se cubren con cañón.  A los pies hay un coro alto sobre crucería estrellada. En el primer tramo se abren dos capillas barrocas a ambos lados. En el segundo tramo se abre, al norte, la capillabarroca  de en honor a la Virgen de El Pilar construida en el siglo XVIII. La sacristía se sitúa al norte del crucero. La torre se sitúa a los pies, orientada asimismo al norte y con tres tramos de sillería. Ambas son obra del XVII-XVIII.

La iglesia parroquial de Galilea, al igual que  las otras ocho iglesias del resto de los pueblos que conforman el Valle de Ocón, datan de los siglos XVI y XVII tanto en lo que se refiere a las obras de construcción de nueva planta como a las posteriores y sustanciales reformas que sufrieron en gran parte de la fábrica. La mayoría de estas iglesias, se construyen a lo largo del siglo XVI. La nuestra parece comenzada en la primera mitad de este siglo terminándose la nave a finales de siglo o comienzos del siguiente. Coincide esta construcción con la expansión económica que entonces se observa en en los municipios del Valle de Ocón.  Sus constructores, entre los que destacan nombres como los de Francisco de Odriozola, Juan de Olate, Juan de Maesabel, Domingo de Urcarayn, pero sobre todos, las familias Juaristi y Alzaga son canteros vascos que difunden por todo el Valle una tipología relacionada con modelos constructivos anteriores.

Todos estos maestros vascos, a excepción de Juan de Alzaga, se instalarán en La Rioja alejándose de sus lugares de procedencia, de manera que vemos a Juan de Juaristi I residir en Logroño hacia 1584; Juan de Juaristi II, hijo del anterior, aparece en 1595 como vecino de Préjano y en 1609 de Arnedo, lugar donde moriría en 1625. Una hija de Juan  Juaristi I, María, reside en 1613 en La Villa de Ocón y tras ese año, al morir su marido, se traslada a vivir a Arnedo. En el mismo lugar vivió Gracia, hermana de los anteriores. A diferencia de los canteros santanderinos o «montañeses» que mantienen sus casas y posesiones en su tierra natal, trasladándose a Castilla a trabajar entre marzo y el invierno, los canteros vascos, al no poseer en sus tierras de origen bienes raíces, ya que estos habían pasado al heredero único, adoptaron la vecindad de los lugares donde trabajaron, como así  ocurrió en el Valle de Ocón.

Pasillo central de la iglesia

Gran parte de las fábricas que se construyen en nuestro Valle durante la segunda mitad del siglo XVI, tuvieron como principales artífices a miembros de las familias Juaristi y Alzaga, que en muchas ocasiones colaboraron en las mismas obras ya que aparte de la relación familiar que les unía  por el matrimonio entre Martín de Alzaga y María de Juaristi, debió existir entre ellos algún tipo de relación laboral constatada por las numerosas cesiones y traspasos de obras que realizan. Aunque es de suponer que también intervinieran en la iglesia de Galilea, es en las iglesias de Santa Lucía, El Redal, La Villa de Ocón y Los Molinos, donde está perfectamente documentada la presencia de estos canteros.

Tras las obras realizadas por el maestro Domingo de Urcarayn, la fábrica de la iglesia de Santa Lucía quedará en manos de Juan de Maesabel. En 1572 este maestro la cederá a Juan de Juaristi I que trabajará en ella en compañía  de su hermano Martín, hasta 1584, y en solitario hasta 1587, año en que deja la fábrica a Juan de Alzaga. Coincidiendo con este trabajo en la iglesia de Santa Lucía, Juan de Juaristi se hará cargo de la construcción de la capilla mayor de la iglesia de El Redal donde trabajará desde el año 1584 hasta el de 1591, año de su muerte. Posteriormente se haría cargo de las obras su hijo Juan de Juaristi II.  La tercera iglesia donde trabajaron estos canteros fue en la de San Miguel de La Villa de Ocón en concreto en la construcción de la capilla del coro de la misma.

El 7 de mayo de 1621 vemos  cómo Juan Juaristi II sale fiador de «Lamberto Caxues, bordador de naçión françes», residente en Arnedo en una demanda que le había puesto la iglesia de Santo Tomás de esa ciudad sobre el aderezo de una casulla y dalmática, por las diferencias que ellos tenían en el precio. Lamberto Caxues para responder del fiador, hipoteca la cantidad de dinero que le debía la Iglesia de Galilea de los bordados que había hecho para ella y además deja en prenda una casulla bordada en Corera.

Todas estas iglesias son de una traza similar. Son iglesias de una sola nave, con capillas entre los contrafuertes, soportes de sección circular adosados al muro, arcos apuntados y bóveda de crucería estrellada. Este modelo se mantendrá hasta las primeras décadas del siglo XVII. A partir de la segunda mitad del siglo XVII se observa un cambio en las fábricas introducido por maestros como los Raón, de origen lorenés, o los numerosos maestros navarros que trabajan en esta zona del Valle a finales del siglo XVII y durante el XVIII. Esta transformación está representada en nuestra iglesia en la modificación y reparación de la fábrica efectuada en el siglo XVIII cuando por la mala calidad de la piedra de sillería empleada en su construcción explica alguna de las intervenciones sufridas a mediados del siglo XVIII, como así lo atestigua el siguiente documento:

 

   “Certifico yo Mateo Ibarrola, maestro de obras de cantería, vecino de la villa de Arcinega, y residente en la de Zorzano que habiendo sido llamado para el reconocimiento de una quiebra que padece la iglesia del lugar de Galilea según está mandado por auto de visita, y habiendo visto y reconocido la dicha quiebra, la hallo que necesita de compostura y repasarla, que de lo contrario se seguirá grave perjuicio a la fábrica y que el coste que tendrá a dicho repaso llegará a la cantidad de doce mil maravedíes que es el juicio que hago.

Firmado en Galilea el 9 de octubre de 1764.»

 

En el día 17 del mismo mes y año se emite otro informe sobre el preocupante estado de la fábrica de la iglesia, de este tenor:

 

Escalinata altar mayor

«De orden de don Pedro Marín cura y beneficiado de esta iglesia, vine a reconocer una quiebra que ha hecho dicha iglesia en los dos ochos del Altar Mayor y en el lado de la epístola y habiendo registrado con todo cuidado y visto la causa del quebranto digo que no las fachadas ni los estribos tienen desplome alguno y así la causa proviene de haberse gastado las piedras sillares del suelo hasta la primera piedra, por ser de mal grano y estas por los asientos se muelen con el peso y se rebajan habiendo determinado los tres del cabildo corregir este daño, me ha parecido declarar el modo según lo que alcanzo y es como sigue:

En primer lugar, y antes de dar golpe, se apearán los tres estribos que han padecido el daño con tres maderas buenas que reciban dichos estribos a la mitad de su altura apartados dieciocho pies (cinco metros y medio) de los cimientos y porque el uno de los estribos no se puede apear con los 18 pies de distancia por impedirlo una tapia. Esta se romperá y se podrá asegurar el apeo a dicha distancia. Hecha esta diligencia se sigue romper el cimiento.

Es condición que el maestro debe romper la pared de las espaldas del Altar Mayor por la reja abriendo una ventana y pase de parte a parte de la pared y por esa ventana se entrará una madera, por lo menos de pie y medio en cuadro, y sobre esa madera se cruzará un o dos tablones gruesos que cojan todo el grueso de la pared; y dicha madera con sus tablones se levantará hasta que reciba el peso de la pared y sus dos extremos descansarán sobre dos caballones muy fuertes y bien afianzados dentro y fuera de la iglesia.  La madera tendrá, por lo menos, 16 pies de larga (cinco metros) y labrarse a escuadra para impedir el vagueo.

Y es condición que después de bien asegurados dichos apeos se han de sacar todas las piedras que están debajo de dicho apeo hasta llegar al cimiento; y si este se conoce tener buena unión se proseguirá sobre su firmeza hasta subir de buena mampostería cinco pies y restante hasta el apeo será de buena sillería y se ha de procurar recibir la pared antigua con toda fidelidad cogiendo todo el grueso de macizo. Se ha de hacer la misma diligencia en el otro ochavo con las mismas circunstancias.»

El retablo mayor

Aunque el retablo mayor de nuestra iglesia lleva la impronta del escultor romanista Juan Fernández Vallejo, uno de los más importantes del siglo XVII, no sería, sin embargo, quien se encargara de su construcción.  Aunque trazado muy posiblemente por él, todo parece indicar que sería también él quien se adjudicó el remate para realizarlo.  No obstante, la posterior aparición en escena de dos discípulos suyos, Antonio de Zárraga y Antonio de Berganza, para rebajar sustancialmente la cantidad en que este conjunto fue contratado por Juan Fernández de Vallejo en un primer momento, acabaría enfrentando a todas las partes, hasta el punto de que este último se vería obligado a pleitear ara hacer valer sus derechos sobre dicho retablo.

La misa naturaleza de este proceso, abocado a una larga duración, sería una razón de peso para llegar a un acuerdo en firme. Así el 15 de marzo de 1596 Juan Fernández de Vallejo, que incluso había apelado a Burgos solicitando que se le diera la razón en este tema decida renunciar definitivamente en Logroño a cualquier reclamación,

 

“…por cuanto libremente le pueden acudir con los frutos de la dicha yglesia y con lo questá conzertado a los dichos Antonio de Zárraga, vecino de la villa de Arnedo y a Antonio de Berganza, vecino de la villa de Agusejo, personas en quien es rematada la dicha obra.”

 

Tras esta renuncia lo que hay que intuir es una compensación a Juan Fernández de Vallejo por los perjuicios que una actuación tan poco ortodoxa le había ocasionado. Compensación que probablemente habría que traducirla en dinero y, tal vez, en dejarle intervenir en parte del programa escultórico de esta encantadora estructura.

Por tanto, y tal y como supone el catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Deusto, José Ángel Barrio Loza, la autoría del retablo mayor de nuestra iglesia puede atribuírsele al escultor y vecino de Arnedo, Antonio de Zárraga. Hagamos un pequeño esbozo de la biografía de este importante retablista.

 

.EL RETABLO MAYOR DE LA IGLESIA DE SAN VICENTE

 

Expositor

El Retablo Mayor de la iglesia Parroquial de San Vicente de Galilea se resuelve en bancal y tres cuerpos o pisos, distribuidos en tres calles.

El banco dispone a los cuatro evangelistas (San Mateo, San Juan, San Lucas y San Marcos) en fondos en donde corre un delicado friso de triglifos,(adorno del friso dórico que tiene forma de rectángulo saliente y está surcado por tres canales) y metopas (espacio que media entre triglifo y triglifo en el friso dórico) de roseta.

En el primer y segundo cuerpos, que casi pudiera suponérseles uno sólo, van enmarcadas sus calles mediante columnas toscanas de finos entorches o retorcimientos, avanzadas.

En las cajas de estas calles se narra, en relieve, el martirio del titular, San Vicente, a saber:

  • Prendimiento del Santo
  • Martirio
  • Hallazgo de su cuerpo en el muladar
  • Lanzamiento del mismo al estercolero

En la calle mayor, de igual anchura pero mucho más alta que las demás, pues abarca los dos cuerpos anteriores, se venera al titular, en escultura exenta o descubierta.

El paso al tercer cuerpo se hace mediante cornisa horizontal sencilla, con pináculos en los extremos, por un frontón roto en volutas o figura en espiral o caracol, en la calle mayor.

El tercer piso dispone tres portadas cubiertas por frontones rotos, la central mucho más alta y elevada, sobre la que se apoyan las figuras del Calvario.  La caja central de este tercer piso muestra el descendimiento en relieve, y las laterales las imágenes sueltas de San Pedro y San Pablo. En el ático, imágenes del calvario. Los enmarques son de pilastras o columnas cuadrangulares.

Es la arquitectura de este retablo muy clásica, sobre todo en los cuerpos bajos, pero con predominio muy claro de la línea vertical.  Esta verticalidad se manifiesta, sobre todo, en la calle principal que rompe las normas del horizontalismo para aglutinar dos pisos y escaparse aún más mediante el frontón.  Acaba por ser exagerado este dominio del centro pues se duplica aún más su efecto en el último cuerpo, de tal manera que las figuras de la Virgen y de San José quedan desproporcionadamente bajas respecto del Cristo.

La escultura de esta obra es también una buena contribución al bagaje romanista riojano. Por ejemplo, el panel del cuerpo de San Vicente hallado en el estercolero.  Extramuros de la ciudad, y en un ambiente salvaje de rocas y alimañas, está tendido el cuerpo desnudo del Santo.  Bella figura de atleta, labios cerrados, mentón prominente, sombreado por cabellos cortos  rizados.  Sus brazos abandonados, exánimes, revelan la fuerza hercúlea de un héroe vencido lo mismo que la desinflada caja de su tórax y el esquema de sus piernas.

Martirio S. Vicente

En segundo plano, y con una perspectiva algo imperfecta, dado el enorme escenario del medio ambiente, figuran, asomados a la muralla, algunos curiosos. El gusto por lo anecdótico está bien plasmado por esa flor que nace entre rocas, en el cuervo y en el animal grotesco.

El martirio de San Vicente sobre cruz aspada es también magnífico y revela de nuevo la maestría del artista para la confección del desnudo. Pero donde el escultor da la medida es en el relieve del Descendimiento del ático. Cinco figuras, aparte del Señor, una de ellas femenina, forman la escena. Los ha organizado estupendamente pues a pesar de ser muchos y moverse en un medio estrecho, no se estorban en absoluto. Ha captado además, muy bien, el esfuerzo de los personajes de abajo, uno de ellos de espaldas, con la mitad del cuerpo desnudo, y otro de frente que aguantan el peso del hercúleo cuerpo del Señor, repetición por otra del de San Vicente, en el estercolero.

Este retablo de Galilea puede hallarse en la órbita de Antón de Zárraga. El Calvario es igual que el de Fuenmayor y Fitero, posee el mismo amaneramiento o falta de naturalidad las figuras de San Juan y de María.  Los medallones del Banco, tan usados por Vallejo, no son exclusiva del taller logroñés; también aparecen en Santa Eulalia de Arnedo.

Según consta en los archivos parroquiales, Pedro Beltrán Cenzano, Capitán, Regidor, Procurador Gral del Consejo de Ocón y fundador de la Cofradía del Santísimo Sacramento de Galilea con su consuegro Juan de Balmaseda y Andrés de Tejada y Laguardia hermano del Arzobispo, fue quien:

 

«Ha mandado hacer el busto de San Vicente y la imagen de San Roque, e hizo dotar, a su costa, el retablo del altar mayor.

 

ANTONIO DE ZÁRRAGA (xxxx-1620)

 

Sagrario

Escultor, en alguna ocasión imaginario y entallador, fue hijo de Fortún Pérez de Zárraga y de María López, vecinos de Forúa (Vizcaya). Se estableció en Arnedo durante el tiempo en que se tienen noticias suyas, desde 1580 hasta su muerte haciendo testamento en ella el 13 de enero de 1620 en el que manda ser enterrado en la iglesia de Santo Tomás de esta villa, en una sepultura, delante de la capilla de San Pedro. Su asentamiento en Arnedo lo confirman sus obras, las heredades que compra y vende allí, y su matrimonio.

El 4 de febrero de 1580 contrae matrimonio en Arnedo con Isabel de Arnedo. El 21 de febrero de 1586 estaba casado en segundas nupcias con María de Puelles, vecina como él de Arnedo.

Antonio de Zárraga supone la formación de un foco de escultura romanista en Arnedo que, va a ser la ciudad romanista más importante de la Rioja Baja y de la Rivera de Navarra siendo uno de los mejores escultores del momento y entre los pioneros del romanismo en La Rioja.

En Arnedo tuvo su taller. Así el 4 de agosto de 1585 toma como aprendiz a su servicio durante cuatro años, desde el día de San Miguel de 1584 obligándose a enseñarle el oficio de escultor, a mantenerle y a darle por el servicio 200 rs. para vestido y calzado, a Matías de Guitisolo. En 1588 toma como aprendiz a Juan de Orduñaga, de veinte años de edad. Por lo menos hasta el 18 de noviembre de 1592 es criado suyo.  El 18 de enero de 1595 toma a su servicio, como oficial, a Adrián Almandoz, mayor de 14 años y menor de 25, natural de Sangüesa (Navarra), durante seis años.

La mayor parte de su actividad conocida la desarrolla en La Rioja Baja, en torno al Valle del Cidacos y al Valle de Ocón, llegando hasta Fuenmayor, y en la zona de Navarra, limítrofe a La Rioja, como Fitero. Su actividad conocida es, sobre todo, en retablos e imágenes y se tienen noticias de una obra arquitectónica que traza para la sacristía de la iglesia de Santa Eulalia de Arnedo.

Su relación con Martín de Nalda, arquitecto, es estrecha, trabajando en colaboración en algunos retablos que éste tenía a su cargo, haciendo para él, en 1606, la escultura del retablo del Rosario de la iglesia parroquial de Fuenmayor. Parece ser que hacia 1615 hace el retablo mayor de Galilea ya que, como dice José Ángel Barrio Loza, el Calvario es igual al de Fuenmayor y al de Fitero, con el mismo amaneramiento en las figuras. Además los medallones del banco también aparecen en la iglesia de Santa Eulalia, de Arnedo.

El 13 de enero de 1620, cuando hace su testamento, en Arnedo, dice que estaba haciendo en su taller un retablo para la iglesia de Oteruelo, en Tierra de Ocón. Sobre Antonio de Zárraga hace un estudio Barrio Loza y analiza parte de su ora conocida, ya que algunos retablos no se los atribuye, aunque si los considera dentro de su órbita y señala las características romanistas de su estilo, tanto en la arquitectura del retablo, a veces revolucionaria, como en la escultura, considerándolo como uno de los maestros más importantes del momento.

 

ESQUEMA  Y REPRESENTACIÓN DE UN RETABLO

 

Muladar

Los Retablos, al igual que los altares, son como ofrendas que el pueblo hace de sus más íntimas creencias y expresión de sus sentimientos religiosos. Los habitantes de las zonas rurales y pueblos de España han sido y son muy apegados a las imágenes. El retablista Camporredondo no entendía la elaboración de un retablo sin la presencia de las imágenes dado que además de la función estética que representaban, producía una emoción intensa al visitante del templo. Por esta razón y antes de entrar a detallar pormenorizadamente el retablo mayor de la Iglesia de Galilea, entiendo conveniente reseñar, sucintamente, las partes más importantes de un retablo así como los oficios que intervienen en la construcción del mismo.

El retablo es una obra de pintura o escultura de tema sacro colocado sobre el altar. Frecuentemente consta de varios paneles, uno central, dedicado a la advocación principal y otros complementarios situados a los lados (calles en sentido vertical y pisos en sentido horizontal). Los situados en la parte inferior del retablo, reciben el nombre de predelas.

Situándonos frente al retablo y contemplándolo de abajo a arriba, las partes que lo componen son las siguientes:

  1. ZÓCALO.- Franja inferior que crea una superficie uniforme para que todos los basamen­tos estén en el mismo nivel.
  1. FRISO.- Franja que separa el zócalo del banco o predela.
  1. BANCO o PREDELA.- Franja situada en la base del retablo; está compartimentado en re­cuadros sobre los que se apoya el resto del retablo.
  1. CUERPO PRINCIPAL. Está dividido verticalmente en calles separadas entre sí por otras calles más estrechas llamadas calles laterales o entrecalles y horizontalmente en pisos. En los recuadros que se forman van colocadas escenas y figuras talladas, o pinturas  El número de calles, que siempre es impar, varía según la importancia del retablo.
  1. ÁTICO.- Es una prolongación de la calle central.Separando los pisos y calles se utilizan diversos elementos arquitectónicos tales como columnas o arcos que se adornan con diferentes motivos. A través de ellos se puede adivinar en qué época fue realizado el retablo y a qué estilo pertenece.

Los retablos fundamentalmente son de madera y en su ejecución intervenían diferentes artistas:

  1. ARQUITECTOS y ESCULTORES.- Diseñan y construyen la parte arquitectónica.
  2. ESCULTOR Y PINTOR.- Realizan las esculturas, relieves y cuadros que se colocaran en los diversos compartimentos.
  3. CARPINTEROS.-
  4. ENSAMBLADORES y TALLISTAS.- Ambos oficios podrían fundirse en un mismo maestro, aunque éstos cubrían de tallas el liso campo arquitectónico construido por los ensambladores cuya misión específica era la de construir una perfecta unión entre todos los ángulos y juntas del retablo.
  5. DORADORES.- Encargado de dorar el retablo y pintar las esculturas y relieves. Son el punto culminante de la elaboración de un retablo. Su valor estético, su magnificencia y suntuosidad dependían de la labor de estos hombres que con su ate conseguían ese  efecto deslumbrador y vibrante que la obra demandaba.

San Vicente

Todos ellos trabajaban en colaboración formando un taller como el de Juan Fernández Vallejo, ya citado anteriormente.

Los temas más frecuentes representados en un retablo están sacados de los evangelios como puedan ser la vida de Cristo, la Virgen y los Apóstoles y de escenas de milagros y vidas de los santos, apareciendo también, con frecuencia, las figuras de los evangelistas.  La función principal del retablo es la de enseñar a los fieles que visitan las iglesias, la vida y milagros de las figuras allí representadas por lo que los distintos episodios tienen un orden de colocación perfectamente establecido siendo de izquierda a derecha y de abajo a arriba. Además, hay unas normas fijas para ciertas partes del retablo como que en la calle principal siempre debe de aparecer la Virgen o el santo titular, y en el ático, el calvario.

En la predela suelen situarse los evangelistas, como ocurre en nuestra iglesia. Dada la dificultad de diferenciar unos evangelistas de otros se convino en diferenciarlos con signos externos que permitiera su identificación y que habrían de hacer referencia a ciertos pasajes de su vida: de esta manera a San Mateo siempre se le ve acompañado por un niño; a San Marcos de un león; a San Lucas de un toro; y a San Juan de una águila.

 

BIBLIOGRAFÍA:

Inventario artístico de Logroño y su provincia. Vol II. José Gabriel Moya Valgañón. 1975

Los retablos mayores en La Rioja.    José Manuel Ramírez

Arquitectura religiosa en La Rioja Baja. Calahorra y su entorno. 1500-1650.   Elena Calatayud Fernández. 1991

La escultura romanista en La Rioja.    José Ángel Barrio Loza

De la importancia histórica y artística del retablo Mayor de la iglesia de Galilea, da fe lo que del mismo se dice en uno de los apartados incluidos en esta sección, referida al patrimonio cultural y artístico de nuestra localidad. Por esos mismos motivos, y por otros entre los que pudieran incluirse el del sentimiento de pertenencia del mismo al pueblo de Galilea, aunque la titularidad efectiva no lo sea, es por lo que, cuando al abordar el repintado integral de la iglesia, en los primeros meses del año 2005, se comprobó, con el andamiaje montado, que su estado era, en general calamitoso, y se tomó la firme decisión de que, en el momento en el que las circunstancias así permitieran, se abordaría la restauración integral del mismo.

Ha tenido que pasar más de una década para que, nuevamente, la iniciativa municipal, y muy especialmente la de la actual titular del Ayuntamiento, considerara que, la preservación del escaso patrimonio histórico-artístico de nuestro municipio, todo él de carácter religioso, debería ser una prioridad, para traspasarlo, en las mejores condiciones posibles, a las generaciones venideras. Y la fórmula siempre es la misma. Se solicitó a la Consejería de Cultura del Gobierno de La Rioja la subvención económica, necesaria para abordar la restauración del mismo, por un importe presupuestado de 60.910 €. La parte aportada por el organismo autónomo fue de 48.173 €, repartidos en dos anualidades correspondientes a los años 2016 y 2017.   El Ayuntamiento, de los fondos municipales, concedió otra subvención de 10.737 €, susceptibles de ser recuperados a través de donativos que puedan aportar los feligreses. El obispado contribuyó con 2.000 €.

La responsabilidad de abordar un trabajo de de estas características tan especiales recayó en la empresa «Atrio, Restauración del Patrimonio», cuya responsable, Mercedes Sierra Pallarés, tuvo que enfrentarse a un enorme desafío para desmontar, catalogar, restaurar y volver a montar en su emplazamiento original, la infinidad y variedad de elementos dispares, con un resultado tan extraordinario, como pude comprobarse en la actualidad. No obstante, y como ejercicio de comparación fotográfica, se ha considerado interesante incluir en esta página sendas fotografías de varios fragmentos o pasajes del retablo restaurado, para comprobar el excelente trabajo realizado.

 

MEMORIA DE MERCEDES SIERRA PALLARÉS. TRATAMIENTO REALIZADO.

Criterios de actuación:

Toda intervención de restauración va dirigida a devolver la integridad física y material a la obra que se trata y a frenar el deterioro ocurrido a lo largo de su historia. Otro importante objetivo es recuperar la lectura y la calidad estética enturbiada por capas de polvo o barnices oxidados.

En el retablo de San Vicente una de la principales razones para intervenir era averiguar por qué las hornacinas del ático estaban vencidas hacia el centro y descartar daños en la estructura. El oscurecimiento de la capa de gomalaca impedía apreciar las policromías y los daños causados en los relieves hacían muy confusa y difícil la lectura correcta de este bien por otro lado tan interesante.

Retablo Mayor, antes.

Retablo mayor, después

Durante la intervención nos hemos basado siempre en los datos técnicos e históricos conocidos, consultando la bibliografía pertinente, pero nos ha sido imposible acceder a los libros de fábrica de la iglesia que se conservan en el archivo del seminario. Queda para el futuro profundizar en la historia de este magnífico retablo y sobre todo averiguar los motivos que se tuvieron a principios del siglo XIX para intervenir en esta estructura repintando y re-policromando y ocultando así una obra de gran calidad artística.

La decisión de eliminar los repintes en relieves e imaginería se ha tomado teniendo en cuenta la gran calidad de la policromía original del s. XVII y la poca o nula calidad de los repintes, así como la muy buena conservación de las capas subyacentes que al tener un barniz intermedio nos permitía retirar los repintes sin dañar los estratos originales. Por lo que respecta a la mazonería no había discusión posible porque no se trata de unos repintes sino de una re-policromía en toda regla con un aparejado general sobre la original raspada y perdida por lo tanto a tal efecto.

La reintegración cromática ha ido encaminada a devolver la lectura a la obra sobre todo a los relieves que narran la vida de San Vicente y a los tondos del banco que han sido los más perjudicados por la intervención humana y los que más confusión presentaban. Esta reintegración se ha hecho siempre desde el respeto al original utilizando técnicas diferenciadoras como el rigatino y materiales reversibles.

En la documentación gráfica con los mapas de daños queda reflejado el estado de conservación de cada uno de los elementos que forman el retablo en el momento de la recepción de la obra y se ha complementado con la documentación fotográfica con la que se ha seguido cada uno de los pasos dados en esta intervención.

Han sido un gran apoyo los análisis de laboratorio tomados sobre pequeñas muestras de la policromía que nos han ayudado a comprender la historia material del retablo y así poder decidir con seguridad sobre los métodos y materiales que se iban a utilizar en la restauración.

 

INSTALACIÓN DE MEDIOS AUXILIARES:

Para el trabajo sobre el retablo en el presbiterio se instaló un andamio modular homologado sobre el que se accedía a toda la estructura. La capilla del Pilar se adecuó como taller provisional forrando el suelo con lona de plástico y habilitando una zona como almacén de material y unas mesas para trabajar sobre las piezas que se iban a desmontar.

 

RECONOCIMIENTO O ESTUDIO INICIAL DE LA OBRA:

Toma de datos gráficos y fotográficos y realización de los mapas de daños.

Toma de muestras para la realización de los análisis de laboratorio.

 

LIMPIEZA SUPERFICIAL:

Aspirado de todo el retablo con aspirador y brochas de pelo suave. Extracción de los elementos metálicos no funcionales. Se ha optado por dejar en su sitio las piezas de hierro grandes que estaban muy embutidas en la madera porque era imposible sacarlas sin dañarla. Los elementos del ático desmontado se han limpiado en profundidad por el reverso con cepillos metálicos y aspirador.

 

DESMONTAJE:

El desmontaje del ático se realizó pieza a pieza siglando cada una de ellas y reflejando su localización en un mapa del retablo. Las piezas más voluminosas y pesadas se bajaron con ayuda de un tráctel y las menos pesadas con una polea. Las piezas desmontadas fueron todas las del ático y el relieve del prendimiento que estaba suelto en su caja y al que se podía acceder fácilmente desde la parte alta del entablamento. Todos los elementos ya siglados de trasladaron para su tratamiento a la Capilla del Pilar.

 

CONSOLIDACIÓN DEL SOPORTE:

Las zonas con pérdida de cohesión del soporte se trataron con aplicaciones de Paraloid en acetona en proporciones variables para favorecer la penetrabilidad.

 

Calle central, antes

Calle central, después

 

ADHESIÓN Y ENCOLADO DE PIEZAS:

Las puntas de hierro oxidadas que unían las piezas desmontadas del ático se han sustituido por espigas de madera encoladas con acetato de polivinilo.

También se han unido las partes desencoladas asegurándolas con espigas y algún embarrotado que estaba suelto.

 

REINTEGRACIÓN DE SOPORTE EN ZONAS INESTABLES:

La pieza inferior de la hornacina central del ático que estaba muy acorchada en su trasera por la acción de los xilófagos, se ha saneado eliminando la parte deteriorada que se ha sustituido por una nueva pieza de pino melis, encolada con acetato de polivinilo.

En la misma hornacina se han hecho dos pies derechos nuevos para reforzar la tabla sobre la que va apoyado el relieve del descendimiento y sustituir así los ladrillos que macizaban ese hueco.

La tabla que faltaba en el inferior de la caja del segundo piso de la calle izquierda se ha sustituido por una nueva hecha de madera de pino melis. No se ha entonado porque queda detrás del relieve.

 

TRATAMIENTO DE ELEMENTOS METÁLICOS:

Los elementos de hierro forjado que se han dejado sobre la mazonería se han tratado con ácido tánico al 3% en alcohol etílico para controlar la oxidación. Como protección final se han barnizado con paraloid B-72 en acetona al 5%.

 

REINTEGRACIÓN DE PÉRDIDAS DE SOPORTE CON RESINA EPOXÍDICA.

Las pequeñas pérdidas de soporte aparecidas en zonas atacadas por xilófagos se han reconstruido con araldit sv 427 . También los huecos dejados por las puntas eliminadas y la parte calcinada del banco.

 

FIJACIÓN DE ESTRATOS, DORADOS Y POLICROMÍAS:

Con cola de conejo rebajada en agua previa humectación de la zona con una solución hidro-alcohólica.

Muladar, antes.

Muladar, después

 

LIMPIEZA:

  • Mazonería y mesa del altar:

La gomalaca se ha eliminado con una solución de alcohol etílico y acetona al 50% ablandándola previamente con empacos de algodón. La purpurina se ha quitado con acetona pura y los restos de cera se han ablandado con pistola de calor y retirado con white spirit. Los dorados se han limpiado con una solución de vulpex en white spirit 1/1,5.

  • Relieves e imágenes:

Los repintes de relieves e imaginería se han eliminado utilizando distintas disoluciones:

o Dimetildulfóxido y acetona proporción 3/2.

o Alcohol bencílico y acetona proporción 2/3.

o Alcohol bencílico, alcohol etílico y agua en proporción 2/2/1 .

Las zonas sin repintar y sin gomalaca (carnaciones) se han limpiado con vulpex en white spirit proporción 1/1.5.

 

ESTUCADO DE LAGUNAS:

Solo se han estucado las lagunas muy visibles de la mazonería con un estuco hecho a base de sulfato de cal y cola animal enrasándolo con el original.

 

REINTEGRACIÓN CROMÁTICA:

Se ha hecho con témperas profesionales que resultan muy adecuadas por ser fácilmente reversibles y resistentes a la luz. La técnica diferenciadora ha sido el rigatino discernible a una distancia de menos de un metro. Las pequeñas lagunas se han reintegrado con el color local.

Las zonas raspadas de los relieves se han reintegrado con rigatino para devolver la lectura correcta a estas piezas. El estofado original se hacía sobre el oro que se dejaba ver solo parcialmente. Con esta reintegración se ha intentado conseguir el mismo efecto y a su vez distinguir el original de la zona reintegrada.

Los restos de policromía original del XVII quedan perfectamente integrados y a su vez son fácilmente discernibles del original.

Las zonas doradas de la mazonería se han reintegrado con rigatino en zonas altas y con un estarcido de irodin (pigmento brillo perlino de mica natural), sobre color bol.

Para el expositor se ha hecho un estarcido de témperas de colores: rojo, azul, tierra sombra natural, verde e irodin. Conseguimos así darle homogeneidad a un elemento que carecía de ella, destacar las zonas doradas e integrarlo en el conjunto del retablo como el añadido barroco que es.

Descendimiento, antes

Descendimiento, después

 

MONTAJE:

El ático se montó de forma inversa al desmontaje, pieza a pieza, colocando todos los elementos nivelados y corrigiendo así el desplome que tenían las hornacinas hacia el centro. Para ello se calzaron algunos elementos con cuñas de madera.

Las hornacinas se han anclado al muro del presbiterio con pletinas de hierro galvanizadas atornilladas con tornillería inoxidable. Las pletinas de hierro forjado originales que coincidían con el nuevo nivel de las piezas se han reutilizado, así como los mechinales de la pared. (no todos).

El Crucifijo se ha sujetado a la pared con una nueva pletina colocada en diagonal de forma que sea imposible verla desde el suelo, quedando la imagen paralela a la pared y no apoyada sobre ella como la encontramos en un principio. El artilugio que tenía en origen se ha eliminado al no considerarlo necesario aligerando el conjunto.

Colocación de la base de la hornacina central con el nuevo anclaje a la pared que hace de tope.

Nuevo anclaje al muro con pletinas de hierro galvanizado hechas a medida. Arranque de la hornacina central.

Nuevo anclaje al muro. Hornacina Lateral izquierda.

Detalles de la elevación de las hornacinas laterales del ático en su nueva colocación una vez eliminado el desplome. Se aprecia la policromía original del XVII. Este dato nos indica que el retablo ya estaba desplomado en el XIX cuando se apareja sin desmontarlo para la nueva re-policromía.

El sagrario estaba vencido hacia la derecha 1,6 cm. Este desnivel que era visualmente evidente se comprobó con un nivel laser.

Se corrigió manualmente utilizando un gato manual y calzando el hueco que quedaba debajo del sagrario con una pieza de madera de pino.

Las esculturas se subieron al retablo con la ayuda de un tráctel y protegidas con planchas de gomaespuma.

Se han anclado con hembrillas sobre taco de plástico al muro y con cadenas sujetas con mosquetones al anverso.

 

PROTECCIÓN FINAL:

Como protección final se ha aplicado una mano de paraloid B-72 al 3% en toda la superficie del retablo. Esta resina resulta ideal como protección final por su buen envejecimiento, fácil reversibilidad y buenas cualidades ópticas.

 

TRATAMIENTO PREVENTIVO CONTRA INSECTOS XILÓFAGOS Y TERMITAS.

Aunque el ataque de xilófagos no está en activo se ha realizado un tratamiento preventivo mediante proyección presurizada de un producto insecticida en base gel. Este tratamiento ha sido aplicado por empresa especializada y tiene una garantía de diez años. Se adjunta el informe en el anexo final.

 

CONSEJOS DE USO Y MANTENIMIENTO DE LA IGLESIA DE SAN VICENTE DE GALILEA.

La intervención de restauración debe ir seguida necesariamente, de un programa de controles periódicos que constaten la bondad del procedimiento utilizado, dentro de los márgenes que sirvieron de hipótesis a dicha intervención.

Desarrollamos a continuación una serie de recomendaciones de rutinas de mantenimiento y control de los riesgos de deterioro, atendiendo a los procesos de alteración y a las soluciones adoptadas.

S.Vicente, antes

S. Vicente, después

 

Limpiezas.

Únicamente se considerarán adecuadas las limpiezas en seco con instrumentos no abrasivos: plumeros de pluma natural, brochas de pelo suave y aspiradores, sin ningún tipo de producto de limpieza, protector o similar.

El agua queda especialmente contraindicada.

 

Visitas.

Al estar el retablo a una altura perfectamente accesible para el público, hay que tener especial atención en evitar el contacto directo con las policromías.

 

Iluminación.

No instalar en el retablo ni en sus proximidades ningún tipo de cableado, sistema eléctrico u otros objetos que puedan originar un incendio u otro accidente de consecuencias imprevisibles.

 

Ventilación.

Una de las principales actuaciones que pueden mejorar en gran medida las condiciones medioambientales de la Iglesia es la ventilación frecuente.

 

Intervenciones de reparación.

Para las intervenciones de rehabilitación o mantenimiento que pudieran desarrollarse en la Iglesia se aconseja el cierre y aislamiento mediante láminas de papel continuo de los retablos, con el fin de evitar acumulaciones de polvo en el interior.

No resultan adecuadas las láminas de plástico, ya que impiden la ventilación y propician la acumulación de humedad sobre los objetos.

Las acumulaciones de polvo, además de provocar un problema estético, actúan como esponjas absorbentes de la humedad ambiental, que a su vez la traspasan a la superficie en la que se instalan, contribuyendo intensamente en su deterioro.

 

Controles de cubiertas y fachadas.

Se aconseja la revisión y mantenimiento periódico de cubiertas y fachadas perimetrales de la Iglesia, por el potencial riesgo de filtraciones y/o humedades capilares que pudieran surgir en el futuro.

Se desaconseja cualquier intervención de reparación en el exterior de los muros de la Iglesia, que pudiera causar un aporte extra de humedad y todo tipo de intento de impermeabilizar estos muros, tanto en el interior como en el exterior.

 

Uso general.

La Virgen, antes

La Virgen, después

 

Se desaconseja totalmente el uso de velas (excepto las eléctricas) e incensarios en toda la Iglesia.

Queda totalmente prohibido el uso de anclajes de elementos metálicos o de cualquier otro material sobre la superficie que ocupa el retablo.

Entendemos que la consecución de estas recomendaciones de mantenimiento, se encuadra dentro de una labor cotidiana destinada a conservar sistemáticamente las condiciones materiales necesarias de las pinturas murales, asegurando su supervivencia y transmisión futura.

Dependiendo de la atención y el seguimiento realizado sobre ellas, se podrá garantizar la eficacia de los tratamientos de restauración llevados a cabo y el aplazamiento de la necesidad de una nueva intervención.

RETABLOS MENORES Y OTROS ELEMENTOS DE LA IGLESIA

 

Dejando al margen el retablo mayor de la iglesia y el de la capilla del Pilar, a los cuales se les da un tratamiento individualizado en este apartado del patrimonio religioso, vamos a centrarnos en los otros cuatro retablos de las cuatro capillas localizadas en ambos lados del crucero de la iglesia:

La capilla de San Roque (antes del Cristo y de la Dolorosa), y la  de la Virgen del Rosario,ambas en el lado del Evangelio y la capilla del Cristo y La Dolorosa (antes de la Virgen del Amor Hermosos), y la capilla de la Inmaculada, en el lado de la Epístola.

Retablo de S. Roque

Retablillo de un cuerpo y ático barroco de comienzos del siglo XVIII con imagen titular coetánea de la Virgen, de vestir. Esta imagen se sustituyó el 3 de octubre de 1993 por otra imagen de Santa Teresa de los Andes, que es la que actualmente preside el altar.

Otra de San Roque romanista, del siglo XVI-XVIII

La imagen de San Roque es la que se saca en procesión y se venera el día 16 de agosto

El capitán Pedro Beltrán, Regidor, Procurador Gral del Consejo de Ocón y fundador de la Cofradía del Santísimo Sacramento de Galilea con su consuegro Juan de Balmaseda y Andrés de Tejada y Laguardia hermano del Arzobispo, fue quien:

 

«Ha mandado hacer el busto de San Vicente y la imagen de San Roque, e hizo dotar, a su costa, el retablo del altar mayor.

 

Retablo del Rosario

El retablo de la Virgen del Rosario es pequeño, compuesto de bancal, un cuerpo de tres calles y el ático.

En el bancal, y separados por zapatas sustentantes, están los relieves de San Roque y Santa Bárbara a los lados del Nacimiento del Señor, muy apaisado.

En el cuerpo pasa algo parecido a lo del retablo mayor de la propia iglesia: que las calles laterales se dedican a dobles relieves de Anunciación, Visitación bajo otros en tondo, o adorno circular hundido, de Santa Ana y La Circuncisión, más pequeños.

La calle mayor es aquí desproporcionadamente ancha y alcanza en altura a los tondos laterales. Supone ella sola casi todo el retablo. Se dedica su portada al Rosario, del que toma su nombre. Columnas estriadas, corintias, un poco sobresalientes, sostienen el friso, de decoración vegetal en los roleos o figuras en espiral o de caracol.

Sobre la cornisa que lo cubre se halla el remate, con la Asunción en relieve, flanqueada de ángeles, dos de ellos con la corona. La mazonería del ático,  o escultura en relieve, es a base de falsas pilastra y fondo triangular, apuntalados por arbotantes mixtilíneos o con lados rectos y curvos, complicados.

Es el relieve de la Asunción el más notable de esta obra. La Virgen, que está leyendo la Escritura en medio de cortinajes y floreros, se ve sorprendida, casi asustada, por el mensajero.  En postura algo forzada vuelve el rostro, bellísimo, hacia el heraldo, al mismo tiempo que alza sus brazos de manera instintiva en su turbación.  Su ropaje, pesado, dibuja una gran curva bajo el brazo, para apoyarse en las rodillas semiincorporadas.

La perfección compositiva del medio escénico, con ser mucha, se ve superada por la acción.  Todo ocurre rápidamente: el Arcángel que entra envuelto en nubes; la Virgen que, azorada, extiende los brazos; el Espíritu Santo expectante.  Este es el primer valor de la talla de este relieve, la captación exacta, casi fotográfica del momento. Lo peor de él, la técnica del grabado, incorrecta e irregular.

Parece este un retablo algo evolucionado ya, con cierto movimiento, sobre todo arquitectónico.  La talla parece más rezagada. Debe fecharse hacia 1615.

A la hora de las comparaciones estéticas, se halla cierto paralelismo entre el relieve de la Asunción y la escultura del mismo motivo que, para Fitero, hizo Antón de Zárraga.  Ese curvado, esa doblez del manto que cruza la figura por encima de las rodillas, son muy semejantes en ambas imágenes, pero insuficientes para aventurar una atribución.

 

Retablo de la Dolorosa

Retablillo de un cuerpo, con columnas corintias, clasicista de mediados del siglo XVII, con imagen titular del crucifijo manierista de mediados del siglo XVI, de tamaño natural.

 

Retablo de la Inmaculada

 

Retablillo de un cuerpo y ático con columnas corintias con uvas y hojarasca. Barroco del siglo XII-XVIII e imagen titular coetánea de San José.

 

Sacristía

 

Es un volumen rectangular que se adosa al lado norte del crucero y se estructura en dos tramos que se   cubren por bóvedas de arista con arreglo a un planteamiento sencillo que habría que fechar a finales del siglo XVII.  Algunos objetos que aquí se guardan poseen un alto valor afectivo por cuanto fueron regalados por gentes de la localidad con el único deseo de contribuir a hacer de este recinto el depositario de sus ilusiones.  Tal sucede con una bella custodia clasicista en sol de bronce regalada por Magdalena de Laguardia el 1646 o ese cáliz de plata mucho más reciente que está fechado en Santiago de Chile en 1884. Sin contar obras tan exquisitas como un terno de terciopelo rojo con bordados de imaginería romanista que tal vez habría que atribuir al bordador Martín Pascual a comienzo del siglo XVII.

 

Coro alto

 

Situado en la parte norte de la iglesia, protegido del voladizo por un gran barandal entero con balaustradas de madera. Gran órgano con caja barroca de la primera mitad del XVIII. Dos grandes lienzos dedicados a la Natividad y a la Epifanía. Escaño con respaldo alto a dos paredes. Bancos corridos.

Púlpito

Es un volumen rectangular que se adosa al lado norte del crucero y se estructura en dos tramos que se   cubren por bóvedas de arista con arreglo a un planteamiento sencillo que habría que fechar a finales del siglo XVII.  Algunos objetos que aquí se guardan poseen un alto valor afectivo por cuanto fueron regalados por gentes de la localidad con el único deseo de contribuir a hacer de este recinto el depositario de sus ilusiones.  Tal sucede con una bella custodia clasicista en sol de bronce regalada por Magdalena de Laguardia el 1646 o ese cáliz de plata mucho más reciente que está fechado en Santiago de Chile en 1884. Sin contar obras tan exquisitas como un terno de terciopelo rojo con bordados de imaginería romanista que tal vez habría que atribuir al bordador Martín Pascual a comienzo del siglo XVII.

 

Órgano

 

La única documentación sobre este órgano hace referencia a los trabajos que en él llevó a cabo el maestro Pablo de Salazar en el transcurso de los años 1809 y 1815aunque su construcción parece que sea de la primera mitad del siglo XVIII.

Asimismo, un nuevo organero, Sinforiano García, interviene en el instrumento durante el año 1822.

El órgano está ubicado en el coro alto de la iglesia en su lateral izquierdo, el del evangelio.

Está compuesto de una consola de ventana, un teclado manual de 45 notas C-c´´´, partido entre c´-c´3 y con la primera octava corta.  A ambos lados del teclado se hallan dispuestos los tiradores que corresponden al siguiente orden de registros:

Bajos: Cuatro registros sin identificar.

Tiples: Seis registros sin identificar

  • Ocho pisas de contras C_B, transmisión con el manual.
  • Una pisa (¿)
  • Rodillera (¿)
  • Transmisión mecánica de teclado y registros.

Aspectos generales de su construcción mecánica

 

Caja: De madera policromada. Se halla pintada en tonos cálidos contrastados: verdes y jaspeados en ocres.
Estilo: Es de estilo neoclásico con sus columnas estriadas y sus diversos zócalos. La parte superior de la caja está coronada por un frontispicio semicircular, rematado por un círculo estrellado
Fuelle: En el lateral izquierdo del órgano se encuentra un fuelle de cuña con dos bombas para la alimentación manual.
Teclado: Todo teclado es de granadillo. Actualmente está revestido por una tosca capa de pintura blanca. La transmisión es por medio de varillaje directo en abanico. Se conserva bien.
Registros: Los tiradores y sus listones se hallan en buen estado
Secreto: Cromático. Diversos juegos asientas sus tubos sobre talones acanalados.
Tubería: Se conserva un porcentaje escaso de la misma
Uso: Inutilizado

 

Torre

 

DERRIBO DE LA CASA PARROQUIAL Y REPARACIÓN DE LA TECHUMBRE DEL TEMPLO

Techumbre reparada

Además de las reparaciones efectuadas en la estructura de fábrica realizadas en los siglos XVIII y XIX, también el siglo XX fue testigo de la reparación, por lo menos en dos ocasiones, del interior y exterior de nuestra iglesia parroquial debido al desconchamiento de las paredes internas en un caso y en el otro del peligro de derrumbamiento de la techumbre.

En el inventario realizado por Moya Valgañón en el año 1975 sobre el patrimonio artístico de La Rioja, señalaba como edificio de valor histórico el situado en Galilea… «en la calle Daniel Menchaca, casa con puerta de medio punto de sillería, del siglo XVI». Esa casa, demolida poco después de la fecha de su inventariado juntamente con la casa parroquial, derruida en las postrimerías  de los años ochenta daban forma a una recogida plazoleta que con la fachada sur de la propia iglesia daba cobijo de las inclemencias del tiempo a los vecinos que regularmente acudían a los oficios religiosos. Una vez desaparecida la casa parroquial, y demolido, asimismo, un pequeño edificio anexo construido en la cara oeste y que sirvió durante muchos años como salón parroquial, con acceso por una puerta lateral al coro alto, la iglesia quedó totalmente despejada de elementos espurios.  Estas construcciones habían deteriorado parte de la fachada oeste y algún contrafuerte de la fachada sur donde habían estado apoyados los travesaños de estas edificaciones, lo que había conllevado la desaparición de  parte de la piedra de sillería de su estructura. Además, la techumbre estaba en un estado calamitoso por donde se filtraba el agua y la humedad con riesgo evidente para la integridad del edificio. La intervención era necesaria. Gracias a la tenacidad de las fuerzas vivas de Galilea y con la financiación en un altísimo porcentaje por parte de la Consejería de Cultura del Gobierno de La Rioja,  en el año 1991 el arquitecto del obispado, Gerardo Cuadra, redacta un proyecto para,

 

“… la reconstrucción de la cubierta del templo de San Vicente en la localidad de Galilea”

 

La memoria detalla la situación en que se encuentra tanto la cubierta de la nave como la sacristía. Ambas se encuentran en un estado bastante lastimoso. De la primera afirma que está formada por cerchas de madera de no muy buena factura y un poco toscas que soportan el entrevigado de yeso y las tejas árabes. En esas fechas, precisamente, un buen fragmento de los nervios de la cabecera produciendo una gran oquedad en el suelo del templo. Esto hace que se replante la actuación sobre otras partes del edificio.  De la sacristía dice que el arco carpanel que la divide en dos partes está deformado y que una de sus dovelas ha sido sustituida por fábrica de ladrillo y yeso. Las deformaciones que se han producido en el interior de la misma han afectado a las bóvedas que se presentan gravemente agrietadas. Y por último se refiere a la casa y salón parroquial, adosados a la iglesia de los que dice se hallan en estado ruinoso.

Dos años más tarde se aborda la reparación de las partes afectadas, con un presupuesto de casi nueve millones de pesetas, con el que se procede a la reconstrucción casi integral de la sacristía, la reconstrucción de la techumbre con sustitución de vigas y parte de la teja árabe y la demolición de la casa y salón parroquiales. Con la demolición de estos edificios desaparecen definitivamente los límites de una plazoleta recogida y coqueta,  que en sus mejores tiempos completaba su cerramiento,  una casa de ilustre pasado que ayudaba a configurar uno de los espacios más concurridos y alegres del pueblo y que casi siempre estuvo vigilada por dos frondosos rosales que crecían enhiestos y señoriales en los ángulos formados por  estas edificaciones.

Durante los meses de junio y julio de 2005 se acomete el pintado integral de la misma que no se efectuaba desde el año 1953. Medio siglo largo era tiempo más que suficiente para que las manchas de humedad y el desconchamiento hicieran su aparición y hubiera que eliminarlas en cuanto se contara con un presupuesto suficiente para abordar una obra de tal magnitud. Esta ayuda llegó a través de la subvención concedida por la Consejería de Cultura del Gobierno de la Rioja, que aportó el 70% del importe total que ascendió a 51.000 € (casi nueve millones de pesetas). El resto se abonará mediante aportaciones voluntarias de 50 € por parte de  los feligreses de Galilea.

RESTAURACIÓN DEL LIENZO DE SANTA TECLA

 

Lienzo de Sta Tecla, restaurado

Este lienzo de Santa Tecla, depositado en un lugar irrelevante de la sacristía de nuestra iglesia, había estado olvidado y semioculto a la vista de la feligresía desde tiempo inmemorial. Sin embargo, aprovechando la infraestructura y los  materiales empleados  para la recuperación del Altar Mayor,  la restauradora Mercedes Sierra ha querido abordar, sin cargo alguno para las arcas religiosas o municipales, los trabajos necesarios para recuperar su esplendor original, con los resultados tan extraordinarios que dan fe, las fotografías que se adjuntan en  esta página. Todo un detalle que hay que agradecer a esta magnífica restauradora,  cuya profesionalidad ha quedado bien patente en los soberbios  acabados de la restauración de los dos retablos más importantes de nuestra iglesia.

 

MEMORIA DE INTERVENCIÓN EN PINTURA SOBRE TELA. SANTA TECLA. IGLESIA PARROQUIAL DE GALILEA.

DESCRIPCIÓN.

Pintura sobre tela de medidas 55 x 73 cm.  

Representa a Santa Tecla, Virgen mártir del siglo I.  

La leyenda cuenta que Santa Tecla era una joven virgen que escuchando las enseñanzas de San Pablo se hizo su fiel seguidora y rompió su compromiso de matrimonio para continuar con el santo.

Su madre y su prometido quieren escarmentarla por esa decisión y la condenan a morir en la hoguera. Es salvada por una tempestad cuando estaba a punto de ser quemada y se escapa con San Pablo. Más tarde un noble llamado Alexander la prende de nuevo y ella se defiende. Por este motivo la juzgan por atacar a un noble y la sentencian a ser comida por las bestias salvajes, pero éstas lejos de atacarla la defienden de sus verdugos.

Por esta razón se representa con la palma de mártir, con la hoguera y con las bestias salvajes. En este caso con un león y un toro.

La pintura está realizada sobre una tela de lino y con una técnica grasa: óleo. La tela estaba colocada sobre un bastidor de madera de pino de 1 cm de grosor.

ESTADO DE CONSERVACIÓN.

Lienzo de Sta Tecla, sin restaurar

La pintura venía con un marco de madera que aunque aparentemente parecía en buen estado estaba colapsado por un ataque muy fuerte de insectos xilófagos siendo imposible su recuperación.

El bastidor de pino también sufría esta patología, aparte de no contar con la suficiente sección para sujetar la tela en buenas condiciones.

Los bordes de la tela estaban clavados al bastidor con unas puntas de hierro muy oxidadas. Este óxido había debilitado la tela en todo el perímetro.

A causa de esta debilidad de los bordes el lienzo se había destensado apreciándose sobre todo en la parte inferior.

La tela presentaba tanto por el reverso, como por el anverso gran acumulación de polvo.

También se apreciaba un pequeño desgarro de 1,5 cm de largo en la zona inferior.

Por lo que se refiere a la película pictórica el daño más grave que presentaba era la gran acumulación de polvo y suciedad que tenía. No existía capa de barniz protector por lo que toda esta suciedad estaba muy bien adherida a los estratos pictóricos, ocultando los colores reales y dejando un aspecto muy confuso que impedía apreciar las formas correctamente.

Proceso de restauración

TRATAMIENTO REALIZADO.

Para restaurar esta pintura se han seguido los siguientes pasos:

  • Eliminación del marco.
  • Eliminación del bastidor: quitando uno a uno todos los clavos oxidados.
  • Empapelado de la superficie pictórica con papel japonés y cola animal.
  • Colocación de bordes nuevos en la tela. Hechos con tela de lino de características similares a la original y adheridos con beba film.
  • Colocación en un nuevo bastidor hecho con madera de pino, de sección 5 x 2 cm. y con las aristas que están en contacto con el lienzo redondeadas para evitar futuras marcas por el anverso.
  • Desempapelado de la superficie con agua caliente.
  • Colocación de un parche en el desgarro hecho con gasa etamín y adherido con beba film.
  • Limpieza de la superficie. Se ha realizado con una emulsión grasa hecha con un jabón líquido libre de ácidos: vulpex en white spirit.
  • Estucado de pequeñas lagunas con estuco hecho con cola animal y sulfato cálcico.
  • Reintegración cromática de lagunas con témperas.
  • Barnizado final protector con barniz Danmar a base de resinas naturales.
  • Protección de los laterales con papel engomado.

Logroño 5 de Mayo de 2017

Fdo. Mercedes Sierra Pallares

Licenciada en Conservación y Restauración de Obras de Arte

Capilla de El Pilar

Se convierte, por méritos propios, en uno de los jalones más elocuentes del barroco regional de comienzos del siglo XVIII. Fundada y dotada por D. Juan José de Tejada en 1710, se cierra con una espléndida reja que tal vez haría el logroñés Sebastián de Medina. Se trata de una estructura de fábrica rica que se cubre por cúpula de media naranja con su linterna y cuenta con su propia sacristía. La riqueza de la misma es suficiente para adjudicar la construcción al calagurritano José Raón.  El retablo fue encargado en 1709 al arquitecto José Ramírez y al escultor Juan Félix de Camporredondo. Justo al año siguiente el pintor José Morales, ayudado por Bernardo de Alesón se ocuparían  del bordado.

En el año 1708, con sesenta y cinco años,  Don Juan José de Tejada y García, “…jubilado de la Santa y General Inquisición, se traslada definitivamente a vivir a Galilea hasta el final de su vida.  Es en estos doce años finales de su existencia cuando dedica toda su actividad a dotar a su pueblo natal de una hermosa capilla, aneja a la iglesia parroquial, dedicada a dar culto a la Virgen del Pilar de quien era ferviente devoto.  Vemos así cómo para el 20 de septiembre de 1708 ya había solicitado autorización a las autoridades civiles y eclesiásticas para romper la fachada de la iglesia por su lado norte y poder así iniciar el levantamiento de la capilla. La solicitud va dirigida al regidor de Soria, provincia a la que pertenecía Galilea en aquellos momentos. Este es su contenido:

 

«José Carrillo, caballero de la Orden de Santiago y regidor perpetuo de la ciudad de Soria, señor de San Martín de Berberana, poder y justicia de esta villa de Ocón y su jurisdicción, Juan Sáenz, José Morales y Silvestre Alonso regidores, Juan de Tejada, Cosme de Nájera, Domingo de Oxúa, Ambrosio Rubio, procuradores generales, todos ellos justos y legitimados de esta villa de Ocón y lugares de sus jurisdicción y como tales en nombre de ella decimos que, por tanto su señoría Juan José de Tejada, caballero de la Orden de Santiago, se nos ha insinuado ánimo y deliberada voluntad de su señoría de edificar y fabricar una capilla en la iglesia parroquial de San Vicente de dicho lugar para mayor adorno de ella y aumento del culto divino para cuyo efecto el cabildo eclesiástico de las iglesias y el alcalde y vecinos de dicho lugar han dado y prestado consentimiento y licencia par edificar dicha capilla.

La virgen del Pilar

Y puesto que para la seguridad de ella está previsto centrar el rompimiento de los cimientos como dos o tres pasos a lo ancho en camino concejil que está contiguo a dicha iglesia, dejando otro tanto como ocuparse en las eras de particulares que están pegadas a lo concejil y que para poder hacer la fábrica le concedamos una licencia y permiso.

Y reconociendo cuán justo y ánimo e intenso de su señoría por que la edificación de la capilla ha de ser para mayor adorno de dicha iglesia y para el culto divino, por la presento y por lo que a nos toca o tocare puede, damos permiso y licencia a dicho señor Juan José de Tejada para que pueda edificar y fabricar la dicha capilla en dicha iglesia y para que su planta, cimientos y mayor seguridad pueda ocupar y ocupe terreno concejil, dos tres o los demás pasos que fuere necesario, con que contiguo a lo que se ocupare se hayan de dar en las eras de los particulares otro tanto como lo que ocupare para que sirva de pasada respecto de ________ lo que así ha de ocupar para la planta y seguridad de dicha fábrica y mandamos que ninguna persona le ponga impedimento ni embarazo alguno.

Dado en Ocón a 20 de septiembre de 1708.»

 

Entre los años 1708 y 1709, el calagurritano José Raón, hijo de quien edificara la casa del Arzobispo Diego de Tejada, construye la fábrica de la Capilla del Pilar.

El 2 de marzo de 1709 D. Miguel Ángel Alonso García canónigo de la Catedral de Calahorra, en nombre de D. Juan José Tejada García, Caballero de la Orden de Santiago, remataba con José Ramírez, arquitecto, y Juan Félix de Camporredondo, escultor, el hacer un retablo con sus esculturas para colocarlo en la capilla de Ntra Sra del Pilar en lugar de Galilea, jurisdicción de la Villa de Ocón. La traza (los planos) le fue entregada de otro maestro. A Juan Félix Camporredondo le correspondió esculpir las figuras de diez ángeles por lo que cobró 1.050 rs. Las esculturas de los ángeles portadores son de las obras mejor conseguidas del maestro.

El retablo, construído en 1709, según lo describe Moya Valgañón, consta de banco cuerpo y ático, con una calle en estípites (pilastras en forma de pirámide truncada, con la base menor hacia abajo) y hojarasca, barroco de comienzos del siglo XVIII con ocho imagencitas de ángeles, relieve de la Resurrección, dos ángeles tenantes de antorchas, todo ello coetáneo.

Reja de hierro cerrando la boca de la capilla, de finales del s./ XVII o comienzos del XVIII, obra de Sebastián de Medina.

En el año 1710, la capilla está totalmente acabada y abierta al culto. El inquisidor desea dejar constancia del contenido de la capilla por el levantada y redacta un inventario que, en esencia es el siguiente:

 

Pila bautismal, frente al altar

“Altar de madera; retablo de talla sobre dorado que coge toda la testera de la capilla; en su trono la santísima imagen de la virgen con su corona de plata y el adorno que se sigue: en arco de flores de mano que rodea todo el trono y se compone de diferentes colores; al pie del pilar los cipreses, y a los lados del cuerpo de Ntra Sra. dos pastas de Agnues y de Inocencio XII, guarnecidas con seda carmesí, al modo de Italia.  A la espalda del trono hay una cortina de tafetán carmesí que cubre la imagen de la Santísima Virgen y el arco de flores que la guarnece.  Al frente hay una cortina de hilo de plata para cubrir la santísima imagen y otras de raso carmesí con algunas flores que sirven par lo mismo; y además de eso tiene otra cortina de raso azul con algunas flores con sus fenefas.  En la parte afuera del trono, dos arañas de plata cada una con sus mecheros que sirve para poner las velas de cada una cuando se descubre la Sra. En el mismo altar, en los lados del Sagrario, hay dos alacenas que sirven de adorno; tras ellas hay dos vanos con sus cristales en donde está el cuerpo de San Vicente.  Y otras muchas reliquias auténticas que están en poder del cura, quien tiene las llaves, junto al alcalde del lugar”.

 

Existen otros datos de interés referidos a la Capilla del Pilar en la biografía de Juan José de Tejada, en esta misma página web.

 

LOS ARTÍFICES

 

JOSÉ RAÓN.- Heredero de dinastía de arquitectos debe parte de su gloria a los trabajos realizados en las parroquias de Santiago y San Andrés de Calahorra. En Santiago finaliza las obras hacia 1741. En San Andrés, según Lecuona, en 1702-03.  Su estancia en Calahorra durará hasta la primera mitad del siglo. En 1738 aparece junto a Miguel Adán firmando como testigo en el contrato del retablo del Monasterio de Vico.

 

JUAN FÉLIX DE CAMPORREDONDO.- Este importante escultor que desarrolló su magisterio en Calahorra y su entorno del Valle del Ebro y La Rioja Baja, llegó a la ciudad de los mártires en el año 1700. Nacido Sobremazas, en el Valle de Trasmiera, en Cantabia, procedía de una familia de hidalgos habiendo probado su nobleza en Calahorra en el año 1703.  El 12 de septiembre de 1701 se casa en dicha ciudad con Manuela de Alzu.

 

JOSÉ RAMÍREZ.- El único documento que lo pone en relación con Juan Félix de Camporredondo en 1709, cuando ambos van a construir el retablo de Ntra Sra la Virgen del Pilar, encargándose Juan Félix de la escultura.

 

BIBLIOGRAFÍA:

Inventario artístico de Logroño y su provincia. Vol II. José Gabriel Moya Valgañón. 1975

Artículos.   José Manuel Ramírez

Archivo Diocesano de Logroño. Cuentas de la Capilla de Ntra Señora del Pilar.

 

La Ermita en honor a la Virgen de Gracia está situada junto al cementerio. Es construcción de mampostería y ladrillo de tres tramos, crucero en planta y cabecera rectangular con pórtico cerrado con puerta de rejas a sus pies, y sacristía sobre la cabecera. Igualmente a los pies coro alto sobre madera. La talla de la Virgen, es romanista del siglo XVI. Parece edificio del siglo XVIII.

El retablo mayor está formado por banco y cuerpo con columnas corintias estriadas en zig-zag y frontón redondo roto, clasicista de mediados del siglo XVII, con pinturillas en tabla en el banco de San Pedro, los santos Juanes y San Pablo, coetáneas. Cruz de altar con apliques de nácar y grabado de la Virgen del Rosario, del convento de Santo Tomás de Madrid, con bordados del siglo XVIII.

La devoción a la Virgen de Gracia siempre ha estado presente en el sentir de los habitantes de Galilea.  La demanda de amparo en momentos difíciles de la vida de nuestros convecinos ha sido una constante que ha estado presente en todos los tiempos, independientemente del grado de devoción o religiosidad del postulante.  No obstante, la procesión que se celebra en la fiesta de la Asunción, en el mes de agosto, suele ser, invariablemente, la más concurrida y celebrada.

A su amparo se acude también cuando por cuestiones de climatología los agricultores que atraviesan momentos difíciles, al proponer

 

“…una novena a la Virgen de Gracia con el fin de que, con la oración y la penitencia, alcanzar un agua, abundante y copiosa, para regar nuestros campos.”

 

Y en su nombre se abrían las sesiones del pleno del Ayuntamiento en los años 40 y 50 bajo la fórmula:

 

“… Virgen de Gracia, rogad por nosotros.”

 

La confianza de nuestros antepasados en su amparo es tal que en un pleno municipal de fecha 21 de septiembre de 1957, se le nombra

 

“…Alcaldesa Perpetua a la Excelsa Patrona  Nuestra Señora la Virgen de  Gracia, a cuyo fin, como símbolo de nombramiento, se depositará en el  altar donde tiene su  sitial, el bastón demando correspondiente.»

 

RESTAURACIÓN DE LA ERMITA

 

A lo largo del siglo XX se acomete una serie de modificaciones tendentes a mejorar su aspecto exterior e interior, además de dotarle de una serie de elementos, unos mediante donación particular y otros por suscripción popular que la hacen más confortable y acogedora. Asimismo es visitada en dos ocasiones por quien fue durante muchos años obispo de la Diócesis de Calahorra, Abilio del Campo. Las fechas son estas:

 

Año 1925.- Se luce la fachada con yeso costando todo ello 159 pts.

Año 1945.- Se colocaron tres puertas de hierro en el pórtico de la ermita que cuestan 1.177 Pts

Año 1946.- Se donan seis bancos con reclinatorio valorados en 1200 Pts por parte de Angela Cenzano Fernández

Año 1950.- Instalación de la luz eléctrica llevada desde el pueblo que cuesta 760 Pts.

Año 1951. Se construye el camarín de la Virgen por 256 Pts.

Año 1956.- Primera visita pastoral del obispo Abilio del Campo

Año 1964. Día 10 de marzo. Segunda visita pastoral del obispo Abilio del Campo.

 

A finales del pasado siglo XX el estado de la ermita en general y de su cubierta en particular estaban en unas condiciones que amenazaban con el desplome de parte de su techumbre si no se intervenía de inmediato para corregir estas irregularidades que el paso del tiempo habían provocado en su estructura. El arquitecto Gerardo Cuadra, como ya hizo con la iglesia parroquial, redacta un proyecto de restauración casi integral de la ermita, que con un presupuesto de cinco millones y medio de pesetas, subvencionadas íntegramente por la Consejería de Cultura y ejecutado por la empresa Maroba, S.L. se lleva a cabo en las postrimerías del pasado siglo. El informe publicado por la Consejería de Cultura en el libro Restauraciones del Patrimonio Artístico de La Rioja, dice los siguiente:

 

«El estado de la ermita era realmente preocupante dada la deformación de los arcos perpiaños, de modo especialmente en los pies, con fuertes grietas que se prolongaban en algunos paños de bóvedas y que, junto al desplome de los muros, claramente mayor en el de la epístola, estaban indicando que el empuje de las bóvedas de la nave no estaba suficientemente contrarestado. La solución que se adoptó fue la de eliminar las bóvedas que cubrían la nave así como la cubierta correspondiente  y sustituirlas por tres jácenas ce hormigón armado colocadas transversalmente que junto con el sistema de correas también de madera, apoyadas en ellas y en los muros del crucero y de los pies, constituyen la nueva estructura que soporta los faldones formados por entarinamiento, asilamiento y teja curva. Estas jácenas se conciben a modo de los clásicos arcos-diafragmas son su perfil superior según las pendientes de los faldones de cubierta y con un arco de medio punto como perfil interior.

Por lo que hace al crucero y a la cabecera dado que su estado era relativamente correcto se mantuvo la cúpula así como el sistema de arcos en el que se apoyaba continuándose los faldones de la nave mediante estructura convencional formada por dos cerchas triangulares de perfiles de acero para disminuir la distancia de apoyo de las correas que con los rasillones  y capa de hormigón forman los faldones sobre los que se apoyan las tejas.

En cuanto a la sacristía se sustituyeron las bóvedas también agrietadas por un forjado plano formado por cabios de madera, entarimado y capa de hormigón con mallazo sobre el que se levantó la nueva cubierta a tres aguas.

Aparte de la renovación de la espadaña y de los trabajos complementarios en los muros tanto interior como exteriormente, una actuación que ayudó mucho al notable cambio introducido en la imagen del interior de la ermita fue la reconstrucción del coro, derribando el existente con un forjado deficiente y un acceso realmente torpe. El nuevo forjado se amplió con un vuelo hacia la nave de aproximadamente un metro en una amplia banda central lo que permitió resolver el acceso de un modo más limpio mediante una cómoda escalera que, adosada al muro norte de la nave desemboca en el lateral del velo. Los antepechos del coro obedecen a un nuevo diseño, siendo el de la escalera parcialmente macizo de albañilería con pasamanos de madera con pilastres metálicos, y el coro de cerrajería formada con perfiles metálicos.»

 

HIMNO A LA VIRGEN DE GRACIA

De igual manera se supone que el himno religioso, anónimo, cantado en las celebraciones solemnes, es aquellas fechas aunque no hay documentación que atestigüe ni su autoría ni su fecha de composición.  Lo que sí es cierto es que a lo largo de generaciones ha sido cantado en infinidad de ocasiones, tanto en actos solemnes como en celebraciones íntimas, y hay pocos vecinos de Galilea que no conozcan su letra, que es la que sigue:

 

Retablo de la virgen de Gracia

Madre dulcísima y Virgen de Gracia

Lirio del Valle, Reina del Amor.

 

Ves a tu pueblo postrado a tus plantas

Tu cariño canta, pide tu amor.

(Se repite)

 

Ruja el Infierno, brame iracundo

Jamás tus hijos tu amor olvidarán.

Ante este trono que Tú elegiste

Mil veces ser fieles perjurarán.

(Se repite)

 

Mira Madre Amantísima de Gracia,

Galilea es tu herencia de Amor

Nuestros padres fervientes te amaron

Y nos legaron su fe y tu esplendor.

 

Tu quisiste alegrar nuestros campos

Y habitar nuestra tierra también

Y dejaste un altar en la Ermita

En nuestras almas divino dosel.

 

Himnos de Gloria, canciones de amor

A la Virgen de Gracia triunfo y honor.

¡Gloria, prez y honor!

(Estrofa)

 

Tu dulce nombre es el primero

Que nuestros labios saben decir

No nos olvides, Madre piadosa,

No nos olvides en nuestra lid.

 

En nuestras cunas velas el sueño

Cual ángel bueno, Reina de paz.

Ser hijos tuyos siempre queremos

y en tu regazo dulce expirar.

 

Parte central del palacio que construyó Diego de Tejada

En los últimos años de su vida el Arzobispo D. Diego de Tejada mandó edificar su palacio episcopal, comenzando las obras en el verano de 1663, un año antes de su muerte.

El palacio en cuestión lo mandó construir el ilustre prelado a don Juan de Raón, vecino por aquel entonces de Lodosa (Navarra) y uno de los canteros de más enjundia de todo el obispado de Calahorra.  El apellido Raón aparece vinculado en la historia del arte regional a proyectos de diversa índole y particular relevancia.  Vemos cómo el 4 de enero de 1664 Juan de Raón había concertado una cita en Logroño con los pinariegos Andrés Mancio, Francisco de Rioja Blanco y Marcos Castillo, vecinos de Palacios de la Sierra, lugar del que provienen tradicionalmente las mejores maderas utilizadas en obras riojanas, con el único fin de encargarles las vigas, viguetas y demás maderas imprescindibles para terminar dicho palacio.

Los tres pinariegos se comprometieron a poner a pie de obra los materiales que les había encargado. Juan de Raón según una relación pormenorizada de esta forma: la mitad de los mismo para San Juan, de junio, y la otra mitad para San Miguel, de septiembre, de 1664.  Curiosamente, según especificaba el contrato, las vigas tenían que ser de los pinares de Soria, en razón de su mayor calidad.

El edificio se construyó en tres plantas: la inferior de sillería, y el resto de ladrillo encadenado y mampostería.  La portada principal se concibió cono elemento unificador de todos sus componentes e incorporó las soluciones más nobles actuando como eje de simetría.  En el coronamiento se adosó el escudo del propietario, en cuyos cuarteles figuran las armas del solar de Valdeosera y como remate de todo este conjunto una moldura de mútulos y un frontón triangular sobre el que vuela profusamente el tejado al objeto de proteger de las aguas la estructura de sillares.

En la actualidad el edificio es de titularidad privada, sirviendo de residencia a una familia de Galilea.

REGLA DE LA COFRADÍA DEL STO. SACRAMENTO

 

Portada del libro

 

En el lugar de Galilea a 20 días del mes de abril de 1641 a honor y gloria de Nuestro Señor Jesucristo, ordenamos y decretamos fundar, en la iglesia de dicho lugar, la Cofradía del Santísimo Sacramento quedando por Abad y cofrades de ella los declarados con los capítulos y condiciones que repondrán y siendo consentidores todos los vecinos del lugar de Galilea  y pedían y suplicaban al Sr. Obispo de este obispado confirmarles la dicha regla y capítulos, teniendo por abad de dicha cofradía al presente don Juan Beltrán Arnedo, comisario del Santo Oficio, beneficiado de la iglesia de la Villa de Ocón y sus anexos y por su ausencia o muerte a uno de los curas que figuren en dicha iglesia o a otro que los cofrades quieran elegir de suerte que la elección de abad queda a voluntad de los cofrades y todos con los capítulos y condiciones siguientes:

 

Abad: Don Juan Beltrán Arnedo

Cofrades:  El capitán don Pedro Beltrán, Francisco Clavijo, Andrés Tejada y Laguardia, Pedro Mangado, Diego de Orive, Juan de Terroba, Juan Fernández de Polonia, Juan de Balmaseda, P. Cenzano, Andrés Escudero, Juan Fernández de Ausejo y Juan Alonso.

Todos los dichos, Abad y Cofrades, así juntos ordenaron y decretaron la relga que han de guardar por los que a ellos sucedieran por cofrades de dicha cofradía; además del capítulo que tienen puesto por cabeza en la elección de Abad que se entiende se cumpla y haya de cumplir en la forma y dicha y en lo referente a los capítulos siguientes:

1.- Primeramente ordenamos, y es mi voluntad, que cada uno de nosotros, los doce cofrades, que al presente y por tiempo fueren, sean y seamos obligados a tener y sustentar a nuestra costa una hacha de cera para alumbrar al Santísimo Sacramento y acompañarle en todas las procesiones que se hicieran en el discurso del año.

2.- Item, ordenamos que todos los dichos cofrades seamos obligados no teniendo enfermedades a alguna causa legítima, a asistir a todas las procesiones con sus hachas de cera encendidas a acompañar al Santísimo con toda la mayor devoción que pudieran; y si alguno faltase sin legítima causa o licencia del Abad o Mayordomo tenga por gastos de la Cofradía un real de pena.

3.- Item ordenamos y decretaron que para la fiesta y procesión del Santísimo tengan y tengamos un pendón hecho a costa de los otros cofrades; y que dicho día y dicha procesión y la de su octavario se saque dicho pendón para dicho efecto y lo lleve en ella uno de los Mayordomos y no en otro día si no fuere voluntad de dichos cofrades.

4.- Item que para dicho día del Santísimo Sacramento, ordenamos que todos los cofrades estén confesados y que el mismo día reciban el Santísimo Sacramento y asistan a misa y procesión y a la primera y segunda vísperas, pena de media libra de cera no teniendo enfermedades o causa legítima con sus hachas encendidas, o licencia del Abad o Mayordomo.

5.- Item ordenaron que para el dicho día del Santísimo Sacramento los mayordomos de dicha Cofradía tengan provenida una comida del modo y forma que fuere ordenado por dicho abad y cofrades. Y que dicho día se hagan las cuentas de todo el gasto que dicha Cofradía hubiera tenido y se reparta entre los dichos cofrades y se nombrará Mayordomo para el año venidero.

6.- Item ordenamos que en dicho día se sigan por los otros cofrades una misa cantada en la que recurrirán los cofrades del Santísimo Sacramento y asistirán con sus hachas.  Pena de media libra de cera.

7.- Item, ordenamos que muriendo algún cofrade, el hacha que vacaré se dé, si tuviere hijos, al hijo o yerno o nieto del que el Abad o cofrades eligieren; y si tal cofrade que muriese no tuviese hijos ni yerno ni nieto, el cofrade que la cofradía eligiere haya de pagar y pague de entrada cincuenta reales. Los que se gastarán en misas por el cofrade que murió y demás cofrades y se entiende que fuera de los cincuenta reales se le ha de pagar el hacha que deja el difunto según aprecio que tuviese y se entiende que ni hijo ni yerno ni nieto no han de pagar el hacha ni los cincuenta reales. Y se entiende que si tal hijo o hija no casan con las calidades que requieren a quien es y los demás cofrades y el casamiento no fuese a satisfacción de la Cofradía sin ponerle unas causas y con ellos y sin ellos esté en manos de los cofrades en admitirlo y en que pagare el hacha se ha de pagar la parte de cofrade difunto; y los cincuenta reales a los mayordomos de la Cofradía para que digan misas como dicho es por el difunto y demás cofrades.

8.- Item ordenamos que cuando se llevare algún cofrade el Santísimo Sacramento a la mujer y los hijos siendo cofrade, se lleve la cera como dicho es en las procesiones.  Y a la mujer que estando viuda de cofrade y se hubiese vuelto a casar con personas que no fueran cofrades, no lleve la cera como dicho es ni tampoco a los hijos que tuviera casada aunque viva su padre por no estar debajo del dominio de su padre.

9.- Item que aquel día que muriese algún cofrade o su mujer, y asimismo estando viuda de dicho difunto los otros cofrades sean y deamos obligados a acompañar el cuerpo de su casa a la iglesia con las hachas encendidas. Y si se enterrase por parte de tarde no obstante que le hayan acompañado al entierro al día siguiente, que se diga la misa del entierro, se hallen los cofrades en ella y arda la cera como en el entierro so pena que el que faltare a uno u otro pague un real a la cofradía. No teniendo causa legítima o licencia del Abad o mayordomo.

10.- Item ordenamos que a los ocho días después de que un cofrade hubiera muerto, acosta de la cofradía se diga por tal difunto una misa cantada en la cual se hallen los cofrades con sus hachas, las cuales arderán al Evangelio, y desde el prefacio hasta consumir el responso.  Pena que el que faltase sin licencia del abad o mayordomos tenga la pena de un real para la cofradía y se entiende este capítulo con la mujer del cofrade, aunque esté viuda o sea de otra cofradía.

11 y último.- Item ordenamos que cuando algún cofrade enfermase y se le hiciese venir la necesidad que lo más secreto que se pueda sea socorrido para su enfermedad, por los demás cofrades. Y si llegase peligro de muerte sea visitado por los demás cofrades nombrados por el Abad y cofrades para que le ayuden a vivir con auxilio espiritual.

 

 

Galilea a 20 días del mes de abril de 1641

REGLA DE LA COFRADÍA DE LA VERA CRUZ

 

Nos, don Joan Bernal de Tuco, Obispo de Calahorra y Lacalzada, al Consejo de Su Majestad, a sus gobernantes, justicias y regimiento de todas las ciudades, villas y lugares de este mi obispado, salud y bendición.

 

Sabed que como a Nos nos pertenecía velar sobre la guarda de nuestros súbditos hagan siempre buenas obras y crezcan en ellos, queriendo cumplimentar esto y porque la memoria de los buenos hombres no perezca atento como los que tuvieren cuidado de partir sus haciendas con los pobres no perezcan porque con el discurso de los tiempos las cosas se olvidan y pierden, y más las que son comunes.  Considero que en este nuestro obispado algunas personas a las que hemos dicho las cosas del servicio del señor, dejaron en sus pueblos y fundaron ciertas arcas de trigo que llamaron de misericordia con que las personas necesitadas en los años trabajosos se pudieran remediar, dejando vino cien fanegas, de trigo otras doscientas, otras más o menos según la calidad de sus personas e haciendas e porque de la guarda de ellos y su disposición  no dejaron tan  buena orden como convenía, que muchas de ellas se han perdido y cada día se pierden queriendo poner remedio para que tales obras no se pierdan, antes se aumenten.

 

Es juicio de Dios, Señor Jesucristo acatando el gran provecho que de ello se sigue, amonestamos tanto cuando podemos en virtud de Santa Obediencia, mandamos que de aquí en adelante en los pueblos a donde dichas arcas estén fundadas, o por tiempo se funden, para su perpetuación y conservación se guarde, en cuanto fuere posible,  la orden y forma siguiente:

 

CAPITULO I, que trata que haya dos diputados nombrados por los pobres y el pan que se les ha de prestar.

 

PRIMERAMENTE, ordenamos que en cada uno de los dichos pueblos donde hay arca de misericordia, el cura, juntamente con el alcalde, si lo hubiere, o con un regidor o jurado del pueblo nombrado por los vecinos, tengan cargo en cada un año de poner por escrito las personas necesitadas que en el pueblo hubiere y señalar las fanegas de trigo que cada un año han de dar según de la cantidad que el arca tuviere de trigo para poder repartir, y queremos que esto hagan dos veces en el año, la una por San Miguel, que es tiempo en el que comienza la sementera y la otra en la semana primera de mayo en que comúnmente hay necesidad entre la gente pobre.

 

CAPITULO II, que lo diputados no señalen en el año persona alguna necesitada más de una vez.

 

Queremos que no puedan señalar persona alguna necesitada en cada vez más de hasta tres fanegas de trigo si la abundancia del pan que hubiere no diere lugar a que en más cantidad se repartan y manda más que los que fueren nombrados en la primera vez del año no lo sean en la segunda porque el dicho pan se comunique y reparta por más personas.

 

CAPITULO III, que trata que los diputados juren que sean fielmente lo que es a su cargo.

 

Y porque esto se haga, bien mandamos que los dignos diputados el cura, y su compañero, juren a principio del año que sin afección alguna particular harán el memorial de las personas y el repartimiento de dicho pan y en todo guardarán según Dios y rectamente la conciencia lo que es a su cargo conforme los capítulos de esta nuestras instrucción señaladas en el repartir el pan, deben tener respeto a la cantidad de trigo que el arca tuviere, en la necesidad de las personas que lo hubieren de tomar.

 

CAPITULO IV, que hay personas que tengan largo del arca de misericordia y de finanzas que hará su oficio con toda fidelidad.

Otro si, ordenamos que la justicia y regimiento de los pueblos donde hubiese arca de misericordia, el día de año nuevo, en cada un año, cuando los vecinos de ellos tienen costumbre de nombrar oficiales par su gobernación, nombre un hombre honrado para que tenga a cargo la guarda de dicha arca. El cual de fianzas llanas y abonadas que dará buena cuenta  Della. E obligase en forma  y con juramento que dará con toda fidelidad, las fanegas de trigo que en ella estuvieren por medida a las personas que los diputados, cura y alcalde, le dieran puestos en el memorial y no a otro alguno y que lo cobrara y tenga cosido en una arca al tiempo presente en esta nueva arca, señalada de tal manera que no ha de faltar, así en la medida de las fanegas, como en la bondad del pan.

 

CAPITULO V. que trata que la persona que tuviere a cargo la dicha arca se le dé salario conveniente.

 

Y porque pocos hacen bien lo que es a su cargo si no ven el premio delante, y trabjanado de gracia todos se cansan luego como dice San Pablo, “Vemo militat stipendis fuis un quem signus est operatius mercedesua”, queremos que esta persona que ha de tener la guarda de la arca y la distribución del pan porque con más obligación y voluntad cumpla lo que es a su cargo se le de por cada año  el salario que a los dichos justicia, regimiento y diputados pareciere que conviene ansí deseando el trabajo que por hacerlo el susodicho tiene y lo que por tener a su cargo  la guarda de la dicha arca merece. Atento que la tal persona se ha de obligar dar fianzas bastantes que cumpliera bien y fielmente todo lo que a su cargo, como dicho es.

 

CAPITULO VI, que los pueblos paguen el salario que tiene el arca del pan y los que lo tomaren en prestado den pacto con cada fanega un celemín de trigo o diez maravedis.

 

Donde no hubiera renta perpetua señalada para el salario de la persona que ha de tener a su cargo el arca de misericordia y la guarda de dicho trigo que en ella hubiere para satisfacción y recompensa de todos los trabajos y costas que en la repartición y cobranza que se recreciesen sino lo que tienen que hacer graciosamente por amor de Dios y de los pobres exhortamos a los pueblos que satisfagan a la tal persona le paguen el salario conveniente si tienen hacienda que publico para ello pues esto es provechoso, comun de todos y si no la tuvieren o no la quisieren hacer, queremos conformandonos con la declaración del concilio lateratente  celebrado en el tiempo del Papa Leon X de buena memoria que, aquellos a quien se repartiese el dicho pan, sena obligados a volver otro tanto como el que llevaron dentro del tiempo que para ello le fuere señalado, con más de un celemín sobre cada fanega, o diez maravedís, no porque el arca se mejore y crezca con ello sino para que se paque el salario que ha de ganar dicha persona y para pagar el arca y casa donde ha de estar el trigo y las prendas si alguno las diere de gracia, y para cambiar los libros en los que se han de asentar, particularmente, el juramento que han de hacer los diputados y la cuenta y razón de las fanegas de pan que tiene la dicha arca y los derechos del escribano ante quienes hicieren las obligaciones y las personas que llevan el pan y las fianzas y cuentas de las prendas que han de dar cuando lo reciban, y otros gastos necesarios.

 

CAPITULO VII, que el que cobrare el trigo prestado cobre los celemines y maravedís que con el pan han de pagar.

 

Y porque es segunda intención y disposición de dicho Concilio lateranense la cantidad que vuelven demasiada las personas que reciben dicho emprestrado ha de ser solamente para los casos necesarios que se hacen en la administración y guarda de la hacienda que se presta y no para aumento de ella, ordenamos y mandamos que el que tuviere cargo de cobrar el dicho trigo prestado cobre también los celemines y maravedís que con cada fanega que recibiera un prestado ha de volver como dicho es, como tenga su razón y que en tales casos de todo lo que montare en suma de los dichos maravedíes.

 

CAPITULO VIII, que cuenta con os gastos en que la guarda y distribución del pan y lo que se cobrare según lo que se tomare en préstamo.

 

Y asimismo asiente por menudo todo lo que de gastar en la administración y conservación de la hacienda  y en la satisfacción de su salario y otras cualesquiera gastos necesarios que sobre ello se hicieran para que se pueda saber si algún tiempo sobrase algo, pagados los dichos gastos, para que si algo sobrare, pareciendo a los diputados que se pueda hacer, queremos que este tiempo se disminuya la suma de los dichos maravedis a las personas que lo han de volver, de tal manera que no falte para los dichos gastos ni haya mucha hacienda cobrada de lo que si se cobrare, lo cual les encargamos las conciencias y encomendamos que con prudencia miren lo que sobre de ello de debe hacer para que los pobres no sean en esto agraviados pues todo ha de ser para bien de ellos.

 

CAPITULO IX, que trata de los que tomaren prestado abonen con fianzas antes que los resciva.

 

Otro sí, mandamos que la persona que tuviere cargo de la guarda de la dicha arca de misericordia, dando el dicho pan a las personas que los diputados les dieren señalado en el memorial tome de primero de cada uno de ellos seguridad necesaria de fianzas o prendas bastantes para que, llegado el tiempo en el que lo han de tomar, lo darán tal y tan bueno como lo recibieron para echarlo en el arca.

 

CAPITULO X, que trata de que el que no pagare en tiempo se ejecuten y vendan las prendas.

 

Item que si así no lo hicieran queremos que se han de ejecutar y vender las prendas en pública almoneda, y si algo sobrase de lo que se vendiere, se lo quede de principal y costas y lo den luego a las personas cuyas eran las dichas prendas.

 

CAPITULO XI, que trata del que tomare trigo prestado no se fiador de otro.

 

También ordenamos que persona alguna a quien se prestase parte de dicho trigo, pues ha de ser persona necesitada, no pueda ser recibida por fiador de otro alguno que será ocasión para no se cobrar bien lo que tal persona llevare y porque no conviene que las necesidades que b uscan fianzas para ellos, sean fiadores para otros.

 

CAPITULO XII, que trata de la orden que se ha de tener en dicho pan.

 

Otro sí, ordenamos, porque de todo hay memoria especial de las personas a quienes se prestare el dicho pan, y de lo que llevare cada uno en cada año, que la persona que tuviere la guarda de la arca ha de asentar en el libro que para ello ha de tener señalando las personas a quien lo diere y lo que llevan el día que lo da, haciéndoselo firmar, si saben, o escribir a otro por ellos porque no haya en ellos fraude ni engaño asentando los nombres de los testigos en cuya presencia se lo diere.

 

CAPITULO XIII, que trata en que tiempo ha de recogerse dicho pan.

 

E asimismo ordenamos, porque la dicha arca de misericordia sea perpetuada y nunca venga en disminución que las personas que por tiempo tuvieren cargo de ella sea obligado a tener cobrado dicho trigo a las personas a las que se repartió para el día de Ntra Señora de septiembre en cada un año, el día siguiente de cuenta del dicho trigo por media y si algo faltare lo pague luego este día dando otro tanto trigo so pena del doblo si así no lo hiciera para la dicha arca.

 

      Galilea, año de 1569

REGLA DE LA COFRADÍA DE LA VIRGEN DEL ROSARIO

 

La cofradía de Nuestra Señora del Rosario se creó debido al fervor que nuestros antepasados profesaron a la Virgen de este nombre, cuya capilla o altar se sitúa en el lado izquierdo del crucero de nuestra iglesia parroquial. Su existencia perduró hasta bien avanzado el siglo XX. Esta es la trascripción literal de la Regla y Ordenanzas de dicha cofradía:

Regla y Ordenanzas de la Cofradía y Hermandad de los cofrades de Nuestra Señora del Rosario del lugar de Galilea, a honra y resurrección de la Santísima Reina de los ángeles Madre de Dios y abogada nuestra. Confirmada a veintiséis días de marzo del año mil quinientos setenta y seis.

Natural devoción nos obliga, y debido al acatamiento constante que a Dios debemos tener, servir y amar, porque es principio, medio y fin de las cosas y sin Él ninguna cosa puede ser hecha.  Porque por sola su presencia, sabiduría, bondad y clemencia, todas las cosas son hechas, gobernadas y mantenidas.  Y todo hombre, que alguna buena obra ha de comenzar, primeramente y ante todo, ha de invocar y llamar a Dios, rogándole y pidiéndole por merced, saber, buena voluntad y poder, para que la pueda bien acabar. Y porque no se hallare nada entre los hombres, que no consista en perpetuo movimiento.

Toda carne naturalmente es obligada a fin de la muerte, pues en la entrada de la vida y valle de lágrimas, todos somos iguales y la experiencia nos lo enseña manifestándonos que todo cuanto en esta vida breve y caduca, floreciere en pequeño rincón de maldad, son recogidos y encerrados.

Y la muerte, a todas las pompas, riquezas y honras mundanas pone término, y es espejo de todos los estados mundanos. Y pues tenemos por ley universal este nacer y morir, y el ser un fantasma del tiempo, un  siervo de la muerte, un peregrino que pasa, un huésped del camino, morada de poco tiempo,  todas estas cosas nos convidan y mueven para que todos nosotros, los cofrades de esta santa cofradía de Nuestra Señora del Rosario y demás hermandades, unidos y condenados en santa y buena hermandad, en servicio de Dios y de su gloriosísima Madre, a quien tenemos por guiadora y abogada, ordenamos la regla y los capítulos siguientes:

Primeramente ordenamos que todos los que hubieren de ser cofrades de esta cofradía, sean católicos y buenos cristianos y voluntad de todos los cofrades y de la mayor parte de ellos, para lo que en dicha cofradía se tratare sea a honra y servicio de Dios y de su bendita Madre.

Item, ordenamos que en dicha cofradía haya un Abad, el que pareciere a la mayor parte del cabildo, y que sea de los cofrades clérigos del pueblo, si los hubiera, y si no los hubiera, el que a la mayor parte del cabildo pareciere. Y que dicho Abad tenga el oficio todo el tiempo que el cabildo y cofrades les paresciere, no habiendo ningún impedimento de por medio y sea obligado a leer y declarar la regla y capítulos de ella, e instruirles y decirles a lo que están obligados a hacer, y decir las misas de dicha cofradía, pagándole la limosna acostumbrada. (Esta sea de un real).

Item, ordenamos que en las cuatro más importantes fiestas de nuestra Señora que son Natividad, Purificación, Asunción y Ascensión se digan cuatro misas rezadas en su misma capilla con los cofrades, y al día siguiente, habiendo lugar, se digan otras cuatro misas cantadas de Réquiem por los hermanos difuntos.  A las cuales dichas misas los cofrades se hallen presentes, a lo menos al evangelio, so pena de pagar doce maravedís[1] para los gastos de dicha cofradía; y para estas misas cada cofrade ofrezca una blanca.[2]

Item, ordenamos que cada cofrade está obligado a rezar un rosario por cada cofrade difunto y decir por todos ellos una misa rezada.

Item, ordenamos que el día de la Asunción de Nuestra Señora que es una de las festividades arriba dichas, por ser la vocación y fiesta de nuestra ermita, todos los cofrades sean obligados a estar en misa, la víspera de la fiesta, fiesta y a la procesión, so pena de catorce maravedís.

Item, ordenamos que en dicho día de la Asunción de nuestra Señora se nombre un alcalde y dos mayordomos. El alcalde y mayordomo de los cofrades de comida para los que tengan derecho a la comida y reclamar al cabildo. El mayordomo se nombre de todos así como de la comida como de los otros. Al que lo mereciere y más convenga para que tenga cuenta con las cosas de la ermita, así de su ornato como de sus cuentas de limosna.

Item, ordenamos que el alcalde y mayordomo que fueran de comida, están obligados a dedicar ese dicho día una comida y cena, como vieren que más conviene al servicio de Dios y provecho nuestro. Y porque dicho alcalde y mayordomo han de estar ocupados en la comida, no están obligados a pagar la pena aunque no estén a la misa, vísperas y procesión.

Item, ordenamos que todos los hermanos que fueran de esta cofradía se asienten en este libro (o en otro cualquiera que para este efecto estuviere), por mano del señor Abad so pena de no ser cofrade que para ello le informase muchas veces y están obligados a guardar dichos capítulos y ordenanzas.

Item, ordenamos que en la comida nadie sea obligado a llamar ni convidar persona alguna, si no fuere habiendo dado parte al cabildo y consintiendo todos, o la mayor parte, so pena de cuatro reales.

Item, ordenamos que ninguno de los hermanos que fuere de comida se levante de la mesa sin pagar el escote, o al menos sin licencia del alcalde y mayordomo, so pena de escote obligado.

Item, ordenamos que cada año, este día de la comida se presenten cuatro personas con el Abad el alcalde y mayordomos, para que tomen las cuentas de cada uno, y rentas, y provechos de dicha ermita y cofradía y cuentas de gasto, para que no sea necesario juntar cabildo general.

Item, ordenamos que cuando algún cofrade muriere, todos los hermanos cofrades sean obligados a acompañarlo y enterrarlo, so pena de doce maravedís.  Y para llevarlo y enterrarlo se marquen cuatro cirios o hachas de cuatro libras cada una, para que con más honra hubiese para dicho cofrade difunto, y sus herederos sean obligados a pagar cuatro reales para el gasto de la dicha cera; y si dicho difunto hiciere alguna manda a la ermita, (no confiaría deudas de más de cuatro reales), no pague ninguna cosa, y si alguno que no fuere cofrade, se encomendare a la dicha cofradía y sean todos los cofrades a correr con dicha pompa, mandando lo que sea justo ( o pagando lo que el Abad y mayordomo le pareciere justo.)

Item, ordenamos que para la misa y procesión de la dicha Asunción de Nuestra Señora y para las demás misas de las otras festividades se traigan dos velas de a libra cada una y se paguen de los provechos de la cofradía y si no las hubiere se reparta entre los cofrades.

Item, que lo  que entre los hermanos se entendiese haber diferencias y disenciones, que el Abad y mayordomo los hagan amigos, poniéndoles penas que no vayan en disención ni diferencias.

Item, ordenamos que ningún hermano en la mesa sea osado a tratar ni pactar negocios profanos, y si los tratase, y el Abad le mandare que calle, y no lo hiciere, pague el escote doblado y sea echado de la mesa y acusado como descortés.

Item, ordenamos que ningún cofrade de comida falte a la dicha comida sin justa causa, y pidiéndolo al Abad y mayordomos so pena de escote doblado, y que ninguno se pueda salir de la cofradía sin que, dicha causa hubiere, so pena de cuatro reales.

 

COMIENZA LIBRO NUEVO DE LA COFRADÍA DE SANTÍSIMO ROSARIO FUNDADA EN EL LUGAR DE GALILEA EL AÑO 1576 Y PROSIGUE ESTE AÑO DE 1728.

 

El maestro Agustín de Eslava, prior de este Convento de Balbuena, extramuros de la ciudad de Logroño  a honra y gloria de Dios todopoderoso y de la Reina de los ángeles, Virgen Santísima, y de nuestro glorioso y patriarca Santo Domingo, confirmo la cofradía el Santísimo Rosario, legítimamente fundada por mis antecesores, en la iglesia parroquial de nuestro señor San Vicente Mártir, en el altar señalado de Nuestra Señora del Rosario, de esta iglesia del lugar de Galilea, de este obispado de Calahorra. Con todas las gracias, jubileos e indulgencias que los sumos pontífices le han concedido y nuevamente le han confirmado este año pasado de 1727, nuestro Papa Benedicto nueve, de feliz memoria y en virtud de la autoridad que las bulas pontificias me conceden para nombrar Abad de dicha cofradía, nombro por Abad y capellán a:

 

Francisco Fernández Cenzano,

 

Presbítero y capellán de las cofradías que en dicho lugar fundó  señor inquisidor de la Suprema, D. Juan José de Tejada, a quien doy toda mi autoridad para que pueda escribir cofrades, así vivos como difuntos, bendecir rosarios, candelas, así como publicar las indulgencias y jubileos del Rosario, explicar sus misterios, explicar sus milagros y nombrar mayordomos en conformidad con la Regla; que cuiden del servicio y limpieza de la imagen, capilla y altar, y responder por los cofrades a todos los escritos en este libro; y le encargo mucho promueva delante de Nuestra Señora y su Santísimo Rosario, como cosa tan importante para el beneficio de las almas, y que una vez cada año remita este libro para que el prelado de este convento confirme lo que esté escrito y los cofrades que se hayan escrito, y en caso de que falte el capellán, ahora por mí nombrado, se haga saber a este convento, para hacer nuevo nombramiento.

Y en fe de lo cual lo firmo, en este convento de Balbuena, a nueve de abril de mil setecientos y veinte.

 

  

[1]  Moneda antigua, de menos valor que la blanca.

[2]  Moneda antigua de vellón, que según los tiempos tuvo diferentes valores

REGLA DE LA COFRADÍA DE SAN VICENTE

 

Bula de Ntro Santísimo Padre Inocencio XI a favor de la Cofradía de San Vicente del lugar de Galilea, para perpetua memoria.

 

Habiéndonos constado que en la parroquial u otra iglesia del lugar de Galilea, obispado de Calahorra, hay canónicamente fundada o por fundar una piadosa y devota cofradía de fieles de Jesucristo de ambos sexos, y no de hombres de alguna forma particulares, bajo la invocación de San Vicente…

REGLA DE LA COFRADÍA DE LA VIRGEN DE GRACIA

 

Virgen de Gracia

En  siglo XIX se creo una cofradía cuyos estatutos recogen claramente los derechos y obligaciones de los cofrades en momentos muy cualificados del año y en situaciones muy concretas, cuya actividad da comienzo el primero de julio del año 1888. Previamente a su autorización canónica, hubo que solicitar por parte del cura y de «varios feligreses a mi cargo» al obispado de Calahorra el consiguiente permiso para la fundación de dicha cofradía, algunos de cuyos escritos fueron los siguientes:

 

Excmo. é Ilmo Sor.

 

El infrascrito Pbro. cura propio de la parroquia de San Vicente de este pueblo de Galilea a V.E.J. con el debido respeto y la más atenta consideración, expone==

 

Que habiéndome manifestado varios feligreses de esta de mi cargo desean establecer una cofradía de la Santísima Virgen, bajo la advocación de nuestra Sra. de Gracia, que se venera en este pueblo, cuyos estatutos tengo el honor de remitirle a S.E.J. suplicándole se digne prestar su aprobación si en su elevado criterio, los juzga dignos de ella.

 

Asimismo, con el piadoso fin de excitar más el fervor de los cofrades suplico a V.E.J. conceda cuarenta días de indulgencia por cada asistencia de la referida cofradía.

 

Gracia que no dudo conseguir del bondadoso corazón de V.E.J. cuya preciosa vida Dios guarde m.a.

 

Galilea, 22 de junio de 1888

 

Pedro Sada.

 

El mayordomo de la cofradía a nombre de todos los cofrades,

 

Andrés Fernández

 

Calahorra, 28 de junio de 1888

 

Vistos los presente estatutos que ha de regirse la cofradía que con el nombre de Nuestra Señora de Gracia piensan establecer en  Galilea el párroco y alguno de sus feligreses y conformándonos con el dictamen de nuestra Fiscal General según obra en el expediente original entregado en nuestra Secretaría de Cámara y Gobierno, los aprobamos cuanto son en derecho, reservándonos a Nos y a nuestros sucesores la facultad, con exclusión de ningún otro, de introducir en ellos cualquier modificación que se creyese conveniente.

Facultamos, en su virtud, al expresado párroco, para que pueda erigir canónicamente la citada cofradía a tenor de estos estatutos y en prueba del agrado con que vemos el aumento del culto y veneración a nuestra Madre Santísima, concedemos cuarenta días de indulgencia a los cofrades por cada vez que se reciban los Santos Sacramentos de las festividades que se menciona en el estatuto 3º

 

 Por mandato de S.E.J el Obispo mi señor,

 

Dr. José de la Blanca

 

Virgen de Gracia

Acta de erección canónica de la Cofradía de Ntra Señora de Gracia, en la parroquia de San Vicente, de este pueblo de Galilea.

En el pueblo de Galilea, Diócesis de Calahorra y la Calzada, Provincia de Logroño a primero de Julio de 1888, yo don Pedro Sada, Pbro., cura propio de su iglesia parroquial, autorizado por nuestro dignísimo prelado, en presencia de los señores cofrades de la referida Cofradía de Ntra. Señora de Gracia, reunidos al efecto en la sacristía de la precitada parroquia, erigí, canónicamente dicha cofradía, y leídos los anteriores estatutos de la misma y aprobación superior, enterados los referidos cofrades, convinieron de común acuerdo en que comenzara a obligar en cumplimiento desde el día primero de julio de dicho año.

Y para que conste lo firmo y sello con el de la parroquia en Galilea fecha ut supra.

 

El abad,

 

Pedro Sada.

 

 

PRIMERA ACTA DE LA COFRADIA

 

En el pueblo de Galilea a primero de julio de mil ochocientos ochenta y ocho reunidos los señores Abad, Mayordomo y demás cofrades de la cofradía de Ntra Sra de Gracia, en la sacristía de la iglesia parroquial, después de quedar enterados de los anteriores de estatutos de la misma, se nombró mayordomo al cofrade D. Andrés Fernández por ser de más edad que los anteriores cofrades, disponiendo que así sucesivamente, se nombrase mayordomo cada año y finalmente, de común consentiomiento, se acordó lo siguiente:

 

1º.- Que si algún cofrade faltase a las funciones religiosas y demás asistencias de cofradía, tres veces en un año, siendo la falta culpable o voluntaria, sin causa justa y razonable, y sin licencia de los señores Abad y Mayordomo, será despedido de la cofradía.

 

2º.- Que para la festividad principal de la Santísima Virgen, que se celebra el quince de agosto de cada año, se compren dos docenas de cohetes.

 

Y finalmente que en la misa conventual de dicho día haya ofertorio por antigüedad de cofrades.

 

Y para su cumplimiento lo firmamos fecha ut supra,

 

El Abad,                                                        El Mayordomo

 

Br. Pedro Sada                                                        Andrés Fernández

 

Por los demás cofrades,

 

Elías Fernández                      Leonardo Aragón                   Francisco Fernández

 

 

   REGLA DE LA COFRADÍA DE LA VIRGEN DE GRACIA. AÑO 1888

“Persuadidos de que la verdadera y primera devoción a la Santísima Virgen María, Madre de Dios y Señora nuestra es uno de los principales medios para adelantar en la virtud y evitar el pecado, cumpliendo así con el altísimo fin para el que fuimos creados y con el piadoso deseo de fomentar cuanto nos sea posible esta devoción de la Madre de Dios, ya que tenemos la honra de venerarla en la hermosa ermita, situada extramuros de este pueblo de Galilea, como nuestra especial protección y abogada, bajo la augusta y consoladora advocación de Nuestra Señora de Gracia, hemos determinado, con el favor divino, establecer en esta parroquia de San Vicente de este pueblo, una cofradía titula de la Virgen de Gracia.

Y para que esta Cofradía sea permanente y bien gobernada, nosotros, devotos y cofrades que una vez ya establecida deseamos ser de la misma, ordenamos los estatutos siguientes:

1º.- Primeramente ordenamos que todos los que de ser cofrades de esta santa Cofradía sean católicos y buenos cristianos y a voluntad todos o la mayor parte de los mismos para cuanto en la misma se tratase y dispusiese para mayor honra y gloria de Dios nuestro Señor y de su bendita Madre.

2º.- Ordenamos que en dicha Cofradía haya un Abad que desde luego nombramos al cura párroco que es al presente y en un tiempo fuere, cuyo Abad de le suplicamos rija y gobierne esta cofradía y haga cumplir y que se cumplan estos estatutos lo mejor que Dios Nuestro Señor le diere a entender para lo cual será de su cargo leer y declarar los mismo e instruir a los cofrades y decirles que están obligados a practicar para su exacto cumplimiento. Asimismo que haya un Mayordomo suplente que ayude al Sr. Abad a quienes nosotros presente cofrades y los que por tiempo fueren sean obligados a obedecer bajo las penas que ellos pusiesen.

3º.- Para dar culto a la Santísima Virgen ordenamos que las seis festividades de la misma, a saber: en el día de la Purificación de nuestra Señora, Anunciación, Asunción, Natividad, Santísimo Rosario y Purísima Concepción han de asistir todos los cofrades a la misa conventual y procesión que se acostumbra a celebrar en esta parroquia de cuyos cofrades acudirán ocho, llamados de oficio, que se nombrarán por orden cada año, con los cirios encendidos a la procesión, y los cuatro siguientes serán obligados a llevar las andas de la imagen siempre que no haya a tiempo otras personas devotas que se presten a ello. Todo cofrade que falte sin causa legítima pagará un real de multa.

 4º.- Ordenamos que en la tarde del día 14 de agosto de cada año, asistirán todos los cofrades con los cirios a la procesión que se celebra para bajar la sagrada imagen de Nuestra Señora de Gracia, desde la parroquia a su ermita y a las vísperas solemnes cantadas a continuación. El que faltase pagará para fondos la multa de dos reales.

5º.- Ordenamos que en el día 15 de agosto de cada año, fiesta principal de la Santísima Virgen, o sea de su gloriosa Asunción a los cielos, recibirán los santos sacramentos de penitencia y comunión todos los cofrades, no habiendo causa legítima que se lo impida. Además asistirán igualmente con los cirios a la procesión, misa solemne y vísperas que en dicho día se acostumbra a celebrar en la referida ermita.  El que faltase tanto a la comunión general como a las demás funciones pagará para fondos dos reales.

6º.- Ordenamos que en el día del santísimo Corpus Cristi y Domingo de la Octava asistan los cofrades con los cirios a la procesión bajo la pena de un real.

7º.- Ordenamos que, consistiendo la prueba terminante y sincera de ser verdaderos cofrades de la Santísima Virgen en la moralidad de costumbres, si algún cofrade se observase que no cumple en algunos preceptos que nuestra Santa Madre Iglesia nos da a todo cristiano y con su mala conducta da escándalo a los demás, sea amonestado por el Abad y si no obstante dicha amonestación siguiese, le hará presente el Sr. Abad a los cofrades, Justificada la falta pública será despedido para corrección de los demás.

8º.- Ordenamos que cuando se administre el viático a algún cofrade o cofrades, procure el mayordomo tener abierta el arca de los cirios para cogerlos fácilmente todos aquellos cofrades que puedan asistir.

9º.- Ordenamos que todos los cofrades han de asistir a los funerales del cofrade o cofradesa difuntos, con los cirios, tanto a la conducción del cadáver como a la misa de entierro y que dentro de la novena se le entregara por el mayordomo un cirio al interesado del difunto para que arda en su lugar correspondiente.  Además de dicha novena se celebrará una misa con la asistencia de toda la cofradía por el eterno descanso del alma del cofrade o cofradesa difuntos. El que faltase sin causa justificada pagará la multa de dos reales. El cirio sólo arderá en la misa llamada de hora y rosario de la tarde.

10º.- Ordenamos que si alguno se encomendase a esta Cofradía para la asistencia a los funerales como a un cofrade, a excepción de la misa de cofradía pagará la limosna de ciento veinte reales para fondos de la misma.

11º.- Ordenamos que si alguno pidiese la entrada a esta Cofradía y no fuese hijo, nieto o yerno de cofrade, siendo persona de conducta morigerada y que reúna las condiciones necesarias para cumplir con estos estatutos, será admitido pagando la limosna de treinta y seis reales.

12º.- Ordenamos que si algún cofrade se ausentase del pueblo pagará cada año doce reales para fondos de la Cofradía y si se negase a ello será despedido de la misma.

13º.- Ordenamos que si alguna mujer viuda independiente pidiese su ingreso en esta Cofradía ya sea que viva en este pueblo ya fuera de él, siendo persona de buena conducta, será admitida y como no ha de levantar las cargas de un cofrade tendrá la obligación de pagar veinticuatro reales de ingreso y doce cada año.

14º.- Ordenamos que si el hijo o nieto de cofrade difunto desea continuar en esta cofradía sin haber cumplido la edad suficiente, o sea antes de los doce años, no será admitido hasta cumplida dicha edad pero sí se le reservará el derecho de su padre o abuelo difunto.

15º.- Ordenamos que todo cofrade asiste a las funciones de la Cofradía con chaqueta puesta y con la decencia correspondiente a su clase. Si alguno faltase a ello será requerido por el mayordomo para efectuarlo y pagará la multa de un real.

16º.- Ordenamos que si algún cofrade fuese despedido de la Cofradía por causa legítima o por sí mismo se despidiese, no será más admitido a la misma ni se le devolverá la limosna que pagó al ingreso.

Y finalmente ordenamos que en la tarde del domingo del Santísimo Rosario, después de terminados los oficios divinos, acudirán todos los cofrades a la sacristía de esta parroquia en la que estarán con la devoción y debida reverencia con el objeto de que en dicha tarde de cada año pueda dar las cuentas el mayordomo, de los ingresos y gastos habidos durante el año de su mayordomía en esta Cofradía. En la referida tarde se pagarán todas las multas de las faltas de asistencia. Se nombrará mayordomo y suplente para el nuevo año así como los cofrades de oficio y se leeran estos estatutos para mejor inteligencia de los cofrades haciendo las advertencias que fueren necesarias para mejor dirección y estabilidad de esta Cofradía.

Además bien enterados de que la costumbre de tener comida o merienda, llamada de cofradía, que en algunas cofradías todavía se observa, suelen ser causa de algunos abusos dignos de toda reprobación, ordenamos que en esta cofradía no ha de haber comida de cofrades ni de ninguna clase de refresco.

Así lo acordamos los nuevos cofrades de común consentimiento en la junta de cofradía que tuvo lugar en la sacristía de esta parroquia con la expresa licencia del Sr. cura propio de la  misma, cuyos estatutos aprobados que sean por nuestro dignísimo prelado, nos obligamos a cumplir ayudados de la divina gracia.

 

Galilea 5 de junio de 1888.

 El Abad, Pedro Sada; el mayordomo, Andrés

 Fernández; el suplente, Toribio Muro.

En el número 39 de la revista Berceo el año 1956, y en sus páginas 213 a 219, el investigador Oscar Alberto Sáenz Barrio da a conocer dos cartas reales fechadas en Toro el día 1 de agosto de 1382 disponiendo y confirmando la aportación tributaria que ha de ser regulada en la cobranza de las cargas reales a los municipios que componen la Tierra de Ocón entre los que se encontraba Galilea. La primera de estas cartas es una confirmación del Rey D. Pedro I el Cruel, de una carta de su padre Alfonso XI por la que se determina la cuantía en la recaudación del “yantar”, tributo para la mesa del Rey. Dice así:

Pedro I El Cruel

«Don Pedro[1] por la Gracia de Dios Rey de Castilla, de Toledo, de León, de Galicia, de Sevilla, de Córdoba, de Murcia, de Jaén, de Algarbe, de Algeciras e señor de Molina. A vos, Gomes Peres mio despensero mayor e a cualquier o cualesquier que hayan de coger e de recabdar en renta o en fieldat o en otra manera cualquier agora e daqui adelante, las mis yantares en la merindat de Logroño e a cualier de vos que esta mi carta fuese mostrada, salut e gracia.  Sepades que e Concejo de Ocón me enviaron sus peticiones con Sancho Pérez e Martín Pérez, sus procuradores e parescieron con ellas contra los oidores de la mia audiencia entre los cuales me enviaron decir que tenía carta del Rey D. Alfonso, mio padre que Dios perdone, en Toro por bien de gela mandar dar seellar con su sello de plomo que no pagasen de cada año por yantar[2] mas de trescientos maravedís[3] al tenor de la cual carta dice en esta guisa:»

 

Don Alfonso[4], por la Gracia de Dios, Rey de Castilla,…a qualquiera o qualesquiera que hayan de coger e de recabar en renta o en fieldat o en otra manera qualquiera, agora e de aquí adelante, los nuestros yantares en la merindat[5] de Logroño, salud e gracia.  Sepades que el Concejo de Ocón nos enviaron mostrar por nuestras cartas e recabdo cierto, en como en tiempo los Reyes onde nos benimos nin en el nuestro fasta aquie que non pagaron mas por la nuestra yantar de trescientos maravedis e agora nuevamente ge los que cogen o recabdan las dichas nuestros yantares en la dicha merindat que por los cohechar e llevar de ellos algo maliciosamente ge los demandare seiscientos maravedís por la dicha yantar e que los prendan e toman lo que les falla, por ello ellos no aviendo por que pagar mas de los dichos trescientos maravedís.

 

E enviaron nos pedir merced que ge lo mandasemos a si guardar e nos tenemos por bien que los de dicho logar de Ocón e de su término que no pagen daquí adelante por la dicha yantar más de los dichos trescientos maravdis. Porque vos mandamos que vista esta nuestra carta que pagando vos los de dicho logar de Ocón os dichos trescientos maravedis por la dicha yantar cada año cuando vos gelos enviaramos a demandar e que los non demandes mas nin les prendares por ello. E non fagadas ende la sopena de la nuestra merced e de cien maravedis de la moneda nueva a cada uno. E si lo asi facer e cumplir con quisieredes mandamos a Ferrant Peses de Porto Carrero nuestro Merino Mayor en Castilla e a los merinos que por nos e por el andvieron agora e daqui adelante en la merindat de Logroño e a los de dicho logar de Ocón e a Rodrigo Alfonso de Logroño, nuestro Ballestero e Teniente logar de Ballestero mayor en la nuestra casa Alcalde del Castillo del dicho logar de Ocón e dotro cualquier Alcalde que y por nos o por el estuviese agora e daqui adelante o cualquier o cualesquier dellos que vos lo non consientan.

Alfonso XI

E por cualquier o cualesquier que ficare que lo así non quiseredes cumplir mandamos a los del dicho logar de Ocón o al que lo viere de recabdar por ellos que vos emplasen que parecieres ante nos doquier que nos seamos del dia que vos emplaaren a quince dias, so la dicha pena de los cien maravedis a cada uno. E de cómo esta nuestra carta vos fuera mostrada e la cumplieredes mandamos so la dicha pena a qualquiera escribano público que para estos fuere llamado que de ende al ome que vos la mostrara testigo signado con su signo porque nos sepamos como cumplide nuestro mandato. E desto le mandamos dar esta nuestra carta, sellada con nuestro sello de plomo. La carta leida dirigela. Data en Toro, primero día de agosto, era de mile e trescientos e ochenta e dos años. Ferrant Sancho, Notario Mayor del Rey en Castiella la mando dar de parte del dicho Señor. Yo Garsi Sanches, escribano del Rey la fi escribir. Sancho Mudarra, Vista Eloy Dias, Ferrant Matines, Ferrant Folio, Gonzalo Ferrandes, Ferrant Sancho, Bartolomé Gonzalo.

 

E enviaronme pedir merced que ge la mandase asi guardar e yo tovelo por bien porque v mando vista esta mi carta que pagando vos los del dicho logar de Ocón los dichos trescientos maravedis, por la dicha yantar cada año cuando yo enviare demandar que los son demandades nin los prendades porque vos den por yantar mas cuantia de los dichos tresncientos maravdis. E si los asi faser e cumplir no quisieredes, mando a Juan Garcia Manrique mio Merino[6] Mayor en Castilla e a los Merinos o Merino que por mi o por el anduvieren en las merindades de Castilla e de Logroño e a los de dicho logar de Ocon que vos lo non consientan sino por cualquier cualesquier de vos o dellos por quien fincare de lo asi faser e cumplir, mando al ome que esta mi carta vos mostrare, que vos emplace que parecieres anti mi doquier que yo sea del dia que vos emplazare a quince dias so la dicha pena de los seiscientos maravedis a cada uno e desir por cual razon no  compedes mio mandato e de cómo esta mi carta vos fuere mostrada e la cumplieredes mando sobre la dicha pena a cualquier escribano publico que para esto fuere llamado que de ande vos la mostrare testigo signado con su sigo porque yo sepa en como cumpliedes mio mandato. La carta leida dirigela. Dada en Valladolid en diez dias de agosto era de mil e trescientos e ochenta e nueve años. E yo Alfono Garcia de Castro notario de Castilla la mando dar porque fue osi tratado por audiencia. Yo escriba Sancho, esribano del Rey la fice escribr.  Pascual Buey

 

La segunda carta real es una confirmación de Enrique III[7] de una concesión tributaria a la Tierra de Ocón hecha por el rey Alfonso XI, su tatarabuelo, y dice así:

Sepan cuantos esta carta vieren como yo, D. Enrique, por la Gracia de Dios rey de Castilla, de León, de Toledo, de Gallisia, de Sevilla, de Córdoba, de Jahen, del Algarbe, de Algeciras, et señor de Vizcaya e de Molina. Vi una carta del Rey D. Alfonso escrita en pergamino de cuero, et sellada con su sello de plomo pendiente en filos de seda, fecha en esta guisa:

 

Don Alfonso, por la gracia de Dios, Rey de Castilla, de León,… A qualquiera o cualesquiera que an de coger o de recaudar en renta o en fieldat,  o en otrmanera qualquiera las primicias que nos han dado los de las villas e logares e la merindat de Logroño, agora et aquí adelante. Salut e gracia.

Sepades que los consejos de Ocon et de Villiella de comun e de sus consejos se nos enbiaron querellar e nos digeron que ellos tienen e uso et de costumbre en tiempo de los reyes onde nos venimos, e el nuestro fasta aquí, de pagar por las dichas primicias por cada yunta de bueyes et de ganado de lavor, una fanega de pan de medio trigo et de media cevada et non mas, por todo lo que han et dan por la dicha primicia, asi por menudo[8] como por granado[9]. Et que agora, nuevamente, que algunos de vos que les demandades, nos paguen las dichas primicias por granado, et por menudo, todo lo que asi montaren.  Et dis que maguer vos muestran et nos representan que pues ellos an de uso et de costumbre de siempre aca de pagar por las dichas primicias una fanega de pan por cada yunta, como dicho es, et no mas, et lesf ue guardado fasta aquí, que les non queriades creer; mas dicen, que lo non quisisteis, nin queredes faser asi; et que les prendades e tomades todo lo que les falladas por ello, et en esto que faciades agravio, et que han perdido et menoscabo mucho de lo suyo; et enbiaron nos pedir merced, et mandasemos et tuviesemos por bien, como vos mandamos, que vista esta nuestra carta o el traslado de ella signado de Escribano publicco, que, pues en el tiempo de los Reyes onde nos venimos, et en el nuestro fasta aquí ovieron de uso et de costumbre de los dichos lugares de Ocon, et de Villiella e pagar por todo lo que ovieron de dar por las dichas primicias de cada yunta de vueyes, et de ganado de labor una fanega de pan, como dicho es, que les non demandades agora ni de aquí adelante mas quantia de la dicha fanega de pan por cada yunta, como dicho es, por las dichas primicias.

Et les guardes de dicho uso, et costumbre, que ellos an en esta razon según e como mas auténticamente les fue guardado fasta aquí, et les non pasades a mas desde, que dicho es. Et nuestra volunta es que les sea guardado. Et si mas desde les quisierades ir o pasar, Mandamos a Johan de Portocarrero, nuestro Merino Mayor en Castilla, e a los merinos que por nos e por el an de ser agora, et de aquí adelante en la merindat de Logroño, et a los del dicho logar de Ocon: et a Rodrigo Alfonso de Yangüas nuestro vasallo, e teniendo lugar de batto mayor en la mia casa et nuestro Alcayde del Castillo del dicho lugar de Ocon, o otro  alcayde, que por nos, o por el estuviese agora, y de aquí adelante o qualquier o qualesquiera  dellos, e a los de dicho logar de Villiella, que vos lo non consientan.

Et demas desto, por qualquier o qualesquier  de vos e dellos, que si non, que lo ansi non quisierades cumplir, mandamos a los de dichos logares de Ocon, e Villiella o al que lo hobiere de recaudar por ellos, que vos emplasen que paresca ante nos do quier, que nos seamos del dia, que vos emplasaria a quince dias, so la dicha pena de los dichos cien maravedis a cada una. Et de cómo esta nuestra carta vos fuere mostrada, et la aprovechades, mandamos so la dicha pena a cualquiera escribano publico, que para ella fuere llamado, que dende el ome, que vos lo mostrare testimonio signado con su signo. Et desto le mandamos dar esta nuestra carta sellada con nuestro sello de plomo, La Carta leida, datsela.  Dado en Toro, primero dia de agosto. Era de mill, et trescientos, et, ochenta, et dos años.  Ferrant Sanchez, notario mayor del Rey de Castilla la mando dar de parte del dicho señor. Sancho Mudarra. Vista Ruiz Diaz.

Et agora Consejo de omes buenos de los dichos logares de Ocon y Villiella, embiaronme pedir merced, que los confirmase la dicha carta, et la merced de ella contenida, et gela mandase guardar et cumplir. Et yo el sobredicho Rey don Enrique por faser bien la merced de dicho Concejo et omes buenos de los dichos logares de Ocon e de Villiella tovelo por bien et confirmeles la dicha carta et la merced en ella contenida. Et mando que les vala, et que sea guardada si, et según que les valo, et fue guardada en tiempo del Rey don Enrique[10] mi abuelo et del Rey don Juan[11], mi padre et mi señor que Dios perdone et en el tiempo fasta aquí. Et defiendo fiermemente, que alguno, nin algunos no sean osados de los yr nin pasar contra la dicha carta confirmada en la manera que dicha esnin contra lo en ella cotenido nin contra parte della para guarda, quebranta o mengua en algun tiempo por alguna manera.

Et qualquier et cualesquier, que lo fiziesen habrian la mi merced et pecharme yam la pena de la dicha carta contenida. Et a los dichos Consejo et omes buenos de los dichos logares de Ocon et de Villiella, o a quien sus veces lo viesen todas las costas e dapnos e menoscabos, que por ende recibiesen, doblados. Et ademas mando a todas las Justicias, et oficiales de mis Reynos do esto acaesciere, asi a los que agora son, como a los que de aquí adelante, eta cada uno de ellos, que se lo non consientan, mas que los defiendan, et amparen en la dicha merced en la manera que dicha es. Et que prenden e bienes de aquellos que contra ello fueren, por la dicha pena, et la guarden para facer della lo que mi merced fuere.

Et que enmienden, et fagan enmendar  a los dichos Concejo et omes buenos de lo dichos logares de Ocon et de Villiella, o a quien sus voces tuviere de todas costas et dampnos, et  menos cavos que por ende recibiesen doblados como dicho es.  Et demas por qualquier o cualesquier po quien fincare de lo asi facer, en cumplir, mando al ome, que les esta mi carta mostrare, o el traslado della signado de Escribano público sacada et autorizada de Juez, o de Alcalde, que los emplaze, que parezcan ante mi, en la mi Corte, del dia que los emplazase, a quince dias primeros siguientes so la dicha pena y cada uno a desir por cual rason no cumplen mi mandato. Et mando so la dicha ena a cualquier Escribano publico que eso fuere llamado, que de ande al que gelo mostrare testimonio signado con su signo, porque sepa en como cumplen mi mandato. Et desto les mande dar esta mi Cata escrita en pergamino de curo et sellada con mi sello de plomo pendiente en filos de seda. Dada en la ciudad de Palencia, veintisiete dias de octube,año del Nacimiento de Nuestro Señor Jesu Cristo de mill, et quatro cientos, et tres años. Yo Juan Afonso de Cortijo Escribano de Nuestro Señor el Rey lo fize escribir por su mandato. Didacus Garsiperez publicus in legibus licenciatus.

La relación de los dos documentos confirmados es indudable; ambos son de Alfonso XI y están fechados el mismo día en Toro. Esto viene a demostrar que el Valle y Tierra de Ocón poseía gran predicamento, suponiendo una verdadera importancia para Castilla durante la Edad Media, potente bastión frente a los moros, primero y frente a Navarra después.

Sus señores representan la más añeja nobleza del reino: desde los Duques de Nájera hasta los de Treviño, pasando por Manrique de Lara, la más hidalga reciedumbre castellana paseó los corredores de su bien almenado castillo. De aquí puede arrancar que desde muy antiguo disfrutase de exenciones y privilegios especiales conseguidos a los Reyes.

Respecto a las dos cartas anteriores, puede creerse que ante los desafueros de los recaudadores se querellasen ante el Rey los fieles vasallos de Ocón, concediendo en la misma fecha las primicias de las dos gabelas o impuestos reales, que cargaban sobre ellos: la del yantar, perteneciente al patrimonio real; y la de rentas, que venia a engrosar los fondos de la Tesorería Real. Más tarde, y por las mismas causas que se concedieron, hubieron de ser confirmadas como hemos visto por D. Pedro y D. Enrique. La contribución del yantar ya no se pagaba en el silo XVIII, mientras que el beneficio en la renta, representado por la otra carta, surtía aún efectos a principios del XIX.

 

[1] Pedro I el Cruel (1334-1369), rey de Castilla y León (1350-1369). Hijo de Alfonso XI y María de Portugal, heredó el trono en medio de una compleja situación política y de una profunda crisis económica. Su padre había tenido diez hijos bastardos con Leonor de Guzmán, entre los que estaba el conde de Trastámara, el futuro Enrique II

[2]  Cierto tributo que pagaban, generalmente en especie, los habitantes de los pueblos y de los distritos rurales para el mantenimiento del soberano y del señor cuando transitaban por ellos. A veces se conmutaba en dinero.

[3]  Moneda española, efectiva unas veces y otras imaginaria, que ha tenido diferentes valores y calificativos. Se han dado a este nombre hasta tres plurales diferentes: maravedís, maravedises y maravedíes. El tercero apenas tiene ya uso

[4]  Alfonso XI el Justiciero (1311-1350), rey de Castilla y de León (1312-1350). Hijo de Fernando IV y de Constanza de Portugal y padre de Pedro I el Cruel

[5] Distrito con una ciudad o villa importante que defendía y dirigía los intereses de los pueblos y caseríos sitos en su demarcación.

[6]  Juez que tenía jurisdicción en un territorio determinado.

[7] Enrique III (de Castilla) (1379-1406), rey de Castilla (1390-1406) y  bisnieto de Pedro I el cruel. A la muerte de su padre Juan I (1390) se abrió un periodo determinado por su minoría de edad, que duró hasta 1393.

[8]  Diezmo de los frutos menores, como hortalizas, frutas, miel, cera y otros semejantes, que se arrendaban y recaudaban con el nombre de renta de menudos.

[9]  Diezmo de los frutos mayores como cereales, viñedos, olivar, etc

[10] Enrique II (de Castilla) (1333-1379), rey de Castilla (1369-1379). Hijo bastardo de Alfonso XI, fue el primer rey castellano de la Casa de Trastámara  y encabezó la rebelión nobiliaria contra su hermano Pedro I el Cruel.

[11] Juan I (de Castilla) (1358-1390), rey de Castilla (1379-1390), hijo de Enrique II. Nació en Épila (Zaragoza).

FONDOS DOCUMENTALES DEL ARCHIVO RELIGIOSO

 

Seminario Conciliar

No cabe ninguna duda de que cualquier  archivo religioso contiene información vital para conocer, de primera mano, el acontecer diario de la época que abarque sus legajos. Todos sabemos de la obligatoriedad que tenían los curas, después del Concilio de Trento, de anotar cuanto de destacable ocurriera en las parroquias, y la minuciosidad con que éstos llevaban a cabo su tarea.  Por eso es importante conocer la cantidad y calidad de los fondos documentales del archivo religioso de Galilea, depositados actualmente en el Archivo Diocesano. Al mes de julio de 1991, las carpetas eran estas:

 

BAUTIZADOS.

 

  • Libro de 43 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre el 8 de abril de 1501 y el 3 defebrero de 1605
  • Libro de 136 folios, en pergamino, que comprende las fechas del 6 de enero de 1606 al 6 de octubre de 1960.
  • Libro de 231 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre el 22 de noviembre de 1690 al 14 de noviembre de 1805
  • Libro de 150 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre el 8 de febrero de 1806 y el 12 de febrero de 1851
  • Libro de  60 folios, en pergamino, que abarca las fechas  comprendidas entre el 19 de marzo de 1851 y el 28 de febrero de 1859
  • Libro de 184 folios, en pasta, que abarca las fechas comprendidas entre el 4 de enero de 1860 y el 6 de febrero de 1889
  • Libro de 90 folios que abarca las fechas que van des el año 1852 al 1919

 

CASADOS

 

  • Libro de  77 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas  entre el 21 de enero de 1548 al 22 de agosto de 1690
  • Libro de 217 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre el 17 de septiembre de 1691 al 2 de noviembre de 1859
  • Libro de  90 folios que abarca las fechas comprendidas entre el año 1859 al año 1987.

 

FINADOS

 

  • Libro de 56 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre el 1 de enero de 1548 al 1 de febrero de 1595
  • Libro de 170 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre el 1 de abril de 1595 al 7 de marzo de 1691
  • Libro de 220 folios, en pergamino, que comprende las fechas desde el 18 de agosto de 1691 al18 de abril de 1824
  • Libro de 65 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre el 29 de junio de 1824 al 30 de octubre de 1859
  • Libro de 90 folios que abarca las fechas comprendidas entre los años 1859 y 1897

 

FABRICA

 

  • Libro de 350 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1646 y 1760
  • Libro, sin foliar, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1761 al 1893

 

CUENTAS DE LA CAPILLA DE NUESTRA SEÑORA DEL PILAR

 

  • Libro de 140 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1729 al 1801

 

ESCRITURAS DE LAS FINCAS QUE PERTENECIERON A LA CAPILLA DEL PILAR

 

  • Libro de 376 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1729 al 1801

 

ESCRITURAS DE LAS FINCAS QUE PERTENECIERON A LA CAPILLA DEL PILAR

 

  • Libro de 376 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1694 al 1770

 

APEOS DE FINCAS DE LA IGLESIA Y SUS ARRENDAMIENTOS

 

  • Libro de 226 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1739 y 1896

 

LIBRO DE LA COFRADÍA DE SAN VICENTE MÁRTIR

 

  • Libro de 276 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1730 al 1896

 

LIBRO DE CUENTAS DE NUESTRA SEÑORA DE GRACIA

 

  • Libro de 170 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1712 al 1824
  • Libro, sin foliar, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1886 y 1978

 

ÁNIMAS

 

  • Libro de 137 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1632 al 1717
  • Libro de 130 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1718 al 1876

 

ANIVERSARIOS

 

  • Libro de 135 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1674 al 1764
  • Libro de 115 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1765 al 1892

 

MEMORIAL DE MISAS DE BELTRAN

 

  • Libro que abarca las fechas comprendidas entre los años 1745 al 1868

 

COFRADÍA DEL ROSARIO

 

  • Libro de 163 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1576 al 1832

 

COFRADÍA DEL SANTÍSIMO

 

  • Regla. En pergamino, data del año 1641
  • Libro de 200 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1722 al 1912

 

COFRADÍA DE LA VERA CRUZ

 

  • Regla. En pergamino, y data del año 1570
  • Libro de 300 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1710 al 1800
  • Libro, sin foliar, en pasta, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1801 al 1887
  • Libro de 173 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1888 al 1931

 

COFRADÍA DE NUESTRA SEÑORA DE GRACIA

 

  • Libro de 200 folios, en pasta, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1888 al 1975

 

COFRADÍA DE SAN VICENTE MÁRTIR

 

  • Libro de 150 folios, en pasta, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1898 al 1942

 

FUNDACIÓN DE MISAS DE DON MANUEL FERNÁNDEZ CERECEDA

 

  • Libro de 100 folios, en pasta, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1913 al 1975

 

APOSTOLADO DE LA ORACIÓN

 

  • Libro sin foliar, en pasta, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1887 al 1982

 

CASA RECTORAL

 

  • Libro sin foliar, en pasta, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1922 al 1962

 

CENSOS. VENTAS. CAPELLANÍAS

 

  • Correspondientes a los años 1676 al 1887
Historia de la iglesia

LA IGLESIA PARROQUIAL DE SAN VICENTE MÁRTIR

 

Panorámica del interior de la iglesia

 

La iglesia parroquial de San Vicente parece comenzada a construir en la primera mitad de XVI terminándose la nave a finales de ese siglo o comienzos del siguiente. Se trata de un edificio de sillería, mampostería y ladrillo de una nave de tres tramos crucero y cabecera ochavada en tres paños cubierta con crucería estrellada con combados curvos  y terceletes sobre arcos de medio punto y pilares redondos adosados, y ménsulas. Los brazos del crucero se cubren con cañón.  A los pies hay un coro alto sobre crucería estrellada. En el primer tramo se abren dos capillas barrocas a ambos lados. En el segundo tramo se abre, al norte, la capillabarroca  de en honor a la Virgen de El Pilar construida en el siglo XVIII. La sacristía se sitúa al norte del crucero. La torre se sitúa a los pies, orientada asimismo al norte y con tres tramos de sillería. Ambas son obra del XVII-XVIII.

La iglesia parroquial de Galilea, al igual que  las otras ocho iglesias del resto de los pueblos que conforman el Valle de Ocón, datan de los siglos XVI y XVII tanto en lo que se refiere a las obras de construcción de nueva planta como a las posteriores y sustanciales reformas que sufrieron en gran parte de la fábrica. La mayoría de estas iglesias, se construyen a lo largo del siglo XVI. La nuestra parece comenzada en la primera mitad de este siglo terminándose la nave a finales de siglo o comienzos del siguiente. Coincide esta construcción con la expansión económica que entonces se observa en en los municipios del Valle de Ocón.  Sus constructores, entre los que destacan nombres como los de Francisco de Odriozola, Juan de Olate, Juan de Maesabel, Domingo de Urcarayn, pero sobre todos, las familias Juaristi y Alzaga son canteros vascos que difunden por todo el Valle una tipología relacionada con modelos constructivos anteriores.

Todos estos maestros vascos, a excepción de Juan de Alzaga, se instalarán en La Rioja alejándose de sus lugares de procedencia, de manera que vemos a Juan de Juaristi I residir en Logroño hacia 1584; Juan de Juaristi II, hijo del anterior, aparece en 1595 como vecino de Préjano y en 1609 de Arnedo, lugar donde moriría en 1625. Una hija de Juan  Juaristi I, María, reside en 1613 en La Villa de Ocón y tras ese año, al morir su marido, se traslada a vivir a Arnedo. En el mismo lugar vivió Gracia, hermana de los anteriores. A diferencia de los canteros santanderinos o «montañeses» que mantienen sus casas y posesiones en su tierra natal, trasladándose a Castilla a trabajar entre marzo y el invierno, los canteros vascos, al no poseer en sus tierras de origen bienes raíces, ya que estos habían pasado al heredero único, adoptaron la vecindad de los lugares donde trabajaron, como así  ocurrió en el Valle de Ocón.

Pasillo central de la iglesia

Gran parte de las fábricas que se construyen en nuestro Valle durante la segunda mitad del siglo XVI, tuvieron como principales artífices a miembros de las familias Juaristi y Alzaga, que en muchas ocasiones colaboraron en las mismas obras ya que aparte de la relación familiar que les unía  por el matrimonio entre Martín de Alzaga y María de Juaristi, debió existir entre ellos algún tipo de relación laboral constatada por las numerosas cesiones y traspasos de obras que realizan. Aunque es de suponer que también intervinieran en la iglesia de Galilea, es en las iglesias de Santa Lucía, El Redal, La Villa de Ocón y Los Molinos, donde está perfectamente documentada la presencia de estos canteros.

Tras las obras realizadas por el maestro Domingo de Urcarayn, la fábrica de la iglesia de Santa Lucía quedará en manos de Juan de Maesabel. En 1572 este maestro la cederá a Juan de Juaristi I que trabajará en ella en compañía  de su hermano Martín, hasta 1584, y en solitario hasta 1587, año en que deja la fábrica a Juan de Alzaga. Coincidiendo con este trabajo en la iglesia de Santa Lucía, Juan de Juaristi se hará cargo de la construcción de la capilla mayor de la iglesia de El Redal donde trabajará desde el año 1584 hasta el de 1591, año de su muerte. Posteriormente se haría cargo de las obras su hijo Juan de Juaristi II.  La tercera iglesia donde trabajaron estos canteros fue en la de San Miguel de La Villa de Ocón en concreto en la construcción de la capilla del coro de la misma.

El 7 de mayo de 1621 vemos  cómo Juan Juaristi II sale fiador de «Lamberto Caxues, bordador de naçión françes», residente en Arnedo en una demanda que le había puesto la iglesia de Santo Tomás de esa ciudad sobre el aderezo de una casulla y dalmática, por las diferencias que ellos tenían en el precio. Lamberto Caxues para responder del fiador, hipoteca la cantidad de dinero que le debía la Iglesia de Galilea de los bordados que había hecho para ella y además deja en prenda una casulla bordada en Corera.

Todas estas iglesias son de una traza similar. Son iglesias de una sola nave, con capillas entre los contrafuertes, soportes de sección circular adosados al muro, arcos apuntados y bóveda de crucería estrellada. Este modelo se mantendrá hasta las primeras décadas del siglo XVII. A partir de la segunda mitad del siglo XVII se observa un cambio en las fábricas introducido por maestros como los Raón, de origen lorenés, o los numerosos maestros navarros que trabajan en esta zona del Valle a finales del siglo XVII y durante el XVIII. Esta transformación está representada en nuestra iglesia en la modificación y reparación de la fábrica efectuada en el siglo XVIII cuando por la mala calidad de la piedra de sillería empleada en su construcción explica alguna de las intervenciones sufridas a mediados del siglo XVIII, como así lo atestigua el siguiente documento:

 

   “Certifico yo Mateo Ibarrola, maestro de obras de cantería, vecino de la villa de Arcinega, y residente en la de Zorzano que habiendo sido llamado para el reconocimiento de una quiebra que padece la iglesia del lugar de Galilea según está mandado por auto de visita, y habiendo visto y reconocido la dicha quiebra, la hallo que necesita de compostura y repasarla, que de lo contrario se seguirá grave perjuicio a la fábrica y que el coste que tendrá a dicho repaso llegará a la cantidad de doce mil maravedíes que es el juicio que hago.

Firmado en Galilea el 9 de octubre de 1764.»

 

En el día 17 del mismo mes y año se emite otro informe sobre el preocupante estado de la fábrica de la iglesia, de este tenor:

 

Escalinata altar mayor

«De orden de don Pedro Marín cura y beneficiado de esta iglesia, vine a reconocer una quiebra que ha hecho dicha iglesia en los dos ochos del Altar Mayor y en el lado de la epístola y habiendo registrado con todo cuidado y visto la causa del quebranto digo que no las fachadas ni los estribos tienen desplome alguno y así la causa proviene de haberse gastado las piedras sillares del suelo hasta la primera piedra, por ser de mal grano y estas por los asientos se muelen con el peso y se rebajan habiendo determinado los tres del cabildo corregir este daño, me ha parecido declarar el modo según lo que alcanzo y es como sigue:

En primer lugar, y antes de dar golpe, se apearán los tres estribos que han padecido el daño con tres maderas buenas que reciban dichos estribos a la mitad de su altura apartados dieciocho pies (cinco metros y medio) de los cimientos y porque el uno de los estribos no se puede apear con los 18 pies de distancia por impedirlo una tapia. Esta se romperá y se podrá asegurar el apeo a dicha distancia. Hecha esta diligencia se sigue romper el cimiento.

Es condición que el maestro debe romper la pared de las espaldas del Altar Mayor por la reja abriendo una ventana y pase de parte a parte de la pared y por esa ventana se entrará una madera, por lo menos de pie y medio en cuadro, y sobre esa madera se cruzará un o dos tablones gruesos que cojan todo el grueso de la pared; y dicha madera con sus tablones se levantará hasta que reciba el peso de la pared y sus dos extremos descansarán sobre dos caballones muy fuertes y bien afianzados dentro y fuera de la iglesia.  La madera tendrá, por lo menos, 16 pies de larga (cinco metros) y labrarse a escuadra para impedir el vagueo.

Y es condición que después de bien asegurados dichos apeos se han de sacar todas las piedras que están debajo de dicho apeo hasta llegar al cimiento; y si este se conoce tener buena unión se proseguirá sobre su firmeza hasta subir de buena mampostería cinco pies y restante hasta el apeo será de buena sillería y se ha de procurar recibir la pared antigua con toda fidelidad cogiendo todo el grueso de macizo. Se ha de hacer la misma diligencia en el otro ochavo con las mismas circunstancias.»

El retablo mayor

El retablo mayor

Aunque el retablo mayor de nuestra iglesia lleva la impronta del escultor romanista Juan Fernández Vallejo, uno de los más importantes del siglo XVII, no sería, sin embargo, quien se encargara de su construcción.  Aunque trazado muy posiblemente por él, todo parece indicar que sería también él quien se adjudicó el remate para realizarlo.  No obstante, la posterior aparición en escena de dos discípulos suyos, Antonio de Zárraga y Antonio de Berganza, para rebajar sustancialmente la cantidad en que este conjunto fue contratado por Juan Fernández de Vallejo en un primer momento, acabaría enfrentando a todas las partes, hasta el punto de que este último se vería obligado a pleitear ara hacer valer sus derechos sobre dicho retablo.

La misa naturaleza de este proceso, abocado a una larga duración, sería una razón de peso para llegar a un acuerdo en firme. Así el 15 de marzo de 1596 Juan Fernández de Vallejo, que incluso había apelado a Burgos solicitando que se le diera la razón en este tema decida renunciar definitivamente en Logroño a cualquier reclamación,

 

“…por cuanto libremente le pueden acudir con los frutos de la dicha yglesia y con lo questá conzertado a los dichos Antonio de Zárraga, vecino de la villa de Arnedo y a Antonio de Berganza, vecino de la villa de Agusejo, personas en quien es rematada la dicha obra.”

 

Tras esta renuncia lo que hay que intuir es una compensación a Juan Fernández de Vallejo por los perjuicios que una actuación tan poco ortodoxa le había ocasionado. Compensación que probablemente habría que traducirla en dinero y, tal vez, en dejarle intervenir en parte del programa escultórico de esta encantadora estructura.

Por tanto, y tal y como supone el catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Deusto, José Ángel Barrio Loza, la autoría del retablo mayor de nuestra iglesia puede atribuírsele al escultor y vecino de Arnedo, Antonio de Zárraga. Hagamos un pequeño esbozo de la biografía de este importante retablista.

 

.EL RETABLO MAYOR DE LA IGLESIA DE SAN VICENTE

 

Expositor

El Retablo Mayor de la iglesia Parroquial de San Vicente de Galilea se resuelve en bancal y tres cuerpos o pisos, distribuidos en tres calles.

El banco dispone a los cuatro evangelistas (San Mateo, San Juan, San Lucas y San Marcos) en fondos en donde corre un delicado friso de triglifos,(adorno del friso dórico que tiene forma de rectángulo saliente y está surcado por tres canales) y metopas (espacio que media entre triglifo y triglifo en el friso dórico) de roseta.

En el primer y segundo cuerpos, que casi pudiera suponérseles uno sólo, van enmarcadas sus calles mediante columnas toscanas de finos entorches o retorcimientos, avanzadas.

En las cajas de estas calles se narra, en relieve, el martirio del titular, San Vicente, a saber:

  • Prendimiento del Santo
  • Martirio
  • Hallazgo de su cuerpo en el muladar
  • Lanzamiento del mismo al estercolero

En la calle mayor, de igual anchura pero mucho más alta que las demás, pues abarca los dos cuerpos anteriores, se venera al titular, en escultura exenta o descubierta.

El paso al tercer cuerpo se hace mediante cornisa horizontal sencilla, con pináculos en los extremos, por un frontón roto en volutas o figura en espiral o caracol, en la calle mayor.

El tercer piso dispone tres portadas cubiertas por frontones rotos, la central mucho más alta y elevada, sobre la que se apoyan las figuras del Calvario.  La caja central de este tercer piso muestra el descendimiento en relieve, y las laterales las imágenes sueltas de San Pedro y San Pablo. En el ático, imágenes del calvario. Los enmarques son de pilastras o columnas cuadrangulares.

Es la arquitectura de este retablo muy clásica, sobre todo en los cuerpos bajos, pero con predominio muy claro de la línea vertical.  Esta verticalidad se manifiesta, sobre todo, en la calle principal que rompe las normas del horizontalismo para aglutinar dos pisos y escaparse aún más mediante el frontón.  Acaba por ser exagerado este dominio del centro pues se duplica aún más su efecto en el último cuerpo, de tal manera que las figuras de la Virgen y de San José quedan desproporcionadamente bajas respecto del Cristo.

La escultura de esta obra es también una buena contribución al bagaje romanista riojano. Por ejemplo, el panel del cuerpo de San Vicente hallado en el estercolero.  Extramuros de la ciudad, y en un ambiente salvaje de rocas y alimañas, está tendido el cuerpo desnudo del Santo.  Bella figura de atleta, labios cerrados, mentón prominente, sombreado por cabellos cortos  rizados.  Sus brazos abandonados, exánimes, revelan la fuerza hercúlea de un héroe vencido lo mismo que la desinflada caja de su tórax y el esquema de sus piernas.

Martirio S. Vicente

En segundo plano, y con una perspectiva algo imperfecta, dado el enorme escenario del medio ambiente, figuran, asomados a la muralla, algunos curiosos. El gusto por lo anecdótico está bien plasmado por esa flor que nace entre rocas, en el cuervo y en el animal grotesco.

El martirio de San Vicente sobre cruz aspada es también magnífico y revela de nuevo la maestría del artista para la confección del desnudo. Pero donde el escultor da la medida es en el relieve del Descendimiento del ático. Cinco figuras, aparte del Señor, una de ellas femenina, forman la escena. Los ha organizado estupendamente pues a pesar de ser muchos y moverse en un medio estrecho, no se estorban en absoluto. Ha captado además, muy bien, el esfuerzo de los personajes de abajo, uno de ellos de espaldas, con la mitad del cuerpo desnudo, y otro de frente que aguantan el peso del hercúleo cuerpo del Señor, repetición por otra del de San Vicente, en el estercolero.

Este retablo de Galilea puede hallarse en la órbita de Antón de Zárraga. El Calvario es igual que el de Fuenmayor y Fitero, posee el mismo amaneramiento o falta de naturalidad las figuras de San Juan y de María.  Los medallones del Banco, tan usados por Vallejo, no son exclusiva del taller logroñés; también aparecen en Santa Eulalia de Arnedo.

Según consta en los archivos parroquiales, Pedro Beltrán Cenzano, Capitán, Regidor, Procurador Gral del Consejo de Ocón y fundador de la Cofradía del Santísimo Sacramento de Galilea con su consuegro Juan de Balmaseda y Andrés de Tejada y Laguardia hermano del Arzobispo, fue quien:

 

«Ha mandado hacer el busto de San Vicente y la imagen de San Roque, e hizo dotar, a su costa, el retablo del altar mayor.

 

ANTONIO DE ZÁRRAGA (xxxx-1620)

 

Sagrario

Escultor, en alguna ocasión imaginario y entallador, fue hijo de Fortún Pérez de Zárraga y de María López, vecinos de Forúa (Vizcaya). Se estableció en Arnedo durante el tiempo en que se tienen noticias suyas, desde 1580 hasta su muerte haciendo testamento en ella el 13 de enero de 1620 en el que manda ser enterrado en la iglesia de Santo Tomás de esta villa, en una sepultura, delante de la capilla de San Pedro. Su asentamiento en Arnedo lo confirman sus obras, las heredades que compra y vende allí, y su matrimonio.

El 4 de febrero de 1580 contrae matrimonio en Arnedo con Isabel de Arnedo. El 21 de febrero de 1586 estaba casado en segundas nupcias con María de Puelles, vecina como él de Arnedo.

Antonio de Zárraga supone la formación de un foco de escultura romanista en Arnedo que, va a ser la ciudad romanista más importante de la Rioja Baja y de la Rivera de Navarra siendo uno de los mejores escultores del momento y entre los pioneros del romanismo en La Rioja.

En Arnedo tuvo su taller. Así el 4 de agosto de 1585 toma como aprendiz a su servicio durante cuatro años, desde el día de San Miguel de 1584 obligándose a enseñarle el oficio de escultor, a mantenerle y a darle por el servicio 200 rs. para vestido y calzado, a Matías de Guitisolo. En 1588 toma como aprendiz a Juan de Orduñaga, de veinte años de edad. Por lo menos hasta el 18 de noviembre de 1592 es criado suyo.  El 18 de enero de 1595 toma a su servicio, como oficial, a Adrián Almandoz, mayor de 14 años y menor de 25, natural de Sangüesa (Navarra), durante seis años.

La mayor parte de su actividad conocida la desarrolla en La Rioja Baja, en torno al Valle del Cidacos y al Valle de Ocón, llegando hasta Fuenmayor, y en la zona de Navarra, limítrofe a La Rioja, como Fitero. Su actividad conocida es, sobre todo, en retablos e imágenes y se tienen noticias de una obra arquitectónica que traza para la sacristía de la iglesia de Santa Eulalia de Arnedo.

Su relación con Martín de Nalda, arquitecto, es estrecha, trabajando en colaboración en algunos retablos que éste tenía a su cargo, haciendo para él, en 1606, la escultura del retablo del Rosario de la iglesia parroquial de Fuenmayor. Parece ser que hacia 1615 hace el retablo mayor de Galilea ya que, como dice José Ángel Barrio Loza, el Calvario es igual al de Fuenmayor y al de Fitero, con el mismo amaneramiento en las figuras. Además los medallones del banco también aparecen en la iglesia de Santa Eulalia, de Arnedo.

El 13 de enero de 1620, cuando hace su testamento, en Arnedo, dice que estaba haciendo en su taller un retablo para la iglesia de Oteruelo, en Tierra de Ocón. Sobre Antonio de Zárraga hace un estudio Barrio Loza y analiza parte de su ora conocida, ya que algunos retablos no se los atribuye, aunque si los considera dentro de su órbita y señala las características romanistas de su estilo, tanto en la arquitectura del retablo, a veces revolucionaria, como en la escultura, considerándolo como uno de los maestros más importantes del momento.

 

ESQUEMA  Y REPRESENTACIÓN DE UN RETABLO

 

Muladar

Los Retablos, al igual que los altares, son como ofrendas que el pueblo hace de sus más íntimas creencias y expresión de sus sentimientos religiosos. Los habitantes de las zonas rurales y pueblos de España han sido y son muy apegados a las imágenes. El retablista Camporredondo no entendía la elaboración de un retablo sin la presencia de las imágenes dado que además de la función estética que representaban, producía una emoción intensa al visitante del templo. Por esta razón y antes de entrar a detallar pormenorizadamente el retablo mayor de la Iglesia de Galilea, entiendo conveniente reseñar, sucintamente, las partes más importantes de un retablo así como los oficios que intervienen en la construcción del mismo.

El retablo es una obra de pintura o escultura de tema sacro colocado sobre el altar. Frecuentemente consta de varios paneles, uno central, dedicado a la advocación principal y otros complementarios situados a los lados (calles en sentido vertical y pisos en sentido horizontal). Los situados en la parte inferior del retablo, reciben el nombre de predelas.

Situándonos frente al retablo y contemplándolo de abajo a arriba, las partes que lo componen son las siguientes:

  1. ZÓCALO.- Franja inferior que crea una superficie uniforme para que todos los basamen­tos estén en el mismo nivel.
  1. FRISO.- Franja que separa el zócalo del banco o predela.
  1. BANCO o PREDELA.- Franja situada en la base del retablo; está compartimentado en re­cuadros sobre los que se apoya el resto del retablo.
  1. CUERPO PRINCIPAL. Está dividido verticalmente en calles separadas entre sí por otras calles más estrechas llamadas calles laterales o entrecalles y horizontalmente en pisos. En los recuadros que se forman van colocadas escenas y figuras talladas, o pinturas  El número de calles, que siempre es impar, varía según la importancia del retablo.
  1. ÁTICO.- Es una prolongación de la calle central.Separando los pisos y calles se utilizan diversos elementos arquitectónicos tales como columnas o arcos que se adornan con diferentes motivos. A través de ellos se puede adivinar en qué época fue realizado el retablo y a qué estilo pertenece.

Los retablos fundamentalmente son de madera y en su ejecución intervenían diferentes artistas:

  1. ARQUITECTOS y ESCULTORES.- Diseñan y construyen la parte arquitectónica.
  2. ESCULTOR Y PINTOR.- Realizan las esculturas, relieves y cuadros que se colocaran en los diversos compartimentos.
  3. CARPINTEROS.-
  4. ENSAMBLADORES y TALLISTAS.- Ambos oficios podrían fundirse en un mismo maestro, aunque éstos cubrían de tallas el liso campo arquitectónico construido por los ensambladores cuya misión específica era la de construir una perfecta unión entre todos los ángulos y juntas del retablo.
  5. DORADORES.- Encargado de dorar el retablo y pintar las esculturas y relieves. Son el punto culminante de la elaboración de un retablo. Su valor estético, su magnificencia y suntuosidad dependían de la labor de estos hombres que con su ate conseguían ese  efecto deslumbrador y vibrante que la obra demandaba.

San Vicente

Todos ellos trabajaban en colaboración formando un taller como el de Juan Fernández Vallejo, ya citado anteriormente.

Los temas más frecuentes representados en un retablo están sacados de los evangelios como puedan ser la vida de Cristo, la Virgen y los Apóstoles y de escenas de milagros y vidas de los santos, apareciendo también, con frecuencia, las figuras de los evangelistas.  La función principal del retablo es la de enseñar a los fieles que visitan las iglesias, la vida y milagros de las figuras allí representadas por lo que los distintos episodios tienen un orden de colocación perfectamente establecido siendo de izquierda a derecha y de abajo a arriba. Además, hay unas normas fijas para ciertas partes del retablo como que en la calle principal siempre debe de aparecer la Virgen o el santo titular, y en el ático, el calvario.

En la predela suelen situarse los evangelistas, como ocurre en nuestra iglesia. Dada la dificultad de diferenciar unos evangelistas de otros se convino en diferenciarlos con signos externos que permitiera su identificación y que habrían de hacer referencia a ciertos pasajes de su vida: de esta manera a San Mateo siempre se le ve acompañado por un niño; a San Marcos de un león; a San Lucas de un toro; y a San Juan de una águila.

 

BIBLIOGRAFÍA:

Inventario artístico de Logroño y su provincia. Vol II. José Gabriel Moya Valgañón. 1975

Los retablos mayores en La Rioja.    José Manuel Ramírez

Arquitectura religiosa en La Rioja Baja. Calahorra y su entorno. 1500-1650.   Elena Calatayud Fernández. 1991

La escultura romanista en La Rioja.    José Ángel Barrio Loza

Restauración del Retablo Mayor

De la importancia histórica y artística del retablo Mayor de la iglesia de Galilea, da fe lo que del mismo se dice en uno de los apartados incluidos en esta sección, referida al patrimonio cultural y artístico de nuestra localidad. Por esos mismos motivos, y por otros entre los que pudieran incluirse el del sentimiento de pertenencia del mismo al pueblo de Galilea, aunque la titularidad efectiva no lo sea, es por lo que, cuando al abordar el repintado integral de la iglesia, en los primeros meses del año 2005, se comprobó, con el andamiaje montado, que su estado era, en general calamitoso, y se tomó la firme decisión de que, en el momento en el que las circunstancias así permitieran, se abordaría la restauración integral del mismo.

Ha tenido que pasar más de una década para que, nuevamente, la iniciativa municipal, y muy especialmente la de la actual titular del Ayuntamiento, considerara que, la preservación del escaso patrimonio histórico-artístico de nuestro municipio, todo él de carácter religioso, debería ser una prioridad, para traspasarlo, en las mejores condiciones posibles, a las generaciones venideras. Y la fórmula siempre es la misma. Se solicitó a la Consejería de Cultura del Gobierno de La Rioja la subvención económica, necesaria para abordar la restauración del mismo, por un importe presupuestado de 60.910 €. La parte aportada por el organismo autónomo fue de 48.173 €, repartidos en dos anualidades correspondientes a los años 2016 y 2017.   El Ayuntamiento, de los fondos municipales, concedió otra subvención de 10.737 €, susceptibles de ser recuperados a través de donativos que puedan aportar los feligreses. El obispado contribuyó con 2.000 €.

La responsabilidad de abordar un trabajo de de estas características tan especiales recayó en la empresa «Atrio, Restauración del Patrimonio», cuya responsable, Mercedes Sierra Pallarés, tuvo que enfrentarse a un enorme desafío para desmontar, catalogar, restaurar y volver a montar en su emplazamiento original, la infinidad y variedad de elementos dispares, con un resultado tan extraordinario, como pude comprobarse en la actualidad. No obstante, y como ejercicio de comparación fotográfica, se ha considerado interesante incluir en esta página sendas fotografías de varios fragmentos o pasajes del retablo restaurado, para comprobar el excelente trabajo realizado.

 

MEMORIA DE MERCEDES SIERRA PALLARÉS. TRATAMIENTO REALIZADO.

Criterios de actuación:

Toda intervención de restauración va dirigida a devolver la integridad física y material a la obra que se trata y a frenar el deterioro ocurrido a lo largo de su historia. Otro importante objetivo es recuperar la lectura y la calidad estética enturbiada por capas de polvo o barnices oxidados.

En el retablo de San Vicente una de la principales razones para intervenir era averiguar por qué las hornacinas del ático estaban vencidas hacia el centro y descartar daños en la estructura. El oscurecimiento de la capa de gomalaca impedía apreciar las policromías y los daños causados en los relieves hacían muy confusa y difícil la lectura correcta de este bien por otro lado tan interesante.

Retablo Mayor, antes.

Retablo mayor, después

Durante la intervención nos hemos basado siempre en los datos técnicos e históricos conocidos, consultando la bibliografía pertinente, pero nos ha sido imposible acceder a los libros de fábrica de la iglesia que se conservan en el archivo del seminario. Queda para el futuro profundizar en la historia de este magnífico retablo y sobre todo averiguar los motivos que se tuvieron a principios del siglo XIX para intervenir en esta estructura repintando y re-policromando y ocultando así una obra de gran calidad artística.

La decisión de eliminar los repintes en relieves e imaginería se ha tomado teniendo en cuenta la gran calidad de la policromía original del s. XVII y la poca o nula calidad de los repintes, así como la muy buena conservación de las capas subyacentes que al tener un barniz intermedio nos permitía retirar los repintes sin dañar los estratos originales. Por lo que respecta a la mazonería no había discusión posible porque no se trata de unos repintes sino de una re-policromía en toda regla con un aparejado general sobre la original raspada y perdida por lo tanto a tal efecto.

La reintegración cromática ha ido encaminada a devolver la lectura a la obra sobre todo a los relieves que narran la vida de San Vicente y a los tondos del banco que han sido los más perjudicados por la intervención humana y los que más confusión presentaban. Esta reintegración se ha hecho siempre desde el respeto al original utilizando técnicas diferenciadoras como el rigatino y materiales reversibles.

En la documentación gráfica con los mapas de daños queda reflejado el estado de conservación de cada uno de los elementos que forman el retablo en el momento de la recepción de la obra y se ha complementado con la documentación fotográfica con la que se ha seguido cada uno de los pasos dados en esta intervención.

Han sido un gran apoyo los análisis de laboratorio tomados sobre pequeñas muestras de la policromía que nos han ayudado a comprender la historia material del retablo y así poder decidir con seguridad sobre los métodos y materiales que se iban a utilizar en la restauración.

 

INSTALACIÓN DE MEDIOS AUXILIARES:

Para el trabajo sobre el retablo en el presbiterio se instaló un andamio modular homologado sobre el que se accedía a toda la estructura. La capilla del Pilar se adecuó como taller provisional forrando el suelo con lona de plástico y habilitando una zona como almacén de material y unas mesas para trabajar sobre las piezas que se iban a desmontar.

 

RECONOCIMIENTO O ESTUDIO INICIAL DE LA OBRA:

Toma de datos gráficos y fotográficos y realización de los mapas de daños.

Toma de muestras para la realización de los análisis de laboratorio.

 

LIMPIEZA SUPERFICIAL:

Aspirado de todo el retablo con aspirador y brochas de pelo suave. Extracción de los elementos metálicos no funcionales. Se ha optado por dejar en su sitio las piezas de hierro grandes que estaban muy embutidas en la madera porque era imposible sacarlas sin dañarla. Los elementos del ático desmontado se han limpiado en profundidad por el reverso con cepillos metálicos y aspirador.

 

DESMONTAJE:

El desmontaje del ático se realizó pieza a pieza siglando cada una de ellas y reflejando su localización en un mapa del retablo. Las piezas más voluminosas y pesadas se bajaron con ayuda de un tráctel y las menos pesadas con una polea. Las piezas desmontadas fueron todas las del ático y el relieve del prendimiento que estaba suelto en su caja y al que se podía acceder fácilmente desde la parte alta del entablamento. Todos los elementos ya siglados de trasladaron para su tratamiento a la Capilla del Pilar.

 

CONSOLIDACIÓN DEL SOPORTE:

Las zonas con pérdida de cohesión del soporte se trataron con aplicaciones de Paraloid en acetona en proporciones variables para favorecer la penetrabilidad.

 

Calle central, antes

Calle central, después

 

ADHESIÓN Y ENCOLADO DE PIEZAS:

Las puntas de hierro oxidadas que unían las piezas desmontadas del ático se han sustituido por espigas de madera encoladas con acetato de polivinilo.

También se han unido las partes desencoladas asegurándolas con espigas y algún embarrotado que estaba suelto.

 

REINTEGRACIÓN DE SOPORTE EN ZONAS INESTABLES:

La pieza inferior de la hornacina central del ático que estaba muy acorchada en su trasera por la acción de los xilófagos, se ha saneado eliminando la parte deteriorada que se ha sustituido por una nueva pieza de pino melis, encolada con acetato de polivinilo.

En la misma hornacina se han hecho dos pies derechos nuevos para reforzar la tabla sobre la que va apoyado el relieve del descendimiento y sustituir así los ladrillos que macizaban ese hueco.

La tabla que faltaba en el inferior de la caja del segundo piso de la calle izquierda se ha sustituido por una nueva hecha de madera de pino melis. No se ha entonado porque queda detrás del relieve.

 

TRATAMIENTO DE ELEMENTOS METÁLICOS:

Los elementos de hierro forjado que se han dejado sobre la mazonería se han tratado con ácido tánico al 3% en alcohol etílico para controlar la oxidación. Como protección final se han barnizado con paraloid B-72 en acetona al 5%.

 

REINTEGRACIÓN DE PÉRDIDAS DE SOPORTE CON RESINA EPOXÍDICA.

Las pequeñas pérdidas de soporte aparecidas en zonas atacadas por xilófagos se han reconstruido con araldit sv 427 . También los huecos dejados por las puntas eliminadas y la parte calcinada del banco.

 

FIJACIÓN DE ESTRATOS, DORADOS Y POLICROMÍAS:

Con cola de conejo rebajada en agua previa humectación de la zona con una solución hidro-alcohólica.

Muladar, antes.

Muladar, después

 

LIMPIEZA:

  • Mazonería y mesa del altar:

La gomalaca se ha eliminado con una solución de alcohol etílico y acetona al 50% ablandándola previamente con empacos de algodón. La purpurina se ha quitado con acetona pura y los restos de cera se han ablandado con pistola de calor y retirado con white spirit. Los dorados se han limpiado con una solución de vulpex en white spirit 1/1,5.

  • Relieves e imágenes:

Los repintes de relieves e imaginería se han eliminado utilizando distintas disoluciones:

o Dimetildulfóxido y acetona proporción 3/2.

o Alcohol bencílico y acetona proporción 2/3.

o Alcohol bencílico, alcohol etílico y agua en proporción 2/2/1 .

Las zonas sin repintar y sin gomalaca (carnaciones) se han limpiado con vulpex en white spirit proporción 1/1.5.

 

ESTUCADO DE LAGUNAS:

Solo se han estucado las lagunas muy visibles de la mazonería con un estuco hecho a base de sulfato de cal y cola animal enrasándolo con el original.

 

REINTEGRACIÓN CROMÁTICA:

Se ha hecho con témperas profesionales que resultan muy adecuadas por ser fácilmente reversibles y resistentes a la luz. La técnica diferenciadora ha sido el rigatino discernible a una distancia de menos de un metro. Las pequeñas lagunas se han reintegrado con el color local.

Las zonas raspadas de los relieves se han reintegrado con rigatino para devolver la lectura correcta a estas piezas. El estofado original se hacía sobre el oro que se dejaba ver solo parcialmente. Con esta reintegración se ha intentado conseguir el mismo efecto y a su vez distinguir el original de la zona reintegrada.

Los restos de policromía original del XVII quedan perfectamente integrados y a su vez son fácilmente discernibles del original.

Las zonas doradas de la mazonería se han reintegrado con rigatino en zonas altas y con un estarcido de irodin (pigmento brillo perlino de mica natural), sobre color bol.

Para el expositor se ha hecho un estarcido de témperas de colores: rojo, azul, tierra sombra natural, verde e irodin. Conseguimos así darle homogeneidad a un elemento que carecía de ella, destacar las zonas doradas e integrarlo en el conjunto del retablo como el añadido barroco que es.

Descendimiento, antes

Descendimiento, después

 

MONTAJE:

El ático se montó de forma inversa al desmontaje, pieza a pieza, colocando todos los elementos nivelados y corrigiendo así el desplome que tenían las hornacinas hacia el centro. Para ello se calzaron algunos elementos con cuñas de madera.

Las hornacinas se han anclado al muro del presbiterio con pletinas de hierro galvanizadas atornilladas con tornillería inoxidable. Las pletinas de hierro forjado originales que coincidían con el nuevo nivel de las piezas se han reutilizado, así como los mechinales de la pared. (no todos).

El Crucifijo se ha sujetado a la pared con una nueva pletina colocada en diagonal de forma que sea imposible verla desde el suelo, quedando la imagen paralela a la pared y no apoyada sobre ella como la encontramos en un principio. El artilugio que tenía en origen se ha eliminado al no considerarlo necesario aligerando el conjunto.

Colocación de la base de la hornacina central con el nuevo anclaje a la pared que hace de tope.

Nuevo anclaje al muro con pletinas de hierro galvanizado hechas a medida. Arranque de la hornacina central.

Nuevo anclaje al muro. Hornacina Lateral izquierda.

Detalles de la elevación de las hornacinas laterales del ático en su nueva colocación una vez eliminado el desplome. Se aprecia la policromía original del XVII. Este dato nos indica que el retablo ya estaba desplomado en el XIX cuando se apareja sin desmontarlo para la nueva re-policromía.

El sagrario estaba vencido hacia la derecha 1,6 cm. Este desnivel que era visualmente evidente se comprobó con un nivel laser.

Se corrigió manualmente utilizando un gato manual y calzando el hueco que quedaba debajo del sagrario con una pieza de madera de pino.

Las esculturas se subieron al retablo con la ayuda de un tráctel y protegidas con planchas de gomaespuma.

Se han anclado con hembrillas sobre taco de plástico al muro y con cadenas sujetas con mosquetones al anverso.

 

PROTECCIÓN FINAL:

Como protección final se ha aplicado una mano de paraloid B-72 al 3% en toda la superficie del retablo. Esta resina resulta ideal como protección final por su buen envejecimiento, fácil reversibilidad y buenas cualidades ópticas.

 

TRATAMIENTO PREVENTIVO CONTRA INSECTOS XILÓFAGOS Y TERMITAS.

Aunque el ataque de xilófagos no está en activo se ha realizado un tratamiento preventivo mediante proyección presurizada de un producto insecticida en base gel. Este tratamiento ha sido aplicado por empresa especializada y tiene una garantía de diez años. Se adjunta el informe en el anexo final.

 

CONSEJOS DE USO Y MANTENIMIENTO DE LA IGLESIA DE SAN VICENTE DE GALILEA.

La intervención de restauración debe ir seguida necesariamente, de un programa de controles periódicos que constaten la bondad del procedimiento utilizado, dentro de los márgenes que sirvieron de hipótesis a dicha intervención.

Desarrollamos a continuación una serie de recomendaciones de rutinas de mantenimiento y control de los riesgos de deterioro, atendiendo a los procesos de alteración y a las soluciones adoptadas.

S.Vicente, antes

S. Vicente, después

 

Limpiezas.

Únicamente se considerarán adecuadas las limpiezas en seco con instrumentos no abrasivos: plumeros de pluma natural, brochas de pelo suave y aspiradores, sin ningún tipo de producto de limpieza, protector o similar.

El agua queda especialmente contraindicada.

 

Visitas.

Al estar el retablo a una altura perfectamente accesible para el público, hay que tener especial atención en evitar el contacto directo con las policromías.

 

Iluminación.

No instalar en el retablo ni en sus proximidades ningún tipo de cableado, sistema eléctrico u otros objetos que puedan originar un incendio u otro accidente de consecuencias imprevisibles.

 

Ventilación.

Una de las principales actuaciones que pueden mejorar en gran medida las condiciones medioambientales de la Iglesia es la ventilación frecuente.

 

Intervenciones de reparación.

Para las intervenciones de rehabilitación o mantenimiento que pudieran desarrollarse en la Iglesia se aconseja el cierre y aislamiento mediante láminas de papel continuo de los retablos, con el fin de evitar acumulaciones de polvo en el interior.

No resultan adecuadas las láminas de plástico, ya que impiden la ventilación y propician la acumulación de humedad sobre los objetos.

Las acumulaciones de polvo, además de provocar un problema estético, actúan como esponjas absorbentes de la humedad ambiental, que a su vez la traspasan a la superficie en la que se instalan, contribuyendo intensamente en su deterioro.

 

Controles de cubiertas y fachadas.

Se aconseja la revisión y mantenimiento periódico de cubiertas y fachadas perimetrales de la Iglesia, por el potencial riesgo de filtraciones y/o humedades capilares que pudieran surgir en el futuro.

Se desaconseja cualquier intervención de reparación en el exterior de los muros de la Iglesia, que pudiera causar un aporte extra de humedad y todo tipo de intento de impermeabilizar estos muros, tanto en el interior como en el exterior.

 

Uso general.

La Virgen, antes

La Virgen, después

 

Se desaconseja totalmente el uso de velas (excepto las eléctricas) e incensarios en toda la Iglesia.

Queda totalmente prohibido el uso de anclajes de elementos metálicos o de cualquier otro material sobre la superficie que ocupa el retablo.

Entendemos que la consecución de estas recomendaciones de mantenimiento, se encuadra dentro de una labor cotidiana destinada a conservar sistemáticamente las condiciones materiales necesarias de las pinturas murales, asegurando su supervivencia y transmisión futura.

Dependiendo de la atención y el seguimiento realizado sobre ellas, se podrá garantizar la eficacia de los tratamientos de restauración llevados a cabo y el aplazamiento de la necesidad de una nueva intervención.

Retablos menores

RETABLOS MENORES Y OTROS ELEMENTOS DE LA IGLESIA

 

Dejando al margen el retablo mayor de la iglesia y el de la capilla del Pilar, a los cuales se les da un tratamiento individualizado en este apartado del patrimonio religioso, vamos a centrarnos en los otros cuatro retablos de las cuatro capillas localizadas en ambos lados del crucero de la iglesia:

La capilla de San Roque (antes del Cristo y de la Dolorosa), y la  de la Virgen del Rosario,ambas en el lado del Evangelio y la capilla del Cristo y La Dolorosa (antes de la Virgen del Amor Hermosos), y la capilla de la Inmaculada, en el lado de la Epístola.

Retablo de S. Roque

Retablillo de un cuerpo y ático barroco de comienzos del siglo XVIII con imagen titular coetánea de la Virgen, de vestir. Esta imagen se sustituyó el 3 de octubre de 1993 por otra imagen de Santa Teresa de los Andes, que es la que actualmente preside el altar.

Otra de San Roque romanista, del siglo XVI-XVIII

La imagen de San Roque es la que se saca en procesión y se venera el día 16 de agosto

El capitán Pedro Beltrán, Regidor, Procurador Gral del Consejo de Ocón y fundador de la Cofradía del Santísimo Sacramento de Galilea con su consuegro Juan de Balmaseda y Andrés de Tejada y Laguardia hermano del Arzobispo, fue quien:

 

«Ha mandado hacer el busto de San Vicente y la imagen de San Roque, e hizo dotar, a su costa, el retablo del altar mayor.

 

Retablo del Rosario

El retablo de la Virgen del Rosario es pequeño, compuesto de bancal, un cuerpo de tres calles y el ático.

En el bancal, y separados por zapatas sustentantes, están los relieves de San Roque y Santa Bárbara a los lados del Nacimiento del Señor, muy apaisado.

En el cuerpo pasa algo parecido a lo del retablo mayor de la propia iglesia: que las calles laterales se dedican a dobles relieves de Anunciación, Visitación bajo otros en tondo, o adorno circular hundido, de Santa Ana y La Circuncisión, más pequeños.

La calle mayor es aquí desproporcionadamente ancha y alcanza en altura a los tondos laterales. Supone ella sola casi todo el retablo. Se dedica su portada al Rosario, del que toma su nombre. Columnas estriadas, corintias, un poco sobresalientes, sostienen el friso, de decoración vegetal en los roleos o figuras en espiral o de caracol.

Sobre la cornisa que lo cubre se halla el remate, con la Asunción en relieve, flanqueada de ángeles, dos de ellos con la corona. La mazonería del ático,  o escultura en relieve, es a base de falsas pilastra y fondo triangular, apuntalados por arbotantes mixtilíneos o con lados rectos y curvos, complicados.

Es el relieve de la Asunción el más notable de esta obra. La Virgen, que está leyendo la Escritura en medio de cortinajes y floreros, se ve sorprendida, casi asustada, por el mensajero.  En postura algo forzada vuelve el rostro, bellísimo, hacia el heraldo, al mismo tiempo que alza sus brazos de manera instintiva en su turbación.  Su ropaje, pesado, dibuja una gran curva bajo el brazo, para apoyarse en las rodillas semiincorporadas.

La perfección compositiva del medio escénico, con ser mucha, se ve superada por la acción.  Todo ocurre rápidamente: el Arcángel que entra envuelto en nubes; la Virgen que, azorada, extiende los brazos; el Espíritu Santo expectante.  Este es el primer valor de la talla de este relieve, la captación exacta, casi fotográfica del momento. Lo peor de él, la técnica del grabado, incorrecta e irregular.

Parece este un retablo algo evolucionado ya, con cierto movimiento, sobre todo arquitectónico.  La talla parece más rezagada. Debe fecharse hacia 1615.

A la hora de las comparaciones estéticas, se halla cierto paralelismo entre el relieve de la Asunción y la escultura del mismo motivo que, para Fitero, hizo Antón de Zárraga.  Ese curvado, esa doblez del manto que cruza la figura por encima de las rodillas, son muy semejantes en ambas imágenes, pero insuficientes para aventurar una atribución.

 

Retablo de la Dolorosa

Retablillo de un cuerpo, con columnas corintias, clasicista de mediados del siglo XVII, con imagen titular del crucifijo manierista de mediados del siglo XVI, de tamaño natural.

 

Retablo de la Inmaculada

 

Retablillo de un cuerpo y ático con columnas corintias con uvas y hojarasca. Barroco del siglo XII-XVIII e imagen titular coetánea de San José.

 

Sacristía

 

Es un volumen rectangular que se adosa al lado norte del crucero y se estructura en dos tramos que se   cubren por bóvedas de arista con arreglo a un planteamiento sencillo que habría que fechar a finales del siglo XVII.  Algunos objetos que aquí se guardan poseen un alto valor afectivo por cuanto fueron regalados por gentes de la localidad con el único deseo de contribuir a hacer de este recinto el depositario de sus ilusiones.  Tal sucede con una bella custodia clasicista en sol de bronce regalada por Magdalena de Laguardia el 1646 o ese cáliz de plata mucho más reciente que está fechado en Santiago de Chile en 1884. Sin contar obras tan exquisitas como un terno de terciopelo rojo con bordados de imaginería romanista que tal vez habría que atribuir al bordador Martín Pascual a comienzo del siglo XVII.

 

Coro alto

 

Situado en la parte norte de la iglesia, protegido del voladizo por un gran barandal entero con balaustradas de madera. Gran órgano con caja barroca de la primera mitad del XVIII. Dos grandes lienzos dedicados a la Natividad y a la Epifanía. Escaño con respaldo alto a dos paredes. Bancos corridos.

Púlpito

Es un volumen rectangular que se adosa al lado norte del crucero y se estructura en dos tramos que se   cubren por bóvedas de arista con arreglo a un planteamiento sencillo que habría que fechar a finales del siglo XVII.  Algunos objetos que aquí se guardan poseen un alto valor afectivo por cuanto fueron regalados por gentes de la localidad con el único deseo de contribuir a hacer de este recinto el depositario de sus ilusiones.  Tal sucede con una bella custodia clasicista en sol de bronce regalada por Magdalena de Laguardia el 1646 o ese cáliz de plata mucho más reciente que está fechado en Santiago de Chile en 1884. Sin contar obras tan exquisitas como un terno de terciopelo rojo con bordados de imaginería romanista que tal vez habría que atribuir al bordador Martín Pascual a comienzo del siglo XVII.

 

Órgano

 

La única documentación sobre este órgano hace referencia a los trabajos que en él llevó a cabo el maestro Pablo de Salazar en el transcurso de los años 1809 y 1815aunque su construcción parece que sea de la primera mitad del siglo XVIII.

Asimismo, un nuevo organero, Sinforiano García, interviene en el instrumento durante el año 1822.

El órgano está ubicado en el coro alto de la iglesia en su lateral izquierdo, el del evangelio.

Está compuesto de una consola de ventana, un teclado manual de 45 notas C-c´´´, partido entre c´-c´3 y con la primera octava corta.  A ambos lados del teclado se hallan dispuestos los tiradores que corresponden al siguiente orden de registros:

Bajos: Cuatro registros sin identificar.

Tiples: Seis registros sin identificar

  • Ocho pisas de contras C_B, transmisión con el manual.
  • Una pisa (¿)
  • Rodillera (¿)
  • Transmisión mecánica de teclado y registros.

Aspectos generales de su construcción mecánica

 

Caja: De madera policromada. Se halla pintada en tonos cálidos contrastados: verdes y jaspeados en ocres.
Estilo: Es de estilo neoclásico con sus columnas estriadas y sus diversos zócalos. La parte superior de la caja está coronada por un frontispicio semicircular, rematado por un círculo estrellado
Fuelle: En el lateral izquierdo del órgano se encuentra un fuelle de cuña con dos bombas para la alimentación manual.
Teclado: Todo teclado es de granadillo. Actualmente está revestido por una tosca capa de pintura blanca. La transmisión es por medio de varillaje directo en abanico. Se conserva bien.
Registros: Los tiradores y sus listones se hallan en buen estado
Secreto: Cromático. Diversos juegos asientas sus tubos sobre talones acanalados.
Tubería: Se conserva un porcentaje escaso de la misma
Uso: Inutilizado

 

Torre

 

DERRIBO DE LA CASA PARROQUIAL Y REPARACIÓN DE LA TECHUMBRE DEL TEMPLO

Techumbre reparada

Además de las reparaciones efectuadas en la estructura de fábrica realizadas en los siglos XVIII y XIX, también el siglo XX fue testigo de la reparación, por lo menos en dos ocasiones, del interior y exterior de nuestra iglesia parroquial debido al desconchamiento de las paredes internas en un caso y en el otro del peligro de derrumbamiento de la techumbre.

En el inventario realizado por Moya Valgañón en el año 1975 sobre el patrimonio artístico de La Rioja, señalaba como edificio de valor histórico el situado en Galilea… «en la calle Daniel Menchaca, casa con puerta de medio punto de sillería, del siglo XVI». Esa casa, demolida poco después de la fecha de su inventariado juntamente con la casa parroquial, derruida en las postrimerías  de los años ochenta daban forma a una recogida plazoleta que con la fachada sur de la propia iglesia daba cobijo de las inclemencias del tiempo a los vecinos que regularmente acudían a los oficios religiosos. Una vez desaparecida la casa parroquial, y demolido, asimismo, un pequeño edificio anexo construido en la cara oeste y que sirvió durante muchos años como salón parroquial, con acceso por una puerta lateral al coro alto, la iglesia quedó totalmente despejada de elementos espurios.  Estas construcciones habían deteriorado parte de la fachada oeste y algún contrafuerte de la fachada sur donde habían estado apoyados los travesaños de estas edificaciones, lo que había conllevado la desaparición de  parte de la piedra de sillería de su estructura. Además, la techumbre estaba en un estado calamitoso por donde se filtraba el agua y la humedad con riesgo evidente para la integridad del edificio. La intervención era necesaria. Gracias a la tenacidad de las fuerzas vivas de Galilea y con la financiación en un altísimo porcentaje por parte de la Consejería de Cultura del Gobierno de La Rioja,  en el año 1991 el arquitecto del obispado, Gerardo Cuadra, redacta un proyecto para,

 

“… la reconstrucción de la cubierta del templo de San Vicente en la localidad de Galilea”

 

La memoria detalla la situación en que se encuentra tanto la cubierta de la nave como la sacristía. Ambas se encuentran en un estado bastante lastimoso. De la primera afirma que está formada por cerchas de madera de no muy buena factura y un poco toscas que soportan el entrevigado de yeso y las tejas árabes. En esas fechas, precisamente, un buen fragmento de los nervios de la cabecera produciendo una gran oquedad en el suelo del templo. Esto hace que se replante la actuación sobre otras partes del edificio.  De la sacristía dice que el arco carpanel que la divide en dos partes está deformado y que una de sus dovelas ha sido sustituida por fábrica de ladrillo y yeso. Las deformaciones que se han producido en el interior de la misma han afectado a las bóvedas que se presentan gravemente agrietadas. Y por último se refiere a la casa y salón parroquial, adosados a la iglesia de los que dice se hallan en estado ruinoso.

Dos años más tarde se aborda la reparación de las partes afectadas, con un presupuesto de casi nueve millones de pesetas, con el que se procede a la reconstrucción casi integral de la sacristía, la reconstrucción de la techumbre con sustitución de vigas y parte de la teja árabe y la demolición de la casa y salón parroquiales. Con la demolición de estos edificios desaparecen definitivamente los límites de una plazoleta recogida y coqueta,  que en sus mejores tiempos completaba su cerramiento,  una casa de ilustre pasado que ayudaba a configurar uno de los espacios más concurridos y alegres del pueblo y que casi siempre estuvo vigilada por dos frondosos rosales que crecían enhiestos y señoriales en los ángulos formados por  estas edificaciones.

Durante los meses de junio y julio de 2005 se acomete el pintado integral de la misma que no se efectuaba desde el año 1953. Medio siglo largo era tiempo más que suficiente para que las manchas de humedad y el desconchamiento hicieran su aparición y hubiera que eliminarlas en cuanto se contara con un presupuesto suficiente para abordar una obra de tal magnitud. Esta ayuda llegó a través de la subvención concedida por la Consejería de Cultura del Gobierno de la Rioja, que aportó el 70% del importe total que ascendió a 51.000 € (casi nueve millones de pesetas). El resto se abonará mediante aportaciones voluntarias de 50 € por parte de  los feligreses de Galilea.

Lienzo de Santa Tecla

RESTAURACIÓN DEL LIENZO DE SANTA TECLA

 

Lienzo de Sta Tecla, restaurado

Este lienzo de Santa Tecla, depositado en un lugar irrelevante de la sacristía de nuestra iglesia, había estado olvidado y semioculto a la vista de la feligresía desde tiempo inmemorial. Sin embargo, aprovechando la infraestructura y los  materiales empleados  para la recuperación del Altar Mayor,  la restauradora Mercedes Sierra ha querido abordar, sin cargo alguno para las arcas religiosas o municipales, los trabajos necesarios para recuperar su esplendor original, con los resultados tan extraordinarios que dan fe, las fotografías que se adjuntan en  esta página. Todo un detalle que hay que agradecer a esta magnífica restauradora,  cuya profesionalidad ha quedado bien patente en los soberbios  acabados de la restauración de los dos retablos más importantes de nuestra iglesia.

 

MEMORIA DE INTERVENCIÓN EN PINTURA SOBRE TELA. SANTA TECLA. IGLESIA PARROQUIAL DE GALILEA.

DESCRIPCIÓN.

Pintura sobre tela de medidas 55 x 73 cm.  

Representa a Santa Tecla, Virgen mártir del siglo I.  

La leyenda cuenta que Santa Tecla era una joven virgen que escuchando las enseñanzas de San Pablo se hizo su fiel seguidora y rompió su compromiso de matrimonio para continuar con el santo.

Su madre y su prometido quieren escarmentarla por esa decisión y la condenan a morir en la hoguera. Es salvada por una tempestad cuando estaba a punto de ser quemada y se escapa con San Pablo. Más tarde un noble llamado Alexander la prende de nuevo y ella se defiende. Por este motivo la juzgan por atacar a un noble y la sentencian a ser comida por las bestias salvajes, pero éstas lejos de atacarla la defienden de sus verdugos.

Por esta razón se representa con la palma de mártir, con la hoguera y con las bestias salvajes. En este caso con un león y un toro.

La pintura está realizada sobre una tela de lino y con una técnica grasa: óleo. La tela estaba colocada sobre un bastidor de madera de pino de 1 cm de grosor.

ESTADO DE CONSERVACIÓN.

Lienzo de Sta Tecla, sin restaurar

La pintura venía con un marco de madera que aunque aparentemente parecía en buen estado estaba colapsado por un ataque muy fuerte de insectos xilófagos siendo imposible su recuperación.

El bastidor de pino también sufría esta patología, aparte de no contar con la suficiente sección para sujetar la tela en buenas condiciones.

Los bordes de la tela estaban clavados al bastidor con unas puntas de hierro muy oxidadas. Este óxido había debilitado la tela en todo el perímetro.

A causa de esta debilidad de los bordes el lienzo se había destensado apreciándose sobre todo en la parte inferior.

La tela presentaba tanto por el reverso, como por el anverso gran acumulación de polvo.

También se apreciaba un pequeño desgarro de 1,5 cm de largo en la zona inferior.

Por lo que se refiere a la película pictórica el daño más grave que presentaba era la gran acumulación de polvo y suciedad que tenía. No existía capa de barniz protector por lo que toda esta suciedad estaba muy bien adherida a los estratos pictóricos, ocultando los colores reales y dejando un aspecto muy confuso que impedía apreciar las formas correctamente.

Proceso de restauración

TRATAMIENTO REALIZADO.

Para restaurar esta pintura se han seguido los siguientes pasos:

  • Eliminación del marco.
  • Eliminación del bastidor: quitando uno a uno todos los clavos oxidados.
  • Empapelado de la superficie pictórica con papel japonés y cola animal.
  • Colocación de bordes nuevos en la tela. Hechos con tela de lino de características similares a la original y adheridos con beba film.
  • Colocación en un nuevo bastidor hecho con madera de pino, de sección 5 x 2 cm. y con las aristas que están en contacto con el lienzo redondeadas para evitar futuras marcas por el anverso.
  • Desempapelado de la superficie con agua caliente.
  • Colocación de un parche en el desgarro hecho con gasa etamín y adherido con beba film.
  • Limpieza de la superficie. Se ha realizado con una emulsión grasa hecha con un jabón líquido libre de ácidos: vulpex en white spirit.
  • Estucado de pequeñas lagunas con estuco hecho con cola animal y sulfato cálcico.
  • Reintegración cromática de lagunas con témperas.
  • Barnizado final protector con barniz Danmar a base de resinas naturales.
  • Protección de los laterales con papel engomado.

Logroño 5 de Mayo de 2017

Fdo. Mercedes Sierra Pallares

Licenciada en Conservación y Restauración de Obras de Arte

La capilla de ``El Pilar``

Capilla de El Pilar

Se convierte, por méritos propios, en uno de los jalones más elocuentes del barroco regional de comienzos del siglo XVIII. Fundada y dotada por D. Juan José de Tejada en 1710, se cierra con una espléndida reja que tal vez haría el logroñés Sebastián de Medina. Se trata de una estructura de fábrica rica que se cubre por cúpula de media naranja con su linterna y cuenta con su propia sacristía. La riqueza de la misma es suficiente para adjudicar la construcción al calagurritano José Raón.  El retablo fue encargado en 1709 al arquitecto José Ramírez y al escultor Juan Félix de Camporredondo. Justo al año siguiente el pintor José Morales, ayudado por Bernardo de Alesón se ocuparían  del bordado.

En el año 1708, con sesenta y cinco años,  Don Juan José de Tejada y García, “…jubilado de la Santa y General Inquisición, se traslada definitivamente a vivir a Galilea hasta el final de su vida.  Es en estos doce años finales de su existencia cuando dedica toda su actividad a dotar a su pueblo natal de una hermosa capilla, aneja a la iglesia parroquial, dedicada a dar culto a la Virgen del Pilar de quien era ferviente devoto.  Vemos así cómo para el 20 de septiembre de 1708 ya había solicitado autorización a las autoridades civiles y eclesiásticas para romper la fachada de la iglesia por su lado norte y poder así iniciar el levantamiento de la capilla. La solicitud va dirigida al regidor de Soria, provincia a la que pertenecía Galilea en aquellos momentos. Este es su contenido:

 

«José Carrillo, caballero de la Orden de Santiago y regidor perpetuo de la ciudad de Soria, señor de San Martín de Berberana, poder y justicia de esta villa de Ocón y su jurisdicción, Juan Sáenz, José Morales y Silvestre Alonso regidores, Juan de Tejada, Cosme de Nájera, Domingo de Oxúa, Ambrosio Rubio, procuradores generales, todos ellos justos y legitimados de esta villa de Ocón y lugares de sus jurisdicción y como tales en nombre de ella decimos que, por tanto su señoría Juan José de Tejada, caballero de la Orden de Santiago, se nos ha insinuado ánimo y deliberada voluntad de su señoría de edificar y fabricar una capilla en la iglesia parroquial de San Vicente de dicho lugar para mayor adorno de ella y aumento del culto divino para cuyo efecto el cabildo eclesiástico de las iglesias y el alcalde y vecinos de dicho lugar han dado y prestado consentimiento y licencia par edificar dicha capilla.

La virgen del Pilar

Y puesto que para la seguridad de ella está previsto centrar el rompimiento de los cimientos como dos o tres pasos a lo ancho en camino concejil que está contiguo a dicha iglesia, dejando otro tanto como ocuparse en las eras de particulares que están pegadas a lo concejil y que para poder hacer la fábrica le concedamos una licencia y permiso.

Y reconociendo cuán justo y ánimo e intenso de su señoría por que la edificación de la capilla ha de ser para mayor adorno de dicha iglesia y para el culto divino, por la presento y por lo que a nos toca o tocare puede, damos permiso y licencia a dicho señor Juan José de Tejada para que pueda edificar y fabricar la dicha capilla en dicha iglesia y para que su planta, cimientos y mayor seguridad pueda ocupar y ocupe terreno concejil, dos tres o los demás pasos que fuere necesario, con que contiguo a lo que se ocupare se hayan de dar en las eras de los particulares otro tanto como lo que ocupare para que sirva de pasada respecto de ________ lo que así ha de ocupar para la planta y seguridad de dicha fábrica y mandamos que ninguna persona le ponga impedimento ni embarazo alguno.

Dado en Ocón a 20 de septiembre de 1708.»

 

Entre los años 1708 y 1709, el calagurritano José Raón, hijo de quien edificara la casa del Arzobispo Diego de Tejada, construye la fábrica de la Capilla del Pilar.

El 2 de marzo de 1709 D. Miguel Ángel Alonso García canónigo de la Catedral de Calahorra, en nombre de D. Juan José Tejada García, Caballero de la Orden de Santiago, remataba con José Ramírez, arquitecto, y Juan Félix de Camporredondo, escultor, el hacer un retablo con sus esculturas para colocarlo en la capilla de Ntra Sra del Pilar en lugar de Galilea, jurisdicción de la Villa de Ocón. La traza (los planos) le fue entregada de otro maestro. A Juan Félix Camporredondo le correspondió esculpir las figuras de diez ángeles por lo que cobró 1.050 rs. Las esculturas de los ángeles portadores son de las obras mejor conseguidas del maestro.

El retablo, construído en 1709, según lo describe Moya Valgañón, consta de banco cuerpo y ático, con una calle en estípites (pilastras en forma de pirámide truncada, con la base menor hacia abajo) y hojarasca, barroco de comienzos del siglo XVIII con ocho imagencitas de ángeles, relieve de la Resurrección, dos ángeles tenantes de antorchas, todo ello coetáneo.

Reja de hierro cerrando la boca de la capilla, de finales del s./ XVII o comienzos del XVIII, obra de Sebastián de Medina.

En el año 1710, la capilla está totalmente acabada y abierta al culto. El inquisidor desea dejar constancia del contenido de la capilla por el levantada y redacta un inventario que, en esencia es el siguiente:

 

Pila bautismal, frente al altar

“Altar de madera; retablo de talla sobre dorado que coge toda la testera de la capilla; en su trono la santísima imagen de la virgen con su corona de plata y el adorno que se sigue: en arco de flores de mano que rodea todo el trono y se compone de diferentes colores; al pie del pilar los cipreses, y a los lados del cuerpo de Ntra Sra. dos pastas de Agnues y de Inocencio XII, guarnecidas con seda carmesí, al modo de Italia.  A la espalda del trono hay una cortina de tafetán carmesí que cubre la imagen de la Santísima Virgen y el arco de flores que la guarnece.  Al frente hay una cortina de hilo de plata para cubrir la santísima imagen y otras de raso carmesí con algunas flores que sirven par lo mismo; y además de eso tiene otra cortina de raso azul con algunas flores con sus fenefas.  En la parte afuera del trono, dos arañas de plata cada una con sus mecheros que sirve para poner las velas de cada una cuando se descubre la Sra. En el mismo altar, en los lados del Sagrario, hay dos alacenas que sirven de adorno; tras ellas hay dos vanos con sus cristales en donde está el cuerpo de San Vicente.  Y otras muchas reliquias auténticas que están en poder del cura, quien tiene las llaves, junto al alcalde del lugar”.

 

Existen otros datos de interés referidos a la Capilla del Pilar en la biografía de Juan José de Tejada, en esta misma página web.

 

LOS ARTÍFICES

 

JOSÉ RAÓN.- Heredero de dinastía de arquitectos debe parte de su gloria a los trabajos realizados en las parroquias de Santiago y San Andrés de Calahorra. En Santiago finaliza las obras hacia 1741. En San Andrés, según Lecuona, en 1702-03.  Su estancia en Calahorra durará hasta la primera mitad del siglo. En 1738 aparece junto a Miguel Adán firmando como testigo en el contrato del retablo del Monasterio de Vico.

 

JUAN FÉLIX DE CAMPORREDONDO.- Este importante escultor que desarrolló su magisterio en Calahorra y su entorno del Valle del Ebro y La Rioja Baja, llegó a la ciudad de los mártires en el año 1700. Nacido Sobremazas, en el Valle de Trasmiera, en Cantabia, procedía de una familia de hidalgos habiendo probado su nobleza en Calahorra en el año 1703.  El 12 de septiembre de 1701 se casa en dicha ciudad con Manuela de Alzu.

 

JOSÉ RAMÍREZ.- El único documento que lo pone en relación con Juan Félix de Camporredondo en 1709, cuando ambos van a construir el retablo de Ntra Sra la Virgen del Pilar, encargándose Juan Félix de la escultura.

 

BIBLIOGRAFÍA:

Inventario artístico de Logroño y su provincia. Vol II. José Gabriel Moya Valgañón. 1975

Artículos.   José Manuel Ramírez

Archivo Diocesano de Logroño. Cuentas de la Capilla de Ntra Señora del Pilar.

La ermita de la Virgen de Gracia

 

La Ermita en honor a la Virgen de Gracia está situada junto al cementerio. Es construcción de mampostería y ladrillo de tres tramos, crucero en planta y cabecera rectangular con pórtico cerrado con puerta de rejas a sus pies, y sacristía sobre la cabecera. Igualmente a los pies coro alto sobre madera. La talla de la Virgen, es romanista del siglo XVI. Parece edificio del siglo XVIII.

El retablo mayor está formado por banco y cuerpo con columnas corintias estriadas en zig-zag y frontón redondo roto, clasicista de mediados del siglo XVII, con pinturillas en tabla en el banco de San Pedro, los santos Juanes y San Pablo, coetáneas. Cruz de altar con apliques de nácar y grabado de la Virgen del Rosario, del convento de Santo Tomás de Madrid, con bordados del siglo XVIII.

La devoción a la Virgen de Gracia siempre ha estado presente en el sentir de los habitantes de Galilea.  La demanda de amparo en momentos difíciles de la vida de nuestros convecinos ha sido una constante que ha estado presente en todos los tiempos, independientemente del grado de devoción o religiosidad del postulante.  No obstante, la procesión que se celebra en la fiesta de la Asunción, en el mes de agosto, suele ser, invariablemente, la más concurrida y celebrada.

A su amparo se acude también cuando por cuestiones de climatología los agricultores que atraviesan momentos difíciles, al proponer

 

“…una novena a la Virgen de Gracia con el fin de que, con la oración y la penitencia, alcanzar un agua, abundante y copiosa, para regar nuestros campos.”

 

Y en su nombre se abrían las sesiones del pleno del Ayuntamiento en los años 40 y 50 bajo la fórmula:

 

“… Virgen de Gracia, rogad por nosotros.”

 

La confianza de nuestros antepasados en su amparo es tal que en un pleno municipal de fecha 21 de septiembre de 1957, se le nombra

 

“…Alcaldesa Perpetua a la Excelsa Patrona  Nuestra Señora la Virgen de  Gracia, a cuyo fin, como símbolo de nombramiento, se depositará en el  altar donde tiene su  sitial, el bastón demando correspondiente.»

 

RESTAURACIÓN DE LA ERMITA

 

A lo largo del siglo XX se acomete una serie de modificaciones tendentes a mejorar su aspecto exterior e interior, además de dotarle de una serie de elementos, unos mediante donación particular y otros por suscripción popular que la hacen más confortable y acogedora. Asimismo es visitada en dos ocasiones por quien fue durante muchos años obispo de la Diócesis de Calahorra, Abilio del Campo. Las fechas son estas:

 

Año 1925.- Se luce la fachada con yeso costando todo ello 159 pts.

Año 1945.- Se colocaron tres puertas de hierro en el pórtico de la ermita que cuestan 1.177 Pts

Año 1946.- Se donan seis bancos con reclinatorio valorados en 1200 Pts por parte de Angela Cenzano Fernández

Año 1950.- Instalación de la luz eléctrica llevada desde el pueblo que cuesta 760 Pts.

Año 1951. Se construye el camarín de la Virgen por 256 Pts.

Año 1956.- Primera visita pastoral del obispo Abilio del Campo

Año 1964. Día 10 de marzo. Segunda visita pastoral del obispo Abilio del Campo.

 

A finales del pasado siglo XX el estado de la ermita en general y de su cubierta en particular estaban en unas condiciones que amenazaban con el desplome de parte de su techumbre si no se intervenía de inmediato para corregir estas irregularidades que el paso del tiempo habían provocado en su estructura. El arquitecto Gerardo Cuadra, como ya hizo con la iglesia parroquial, redacta un proyecto de restauración casi integral de la ermita, que con un presupuesto de cinco millones y medio de pesetas, subvencionadas íntegramente por la Consejería de Cultura y ejecutado por la empresa Maroba, S.L. se lleva a cabo en las postrimerías del pasado siglo. El informe publicado por la Consejería de Cultura en el libro Restauraciones del Patrimonio Artístico de La Rioja, dice los siguiente:

 

«El estado de la ermita era realmente preocupante dada la deformación de los arcos perpiaños, de modo especialmente en los pies, con fuertes grietas que se prolongaban en algunos paños de bóvedas y que, junto al desplome de los muros, claramente mayor en el de la epístola, estaban indicando que el empuje de las bóvedas de la nave no estaba suficientemente contrarestado. La solución que se adoptó fue la de eliminar las bóvedas que cubrían la nave así como la cubierta correspondiente  y sustituirlas por tres jácenas ce hormigón armado colocadas transversalmente que junto con el sistema de correas también de madera, apoyadas en ellas y en los muros del crucero y de los pies, constituyen la nueva estructura que soporta los faldones formados por entarinamiento, asilamiento y teja curva. Estas jácenas se conciben a modo de los clásicos arcos-diafragmas son su perfil superior según las pendientes de los faldones de cubierta y con un arco de medio punto como perfil interior.

Por lo que hace al crucero y a la cabecera dado que su estado era relativamente correcto se mantuvo la cúpula así como el sistema de arcos en el que se apoyaba continuándose los faldones de la nave mediante estructura convencional formada por dos cerchas triangulares de perfiles de acero para disminuir la distancia de apoyo de las correas que con los rasillones  y capa de hormigón forman los faldones sobre los que se apoyan las tejas.

En cuanto a la sacristía se sustituyeron las bóvedas también agrietadas por un forjado plano formado por cabios de madera, entarimado y capa de hormigón con mallazo sobre el que se levantó la nueva cubierta a tres aguas.

Aparte de la renovación de la espadaña y de los trabajos complementarios en los muros tanto interior como exteriormente, una actuación que ayudó mucho al notable cambio introducido en la imagen del interior de la ermita fue la reconstrucción del coro, derribando el existente con un forjado deficiente y un acceso realmente torpe. El nuevo forjado se amplió con un vuelo hacia la nave de aproximadamente un metro en una amplia banda central lo que permitió resolver el acceso de un modo más limpio mediante una cómoda escalera que, adosada al muro norte de la nave desemboca en el lateral del velo. Los antepechos del coro obedecen a un nuevo diseño, siendo el de la escalera parcialmente macizo de albañilería con pasamanos de madera con pilastres metálicos, y el coro de cerrajería formada con perfiles metálicos.»

 

HIMNO A LA VIRGEN DE GRACIA

De igual manera se supone que el himno religioso, anónimo, cantado en las celebraciones solemnes, es aquellas fechas aunque no hay documentación que atestigüe ni su autoría ni su fecha de composición.  Lo que sí es cierto es que a lo largo de generaciones ha sido cantado en infinidad de ocasiones, tanto en actos solemnes como en celebraciones íntimas, y hay pocos vecinos de Galilea que no conozcan su letra, que es la que sigue:

 

Retablo de la virgen de Gracia

Madre dulcísima y Virgen de Gracia

Lirio del Valle, Reina del Amor.

 

Ves a tu pueblo postrado a tus plantas

Tu cariño canta, pide tu amor.

(Se repite)

 

Ruja el Infierno, brame iracundo

Jamás tus hijos tu amor olvidarán.

Ante este trono que Tú elegiste

Mil veces ser fieles perjurarán.

(Se repite)

 

Mira Madre Amantísima de Gracia,

Galilea es tu herencia de Amor

Nuestros padres fervientes te amaron

Y nos legaron su fe y tu esplendor.

 

Tu quisiste alegrar nuestros campos

Y habitar nuestra tierra también

Y dejaste un altar en la Ermita

En nuestras almas divino dosel.

 

Himnos de Gloria, canciones de amor

A la Virgen de Gracia triunfo y honor.

¡Gloria, prez y honor!

(Estrofa)

 

Tu dulce nombre es el primero

Que nuestros labios saben decir

No nos olvides, Madre piadosa,

No nos olvides en nuestra lid.

 

En nuestras cunas velas el sueño

Cual ángel bueno, Reina de paz.

Ser hijos tuyos siempre queremos

y en tu regazo dulce expirar.

 

El Palacio del Arzobispo

Parte central del palacio que construyó Diego de Tejada

En los últimos años de su vida el Arzobispo D. Diego de Tejada mandó edificar su palacio episcopal, comenzando las obras en el verano de 1663, un año antes de su muerte.

El palacio en cuestión lo mandó construir el ilustre prelado a don Juan de Raón, vecino por aquel entonces de Lodosa (Navarra) y uno de los canteros de más enjundia de todo el obispado de Calahorra.  El apellido Raón aparece vinculado en la historia del arte regional a proyectos de diversa índole y particular relevancia.  Vemos cómo el 4 de enero de 1664 Juan de Raón había concertado una cita en Logroño con los pinariegos Andrés Mancio, Francisco de Rioja Blanco y Marcos Castillo, vecinos de Palacios de la Sierra, lugar del que provienen tradicionalmente las mejores maderas utilizadas en obras riojanas, con el único fin de encargarles las vigas, viguetas y demás maderas imprescindibles para terminar dicho palacio.

Los tres pinariegos se comprometieron a poner a pie de obra los materiales que les había encargado. Juan de Raón según una relación pormenorizada de esta forma: la mitad de los mismo para San Juan, de junio, y la otra mitad para San Miguel, de septiembre, de 1664.  Curiosamente, según especificaba el contrato, las vigas tenían que ser de los pinares de Soria, en razón de su mayor calidad.

El edificio se construyó en tres plantas: la inferior de sillería, y el resto de ladrillo encadenado y mampostería.  La portada principal se concibió cono elemento unificador de todos sus componentes e incorporó las soluciones más nobles actuando como eje de simetría.  En el coronamiento se adosó el escudo del propietario, en cuyos cuarteles figuran las armas del solar de Valdeosera y como remate de todo este conjunto una moldura de mútulos y un frontón triangular sobre el que vuela profusamente el tejado al objeto de proteger de las aguas la estructura de sillares.

En la actualidad el edificio es de titularidad privada, sirviendo de residencia a una familia de Galilea.

Cofradía del Santo Sacramento

REGLA DE LA COFRADÍA DEL STO. SACRAMENTO

 

Portada del libro

 

En el lugar de Galilea a 20 días del mes de abril de 1641 a honor y gloria de Nuestro Señor Jesucristo, ordenamos y decretamos fundar, en la iglesia de dicho lugar, la Cofradía del Santísimo Sacramento quedando por Abad y cofrades de ella los declarados con los capítulos y condiciones que repondrán y siendo consentidores todos los vecinos del lugar de Galilea  y pedían y suplicaban al Sr. Obispo de este obispado confirmarles la dicha regla y capítulos, teniendo por abad de dicha cofradía al presente don Juan Beltrán Arnedo, comisario del Santo Oficio, beneficiado de la iglesia de la Villa de Ocón y sus anexos y por su ausencia o muerte a uno de los curas que figuren en dicha iglesia o a otro que los cofrades quieran elegir de suerte que la elección de abad queda a voluntad de los cofrades y todos con los capítulos y condiciones siguientes:

 

Abad: Don Juan Beltrán Arnedo

Cofrades:  El capitán don Pedro Beltrán, Francisco Clavijo, Andrés Tejada y Laguardia, Pedro Mangado, Diego de Orive, Juan de Terroba, Juan Fernández de Polonia, Juan de Balmaseda, P. Cenzano, Andrés Escudero, Juan Fernández de Ausejo y Juan Alonso.

Todos los dichos, Abad y Cofrades, así juntos ordenaron y decretaron la relga que han de guardar por los que a ellos sucedieran por cofrades de dicha cofradía; además del capítulo que tienen puesto por cabeza en la elección de Abad que se entiende se cumpla y haya de cumplir en la forma y dicha y en lo referente a los capítulos siguientes:

1.- Primeramente ordenamos, y es mi voluntad, que cada uno de nosotros, los doce cofrades, que al presente y por tiempo fueren, sean y seamos obligados a tener y sustentar a nuestra costa una hacha de cera para alumbrar al Santísimo Sacramento y acompañarle en todas las procesiones que se hicieran en el discurso del año.

2.- Item, ordenamos que todos los dichos cofrades seamos obligados no teniendo enfermedades a alguna causa legítima, a asistir a todas las procesiones con sus hachas de cera encendidas a acompañar al Santísimo con toda la mayor devoción que pudieran; y si alguno faltase sin legítima causa o licencia del Abad o Mayordomo tenga por gastos de la Cofradía un real de pena.

3.- Item ordenamos y decretaron que para la fiesta y procesión del Santísimo tengan y tengamos un pendón hecho a costa de los otros cofrades; y que dicho día y dicha procesión y la de su octavario se saque dicho pendón para dicho efecto y lo lleve en ella uno de los Mayordomos y no en otro día si no fuere voluntad de dichos cofrades.

4.- Item que para dicho día del Santísimo Sacramento, ordenamos que todos los cofrades estén confesados y que el mismo día reciban el Santísimo Sacramento y asistan a misa y procesión y a la primera y segunda vísperas, pena de media libra de cera no teniendo enfermedades o causa legítima con sus hachas encendidas, o licencia del Abad o Mayordomo.

5.- Item ordenaron que para el dicho día del Santísimo Sacramento los mayordomos de dicha Cofradía tengan provenida una comida del modo y forma que fuere ordenado por dicho abad y cofrades. Y que dicho día se hagan las cuentas de todo el gasto que dicha Cofradía hubiera tenido y se reparta entre los dichos cofrades y se nombrará Mayordomo para el año venidero.

6.- Item ordenamos que en dicho día se sigan por los otros cofrades una misa cantada en la que recurrirán los cofrades del Santísimo Sacramento y asistirán con sus hachas.  Pena de media libra de cera.

7.- Item, ordenamos que muriendo algún cofrade, el hacha que vacaré se dé, si tuviere hijos, al hijo o yerno o nieto del que el Abad o cofrades eligieren; y si tal cofrade que muriese no tuviese hijos ni yerno ni nieto, el cofrade que la cofradía eligiere haya de pagar y pague de entrada cincuenta reales. Los que se gastarán en misas por el cofrade que murió y demás cofrades y se entiende que fuera de los cincuenta reales se le ha de pagar el hacha que deja el difunto según aprecio que tuviese y se entiende que ni hijo ni yerno ni nieto no han de pagar el hacha ni los cincuenta reales. Y se entiende que si tal hijo o hija no casan con las calidades que requieren a quien es y los demás cofrades y el casamiento no fuese a satisfacción de la Cofradía sin ponerle unas causas y con ellos y sin ellos esté en manos de los cofrades en admitirlo y en que pagare el hacha se ha de pagar la parte de cofrade difunto; y los cincuenta reales a los mayordomos de la Cofradía para que digan misas como dicho es por el difunto y demás cofrades.

8.- Item ordenamos que cuando se llevare algún cofrade el Santísimo Sacramento a la mujer y los hijos siendo cofrade, se lleve la cera como dicho es en las procesiones.  Y a la mujer que estando viuda de cofrade y se hubiese vuelto a casar con personas que no fueran cofrades, no lleve la cera como dicho es ni tampoco a los hijos que tuviera casada aunque viva su padre por no estar debajo del dominio de su padre.

9.- Item que aquel día que muriese algún cofrade o su mujer, y asimismo estando viuda de dicho difunto los otros cofrades sean y deamos obligados a acompañar el cuerpo de su casa a la iglesia con las hachas encendidas. Y si se enterrase por parte de tarde no obstante que le hayan acompañado al entierro al día siguiente, que se diga la misa del entierro, se hallen los cofrades en ella y arda la cera como en el entierro so pena que el que faltare a uno u otro pague un real a la cofradía. No teniendo causa legítima o licencia del Abad o mayordomo.

10.- Item ordenamos que a los ocho días después de que un cofrade hubiera muerto, acosta de la cofradía se diga por tal difunto una misa cantada en la cual se hallen los cofrades con sus hachas, las cuales arderán al Evangelio, y desde el prefacio hasta consumir el responso.  Pena que el que faltase sin licencia del abad o mayordomos tenga la pena de un real para la cofradía y se entiende este capítulo con la mujer del cofrade, aunque esté viuda o sea de otra cofradía.

11 y último.- Item ordenamos que cuando algún cofrade enfermase y se le hiciese venir la necesidad que lo más secreto que se pueda sea socorrido para su enfermedad, por los demás cofrades. Y si llegase peligro de muerte sea visitado por los demás cofrades nombrados por el Abad y cofrades para que le ayuden a vivir con auxilio espiritual.

 

 

Galilea a 20 días del mes de abril de 1641

Cofradía de la Vera Cruz

REGLA DE LA COFRADÍA DE LA VERA CRUZ

 

Nos, don Joan Bernal de Tuco, Obispo de Calahorra y Lacalzada, al Consejo de Su Majestad, a sus gobernantes, justicias y regimiento de todas las ciudades, villas y lugares de este mi obispado, salud y bendición.

 

Sabed que como a Nos nos pertenecía velar sobre la guarda de nuestros súbditos hagan siempre buenas obras y crezcan en ellos, queriendo cumplimentar esto y porque la memoria de los buenos hombres no perezca atento como los que tuvieren cuidado de partir sus haciendas con los pobres no perezcan porque con el discurso de los tiempos las cosas se olvidan y pierden, y más las que son comunes.  Considero que en este nuestro obispado algunas personas a las que hemos dicho las cosas del servicio del señor, dejaron en sus pueblos y fundaron ciertas arcas de trigo que llamaron de misericordia con que las personas necesitadas en los años trabajosos se pudieran remediar, dejando vino cien fanegas, de trigo otras doscientas, otras más o menos según la calidad de sus personas e haciendas e porque de la guarda de ellos y su disposición  no dejaron tan  buena orden como convenía, que muchas de ellas se han perdido y cada día se pierden queriendo poner remedio para que tales obras no se pierdan, antes se aumenten.

 

Es juicio de Dios, Señor Jesucristo acatando el gran provecho que de ello se sigue, amonestamos tanto cuando podemos en virtud de Santa Obediencia, mandamos que de aquí en adelante en los pueblos a donde dichas arcas estén fundadas, o por tiempo se funden, para su perpetuación y conservación se guarde, en cuanto fuere posible,  la orden y forma siguiente:

 

CAPITULO I, que trata que haya dos diputados nombrados por los pobres y el pan que se les ha de prestar.

 

PRIMERAMENTE, ordenamos que en cada uno de los dichos pueblos donde hay arca de misericordia, el cura, juntamente con el alcalde, si lo hubiere, o con un regidor o jurado del pueblo nombrado por los vecinos, tengan cargo en cada un año de poner por escrito las personas necesitadas que en el pueblo hubiere y señalar las fanegas de trigo que cada un año han de dar según de la cantidad que el arca tuviere de trigo para poder repartir, y queremos que esto hagan dos veces en el año, la una por San Miguel, que es tiempo en el que comienza la sementera y la otra en la semana primera de mayo en que comúnmente hay necesidad entre la gente pobre.

 

CAPITULO II, que lo diputados no señalen en el año persona alguna necesitada más de una vez.

 

Queremos que no puedan señalar persona alguna necesitada en cada vez más de hasta tres fanegas de trigo si la abundancia del pan que hubiere no diere lugar a que en más cantidad se repartan y manda más que los que fueren nombrados en la primera vez del año no lo sean en la segunda porque el dicho pan se comunique y reparta por más personas.

 

CAPITULO III, que trata que los diputados juren que sean fielmente lo que es a su cargo.

 

Y porque esto se haga, bien mandamos que los dignos diputados el cura, y su compañero, juren a principio del año que sin afección alguna particular harán el memorial de las personas y el repartimiento de dicho pan y en todo guardarán según Dios y rectamente la conciencia lo que es a su cargo conforme los capítulos de esta nuestras instrucción señaladas en el repartir el pan, deben tener respeto a la cantidad de trigo que el arca tuviere, en la necesidad de las personas que lo hubieren de tomar.

 

CAPITULO IV, que hay personas que tengan largo del arca de misericordia y de finanzas que hará su oficio con toda fidelidad.

Otro si, ordenamos que la justicia y regimiento de los pueblos donde hubiese arca de misericordia, el día de año nuevo, en cada un año, cuando los vecinos de ellos tienen costumbre de nombrar oficiales par su gobernación, nombre un hombre honrado para que tenga a cargo la guarda de dicha arca. El cual de fianzas llanas y abonadas que dará buena cuenta  Della. E obligase en forma  y con juramento que dará con toda fidelidad, las fanegas de trigo que en ella estuvieren por medida a las personas que los diputados, cura y alcalde, le dieran puestos en el memorial y no a otro alguno y que lo cobrara y tenga cosido en una arca al tiempo presente en esta nueva arca, señalada de tal manera que no ha de faltar, así en la medida de las fanegas, como en la bondad del pan.

 

CAPITULO V. que trata que la persona que tuviere a cargo la dicha arca se le dé salario conveniente.

 

Y porque pocos hacen bien lo que es a su cargo si no ven el premio delante, y trabjanado de gracia todos se cansan luego como dice San Pablo, “Vemo militat stipendis fuis un quem signus est operatius mercedesua”, queremos que esta persona que ha de tener la guarda de la arca y la distribución del pan porque con más obligación y voluntad cumpla lo que es a su cargo se le de por cada año  el salario que a los dichos justicia, regimiento y diputados pareciere que conviene ansí deseando el trabajo que por hacerlo el susodicho tiene y lo que por tener a su cargo  la guarda de la dicha arca merece. Atento que la tal persona se ha de obligar dar fianzas bastantes que cumpliera bien y fielmente todo lo que a su cargo, como dicho es.

 

CAPITULO VI, que los pueblos paguen el salario que tiene el arca del pan y los que lo tomaren en prestado den pacto con cada fanega un celemín de trigo o diez maravedis.

 

Donde no hubiera renta perpetua señalada para el salario de la persona que ha de tener a su cargo el arca de misericordia y la guarda de dicho trigo que en ella hubiere para satisfacción y recompensa de todos los trabajos y costas que en la repartición y cobranza que se recreciesen sino lo que tienen que hacer graciosamente por amor de Dios y de los pobres exhortamos a los pueblos que satisfagan a la tal persona le paguen el salario conveniente si tienen hacienda que publico para ello pues esto es provechoso, comun de todos y si no la tuvieren o no la quisieren hacer, queremos conformandonos con la declaración del concilio lateratente  celebrado en el tiempo del Papa Leon X de buena memoria que, aquellos a quien se repartiese el dicho pan, sena obligados a volver otro tanto como el que llevaron dentro del tiempo que para ello le fuere señalado, con más de un celemín sobre cada fanega, o diez maravedís, no porque el arca se mejore y crezca con ello sino para que se paque el salario que ha de ganar dicha persona y para pagar el arca y casa donde ha de estar el trigo y las prendas si alguno las diere de gracia, y para cambiar los libros en los que se han de asentar, particularmente, el juramento que han de hacer los diputados y la cuenta y razón de las fanegas de pan que tiene la dicha arca y los derechos del escribano ante quienes hicieren las obligaciones y las personas que llevan el pan y las fianzas y cuentas de las prendas que han de dar cuando lo reciban, y otros gastos necesarios.

 

CAPITULO VII, que el que cobrare el trigo prestado cobre los celemines y maravedís que con el pan han de pagar.

 

Y porque es segunda intención y disposición de dicho Concilio lateranense la cantidad que vuelven demasiada las personas que reciben dicho emprestrado ha de ser solamente para los casos necesarios que se hacen en la administración y guarda de la hacienda que se presta y no para aumento de ella, ordenamos y mandamos que el que tuviere cargo de cobrar el dicho trigo prestado cobre también los celemines y maravedís que con cada fanega que recibiera un prestado ha de volver como dicho es, como tenga su razón y que en tales casos de todo lo que montare en suma de los dichos maravedíes.

 

CAPITULO VIII, que cuenta con os gastos en que la guarda y distribución del pan y lo que se cobrare según lo que se tomare en préstamo.

 

Y asimismo asiente por menudo todo lo que de gastar en la administración y conservación de la hacienda  y en la satisfacción de su salario y otras cualesquiera gastos necesarios que sobre ello se hicieran para que se pueda saber si algún tiempo sobrase algo, pagados los dichos gastos, para que si algo sobrare, pareciendo a los diputados que se pueda hacer, queremos que este tiempo se disminuya la suma de los dichos maravedis a las personas que lo han de volver, de tal manera que no falte para los dichos gastos ni haya mucha hacienda cobrada de lo que si se cobrare, lo cual les encargamos las conciencias y encomendamos que con prudencia miren lo que sobre de ello de debe hacer para que los pobres no sean en esto agraviados pues todo ha de ser para bien de ellos.

 

CAPITULO IX, que trata de los que tomaren prestado abonen con fianzas antes que los resciva.

 

Otro sí, mandamos que la persona que tuviere cargo de la guarda de la dicha arca de misericordia, dando el dicho pan a las personas que los diputados les dieren señalado en el memorial tome de primero de cada uno de ellos seguridad necesaria de fianzas o prendas bastantes para que, llegado el tiempo en el que lo han de tomar, lo darán tal y tan bueno como lo recibieron para echarlo en el arca.

 

CAPITULO X, que trata de que el que no pagare en tiempo se ejecuten y vendan las prendas.

 

Item que si así no lo hicieran queremos que se han de ejecutar y vender las prendas en pública almoneda, y si algo sobrase de lo que se vendiere, se lo quede de principal y costas y lo den luego a las personas cuyas eran las dichas prendas.

 

CAPITULO XI, que trata del que tomare trigo prestado no se fiador de otro.

 

También ordenamos que persona alguna a quien se prestase parte de dicho trigo, pues ha de ser persona necesitada, no pueda ser recibida por fiador de otro alguno que será ocasión para no se cobrar bien lo que tal persona llevare y porque no conviene que las necesidades que b uscan fianzas para ellos, sean fiadores para otros.

 

CAPITULO XII, que trata de la orden que se ha de tener en dicho pan.

 

Otro sí, ordenamos, porque de todo hay memoria especial de las personas a quienes se prestare el dicho pan, y de lo que llevare cada uno en cada año, que la persona que tuviere la guarda de la arca ha de asentar en el libro que para ello ha de tener señalando las personas a quien lo diere y lo que llevan el día que lo da, haciéndoselo firmar, si saben, o escribir a otro por ellos porque no haya en ellos fraude ni engaño asentando los nombres de los testigos en cuya presencia se lo diere.

 

CAPITULO XIII, que trata en que tiempo ha de recogerse dicho pan.

 

E asimismo ordenamos, porque la dicha arca de misericordia sea perpetuada y nunca venga en disminución que las personas que por tiempo tuvieren cargo de ella sea obligado a tener cobrado dicho trigo a las personas a las que se repartió para el día de Ntra Señora de septiembre en cada un año, el día siguiente de cuenta del dicho trigo por media y si algo faltare lo pague luego este día dando otro tanto trigo so pena del doblo si así no lo hiciera para la dicha arca.

 

      Galilea, año de 1569

Cofradía de la Virgen del Rosario

REGLA DE LA COFRADÍA DE LA VIRGEN DEL ROSARIO

 

La cofradía de Nuestra Señora del Rosario se creó debido al fervor que nuestros antepasados profesaron a la Virgen de este nombre, cuya capilla o altar se sitúa en el lado izquierdo del crucero de nuestra iglesia parroquial. Su existencia perduró hasta bien avanzado el siglo XX. Esta es la trascripción literal de la Regla y Ordenanzas de dicha cofradía:

Regla y Ordenanzas de la Cofradía y Hermandad de los cofrades de Nuestra Señora del Rosario del lugar de Galilea, a honra y resurrección de la Santísima Reina de los ángeles Madre de Dios y abogada nuestra. Confirmada a veintiséis días de marzo del año mil quinientos setenta y seis.

Natural devoción nos obliga, y debido al acatamiento constante que a Dios debemos tener, servir y amar, porque es principio, medio y fin de las cosas y sin Él ninguna cosa puede ser hecha.  Porque por sola su presencia, sabiduría, bondad y clemencia, todas las cosas son hechas, gobernadas y mantenidas.  Y todo hombre, que alguna buena obra ha de comenzar, primeramente y ante todo, ha de invocar y llamar a Dios, rogándole y pidiéndole por merced, saber, buena voluntad y poder, para que la pueda bien acabar. Y porque no se hallare nada entre los hombres, que no consista en perpetuo movimiento.

Toda carne naturalmente es obligada a fin de la muerte, pues en la entrada de la vida y valle de lágrimas, todos somos iguales y la experiencia nos lo enseña manifestándonos que todo cuanto en esta vida breve y caduca, floreciere en pequeño rincón de maldad, son recogidos y encerrados.

Y la muerte, a todas las pompas, riquezas y honras mundanas pone término, y es espejo de todos los estados mundanos. Y pues tenemos por ley universal este nacer y morir, y el ser un fantasma del tiempo, un  siervo de la muerte, un peregrino que pasa, un huésped del camino, morada de poco tiempo,  todas estas cosas nos convidan y mueven para que todos nosotros, los cofrades de esta santa cofradía de Nuestra Señora del Rosario y demás hermandades, unidos y condenados en santa y buena hermandad, en servicio de Dios y de su gloriosísima Madre, a quien tenemos por guiadora y abogada, ordenamos la regla y los capítulos siguientes:

Primeramente ordenamos que todos los que hubieren de ser cofrades de esta cofradía, sean católicos y buenos cristianos y voluntad de todos los cofrades y de la mayor parte de ellos, para lo que en dicha cofradía se tratare sea a honra y servicio de Dios y de su bendita Madre.

Item, ordenamos que en dicha cofradía haya un Abad, el que pareciere a la mayor parte del cabildo, y que sea de los cofrades clérigos del pueblo, si los hubiera, y si no los hubiera, el que a la mayor parte del cabildo pareciere. Y que dicho Abad tenga el oficio todo el tiempo que el cabildo y cofrades les paresciere, no habiendo ningún impedimento de por medio y sea obligado a leer y declarar la regla y capítulos de ella, e instruirles y decirles a lo que están obligados a hacer, y decir las misas de dicha cofradía, pagándole la limosna acostumbrada. (Esta sea de un real).

Item, ordenamos que en las cuatro más importantes fiestas de nuestra Señora que son Natividad, Purificación, Asunción y Ascensión se digan cuatro misas rezadas en su misma capilla con los cofrades, y al día siguiente, habiendo lugar, se digan otras cuatro misas cantadas de Réquiem por los hermanos difuntos.  A las cuales dichas misas los cofrades se hallen presentes, a lo menos al evangelio, so pena de pagar doce maravedís[1] para los gastos de dicha cofradía; y para estas misas cada cofrade ofrezca una blanca.[2]

Item, ordenamos que cada cofrade está obligado a rezar un rosario por cada cofrade difunto y decir por todos ellos una misa rezada.

Item, ordenamos que el día de la Asunción de Nuestra Señora que es una de las festividades arriba dichas, por ser la vocación y fiesta de nuestra ermita, todos los cofrades sean obligados a estar en misa, la víspera de la fiesta, fiesta y a la procesión, so pena de catorce maravedís.

Item, ordenamos que en dicho día de la Asunción de nuestra Señora se nombre un alcalde y dos mayordomos. El alcalde y mayordomo de los cofrades de comida para los que tengan derecho a la comida y reclamar al cabildo. El mayordomo se nombre de todos así como de la comida como de los otros. Al que lo mereciere y más convenga para que tenga cuenta con las cosas de la ermita, así de su ornato como de sus cuentas de limosna.

Item, ordenamos que el alcalde y mayordomo que fueran de comida, están obligados a dedicar ese dicho día una comida y cena, como vieren que más conviene al servicio de Dios y provecho nuestro. Y porque dicho alcalde y mayordomo han de estar ocupados en la comida, no están obligados a pagar la pena aunque no estén a la misa, vísperas y procesión.

Item, ordenamos que todos los hermanos que fueran de esta cofradía se asienten en este libro (o en otro cualquiera que para este efecto estuviere), por mano del señor Abad so pena de no ser cofrade que para ello le informase muchas veces y están obligados a guardar dichos capítulos y ordenanzas.

Item, ordenamos que en la comida nadie sea obligado a llamar ni convidar persona alguna, si no fuere habiendo dado parte al cabildo y consintiendo todos, o la mayor parte, so pena de cuatro reales.

Item, ordenamos que ninguno de los hermanos que fuere de comida se levante de la mesa sin pagar el escote, o al menos sin licencia del alcalde y mayordomo, so pena de escote obligado.

Item, ordenamos que cada año, este día de la comida se presenten cuatro personas con el Abad el alcalde y mayordomos, para que tomen las cuentas de cada uno, y rentas, y provechos de dicha ermita y cofradía y cuentas de gasto, para que no sea necesario juntar cabildo general.

Item, ordenamos que cuando algún cofrade muriere, todos los hermanos cofrades sean obligados a acompañarlo y enterrarlo, so pena de doce maravedís.  Y para llevarlo y enterrarlo se marquen cuatro cirios o hachas de cuatro libras cada una, para que con más honra hubiese para dicho cofrade difunto, y sus herederos sean obligados a pagar cuatro reales para el gasto de la dicha cera; y si dicho difunto hiciere alguna manda a la ermita, (no confiaría deudas de más de cuatro reales), no pague ninguna cosa, y si alguno que no fuere cofrade, se encomendare a la dicha cofradía y sean todos los cofrades a correr con dicha pompa, mandando lo que sea justo ( o pagando lo que el Abad y mayordomo le pareciere justo.)

Item, ordenamos que para la misa y procesión de la dicha Asunción de Nuestra Señora y para las demás misas de las otras festividades se traigan dos velas de a libra cada una y se paguen de los provechos de la cofradía y si no las hubiere se reparta entre los cofrades.

Item, que lo  que entre los hermanos se entendiese haber diferencias y disenciones, que el Abad y mayordomo los hagan amigos, poniéndoles penas que no vayan en disención ni diferencias.

Item, ordenamos que ningún hermano en la mesa sea osado a tratar ni pactar negocios profanos, y si los tratase, y el Abad le mandare que calle, y no lo hiciere, pague el escote doblado y sea echado de la mesa y acusado como descortés.

Item, ordenamos que ningún cofrade de comida falte a la dicha comida sin justa causa, y pidiéndolo al Abad y mayordomos so pena de escote doblado, y que ninguno se pueda salir de la cofradía sin que, dicha causa hubiere, so pena de cuatro reales.

 

COMIENZA LIBRO NUEVO DE LA COFRADÍA DE SANTÍSIMO ROSARIO FUNDADA EN EL LUGAR DE GALILEA EL AÑO 1576 Y PROSIGUE ESTE AÑO DE 1728.

 

El maestro Agustín de Eslava, prior de este Convento de Balbuena, extramuros de la ciudad de Logroño  a honra y gloria de Dios todopoderoso y de la Reina de los ángeles, Virgen Santísima, y de nuestro glorioso y patriarca Santo Domingo, confirmo la cofradía el Santísimo Rosario, legítimamente fundada por mis antecesores, en la iglesia parroquial de nuestro señor San Vicente Mártir, en el altar señalado de Nuestra Señora del Rosario, de esta iglesia del lugar de Galilea, de este obispado de Calahorra. Con todas las gracias, jubileos e indulgencias que los sumos pontífices le han concedido y nuevamente le han confirmado este año pasado de 1727, nuestro Papa Benedicto nueve, de feliz memoria y en virtud de la autoridad que las bulas pontificias me conceden para nombrar Abad de dicha cofradía, nombro por Abad y capellán a:

 

Francisco Fernández Cenzano,

 

Presbítero y capellán de las cofradías que en dicho lugar fundó  señor inquisidor de la Suprema, D. Juan José de Tejada, a quien doy toda mi autoridad para que pueda escribir cofrades, así vivos como difuntos, bendecir rosarios, candelas, así como publicar las indulgencias y jubileos del Rosario, explicar sus misterios, explicar sus milagros y nombrar mayordomos en conformidad con la Regla; que cuiden del servicio y limpieza de la imagen, capilla y altar, y responder por los cofrades a todos los escritos en este libro; y le encargo mucho promueva delante de Nuestra Señora y su Santísimo Rosario, como cosa tan importante para el beneficio de las almas, y que una vez cada año remita este libro para que el prelado de este convento confirme lo que esté escrito y los cofrades que se hayan escrito, y en caso de que falte el capellán, ahora por mí nombrado, se haga saber a este convento, para hacer nuevo nombramiento.

Y en fe de lo cual lo firmo, en este convento de Balbuena, a nueve de abril de mil setecientos y veinte.

 

  

[1]  Moneda antigua, de menos valor que la blanca.

[2]  Moneda antigua de vellón, que según los tiempos tuvo diferentes valores

Cofradía de San Vicente Mártir

REGLA DE LA COFRADÍA DE SAN VICENTE

 

Bula de Ntro Santísimo Padre Inocencio XI a favor de la Cofradía de San Vicente del lugar de Galilea, para perpetua memoria.

 

Habiéndonos constado que en la parroquial u otra iglesia del lugar de Galilea, obispado de Calahorra, hay canónicamente fundada o por fundar una piadosa y devota cofradía de fieles de Jesucristo de ambos sexos, y no de hombres de alguna forma particulares, bajo la invocación de San Vicente…

Cofradía de la Virgen de Gracia

REGLA DE LA COFRADÍA DE LA VIRGEN DE GRACIA

 

Virgen de Gracia

En  siglo XIX se creo una cofradía cuyos estatutos recogen claramente los derechos y obligaciones de los cofrades en momentos muy cualificados del año y en situaciones muy concretas, cuya actividad da comienzo el primero de julio del año 1888. Previamente a su autorización canónica, hubo que solicitar por parte del cura y de «varios feligreses a mi cargo» al obispado de Calahorra el consiguiente permiso para la fundación de dicha cofradía, algunos de cuyos escritos fueron los siguientes:

 

Excmo. é Ilmo Sor.

 

El infrascrito Pbro. cura propio de la parroquia de San Vicente de este pueblo de Galilea a V.E.J. con el debido respeto y la más atenta consideración, expone==

 

Que habiéndome manifestado varios feligreses de esta de mi cargo desean establecer una cofradía de la Santísima Virgen, bajo la advocación de nuestra Sra. de Gracia, que se venera en este pueblo, cuyos estatutos tengo el honor de remitirle a S.E.J. suplicándole se digne prestar su aprobación si en su elevado criterio, los juzga dignos de ella.

 

Asimismo, con el piadoso fin de excitar más el fervor de los cofrades suplico a V.E.J. conceda cuarenta días de indulgencia por cada asistencia de la referida cofradía.

 

Gracia que no dudo conseguir del bondadoso corazón de V.E.J. cuya preciosa vida Dios guarde m.a.

 

Galilea, 22 de junio de 1888

 

Pedro Sada.

 

El mayordomo de la cofradía a nombre de todos los cofrades,

 

Andrés Fernández

 

Calahorra, 28 de junio de 1888

 

Vistos los presente estatutos que ha de regirse la cofradía que con el nombre de Nuestra Señora de Gracia piensan establecer en  Galilea el párroco y alguno de sus feligreses y conformándonos con el dictamen de nuestra Fiscal General según obra en el expediente original entregado en nuestra Secretaría de Cámara y Gobierno, los aprobamos cuanto son en derecho, reservándonos a Nos y a nuestros sucesores la facultad, con exclusión de ningún otro, de introducir en ellos cualquier modificación que se creyese conveniente.

Facultamos, en su virtud, al expresado párroco, para que pueda erigir canónicamente la citada cofradía a tenor de estos estatutos y en prueba del agrado con que vemos el aumento del culto y veneración a nuestra Madre Santísima, concedemos cuarenta días de indulgencia a los cofrades por cada vez que se reciban los Santos Sacramentos de las festividades que se menciona en el estatuto 3º

 

 Por mandato de S.E.J el Obispo mi señor,

 

Dr. José de la Blanca

 

Virgen de Gracia

Acta de erección canónica de la Cofradía de Ntra Señora de Gracia, en la parroquia de San Vicente, de este pueblo de Galilea.

En el pueblo de Galilea, Diócesis de Calahorra y la Calzada, Provincia de Logroño a primero de Julio de 1888, yo don Pedro Sada, Pbro., cura propio de su iglesia parroquial, autorizado por nuestro dignísimo prelado, en presencia de los señores cofrades de la referida Cofradía de Ntra. Señora de Gracia, reunidos al efecto en la sacristía de la precitada parroquia, erigí, canónicamente dicha cofradía, y leídos los anteriores estatutos de la misma y aprobación superior, enterados los referidos cofrades, convinieron de común acuerdo en que comenzara a obligar en cumplimiento desde el día primero de julio de dicho año.

Y para que conste lo firmo y sello con el de la parroquia en Galilea fecha ut supra.

 

El abad,

 

Pedro Sada.

 

 

PRIMERA ACTA DE LA COFRADIA

 

En el pueblo de Galilea a primero de julio de mil ochocientos ochenta y ocho reunidos los señores Abad, Mayordomo y demás cofrades de la cofradía de Ntra Sra de Gracia, en la sacristía de la iglesia parroquial, después de quedar enterados de los anteriores de estatutos de la misma, se nombró mayordomo al cofrade D. Andrés Fernández por ser de más edad que los anteriores cofrades, disponiendo que así sucesivamente, se nombrase mayordomo cada año y finalmente, de común consentiomiento, se acordó lo siguiente:

 

1º.- Que si algún cofrade faltase a las funciones religiosas y demás asistencias de cofradía, tres veces en un año, siendo la falta culpable o voluntaria, sin causa justa y razonable, y sin licencia de los señores Abad y Mayordomo, será despedido de la cofradía.

 

2º.- Que para la festividad principal de la Santísima Virgen, que se celebra el quince de agosto de cada año, se compren dos docenas de cohetes.

 

Y finalmente que en la misa conventual de dicho día haya ofertorio por antigüedad de cofrades.

 

Y para su cumplimiento lo firmamos fecha ut supra,

 

El Abad,                                                        El Mayordomo

 

Br. Pedro Sada                                                        Andrés Fernández

 

Por los demás cofrades,

 

Elías Fernández                      Leonardo Aragón                   Francisco Fernández

 

 

   REGLA DE LA COFRADÍA DE LA VIRGEN DE GRACIA. AÑO 1888

“Persuadidos de que la verdadera y primera devoción a la Santísima Virgen María, Madre de Dios y Señora nuestra es uno de los principales medios para adelantar en la virtud y evitar el pecado, cumpliendo así con el altísimo fin para el que fuimos creados y con el piadoso deseo de fomentar cuanto nos sea posible esta devoción de la Madre de Dios, ya que tenemos la honra de venerarla en la hermosa ermita, situada extramuros de este pueblo de Galilea, como nuestra especial protección y abogada, bajo la augusta y consoladora advocación de Nuestra Señora de Gracia, hemos determinado, con el favor divino, establecer en esta parroquia de San Vicente de este pueblo, una cofradía titula de la Virgen de Gracia.

Y para que esta Cofradía sea permanente y bien gobernada, nosotros, devotos y cofrades que una vez ya establecida deseamos ser de la misma, ordenamos los estatutos siguientes:

1º.- Primeramente ordenamos que todos los que de ser cofrades de esta santa Cofradía sean católicos y buenos cristianos y a voluntad todos o la mayor parte de los mismos para cuanto en la misma se tratase y dispusiese para mayor honra y gloria de Dios nuestro Señor y de su bendita Madre.

2º.- Ordenamos que en dicha Cofradía haya un Abad que desde luego nombramos al cura párroco que es al presente y en un tiempo fuere, cuyo Abad de le suplicamos rija y gobierne esta cofradía y haga cumplir y que se cumplan estos estatutos lo mejor que Dios Nuestro Señor le diere a entender para lo cual será de su cargo leer y declarar los mismo e instruir a los cofrades y decirles que están obligados a practicar para su exacto cumplimiento. Asimismo que haya un Mayordomo suplente que ayude al Sr. Abad a quienes nosotros presente cofrades y los que por tiempo fueren sean obligados a obedecer bajo las penas que ellos pusiesen.

3º.- Para dar culto a la Santísima Virgen ordenamos que las seis festividades de la misma, a saber: en el día de la Purificación de nuestra Señora, Anunciación, Asunción, Natividad, Santísimo Rosario y Purísima Concepción han de asistir todos los cofrades a la misa conventual y procesión que se acostumbra a celebrar en esta parroquia de cuyos cofrades acudirán ocho, llamados de oficio, que se nombrarán por orden cada año, con los cirios encendidos a la procesión, y los cuatro siguientes serán obligados a llevar las andas de la imagen siempre que no haya a tiempo otras personas devotas que se presten a ello. Todo cofrade que falte sin causa legítima pagará un real de multa.

 4º.- Ordenamos que en la tarde del día 14 de agosto de cada año, asistirán todos los cofrades con los cirios a la procesión que se celebra para bajar la sagrada imagen de Nuestra Señora de Gracia, desde la parroquia a su ermita y a las vísperas solemnes cantadas a continuación. El que faltase pagará para fondos la multa de dos reales.

5º.- Ordenamos que en el día 15 de agosto de cada año, fiesta principal de la Santísima Virgen, o sea de su gloriosa Asunción a los cielos, recibirán los santos sacramentos de penitencia y comunión todos los cofrades, no habiendo causa legítima que se lo impida. Además asistirán igualmente con los cirios a la procesión, misa solemne y vísperas que en dicho día se acostumbra a celebrar en la referida ermita.  El que faltase tanto a la comunión general como a las demás funciones pagará para fondos dos reales.

6º.- Ordenamos que en el día del santísimo Corpus Cristi y Domingo de la Octava asistan los cofrades con los cirios a la procesión bajo la pena de un real.

7º.- Ordenamos que, consistiendo la prueba terminante y sincera de ser verdaderos cofrades de la Santísima Virgen en la moralidad de costumbres, si algún cofrade se observase que no cumple en algunos preceptos que nuestra Santa Madre Iglesia nos da a todo cristiano y con su mala conducta da escándalo a los demás, sea amonestado por el Abad y si no obstante dicha amonestación siguiese, le hará presente el Sr. Abad a los cofrades, Justificada la falta pública será despedido para corrección de los demás.

8º.- Ordenamos que cuando se administre el viático a algún cofrade o cofrades, procure el mayordomo tener abierta el arca de los cirios para cogerlos fácilmente todos aquellos cofrades que puedan asistir.

9º.- Ordenamos que todos los cofrades han de asistir a los funerales del cofrade o cofradesa difuntos, con los cirios, tanto a la conducción del cadáver como a la misa de entierro y que dentro de la novena se le entregara por el mayordomo un cirio al interesado del difunto para que arda en su lugar correspondiente.  Además de dicha novena se celebrará una misa con la asistencia de toda la cofradía por el eterno descanso del alma del cofrade o cofradesa difuntos. El que faltase sin causa justificada pagará la multa de dos reales. El cirio sólo arderá en la misa llamada de hora y rosario de la tarde.

10º.- Ordenamos que si alguno se encomendase a esta Cofradía para la asistencia a los funerales como a un cofrade, a excepción de la misa de cofradía pagará la limosna de ciento veinte reales para fondos de la misma.

11º.- Ordenamos que si alguno pidiese la entrada a esta Cofradía y no fuese hijo, nieto o yerno de cofrade, siendo persona de conducta morigerada y que reúna las condiciones necesarias para cumplir con estos estatutos, será admitido pagando la limosna de treinta y seis reales.

12º.- Ordenamos que si algún cofrade se ausentase del pueblo pagará cada año doce reales para fondos de la Cofradía y si se negase a ello será despedido de la misma.

13º.- Ordenamos que si alguna mujer viuda independiente pidiese su ingreso en esta Cofradía ya sea que viva en este pueblo ya fuera de él, siendo persona de buena conducta, será admitida y como no ha de levantar las cargas de un cofrade tendrá la obligación de pagar veinticuatro reales de ingreso y doce cada año.

14º.- Ordenamos que si el hijo o nieto de cofrade difunto desea continuar en esta cofradía sin haber cumplido la edad suficiente, o sea antes de los doce años, no será admitido hasta cumplida dicha edad pero sí se le reservará el derecho de su padre o abuelo difunto.

15º.- Ordenamos que todo cofrade asiste a las funciones de la Cofradía con chaqueta puesta y con la decencia correspondiente a su clase. Si alguno faltase a ello será requerido por el mayordomo para efectuarlo y pagará la multa de un real.

16º.- Ordenamos que si algún cofrade fuese despedido de la Cofradía por causa legítima o por sí mismo se despidiese, no será más admitido a la misma ni se le devolverá la limosna que pagó al ingreso.

Y finalmente ordenamos que en la tarde del domingo del Santísimo Rosario, después de terminados los oficios divinos, acudirán todos los cofrades a la sacristía de esta parroquia en la que estarán con la devoción y debida reverencia con el objeto de que en dicha tarde de cada año pueda dar las cuentas el mayordomo, de los ingresos y gastos habidos durante el año de su mayordomía en esta Cofradía. En la referida tarde se pagarán todas las multas de las faltas de asistencia. Se nombrará mayordomo y suplente para el nuevo año así como los cofrades de oficio y se leeran estos estatutos para mejor inteligencia de los cofrades haciendo las advertencias que fueren necesarias para mejor dirección y estabilidad de esta Cofradía.

Además bien enterados de que la costumbre de tener comida o merienda, llamada de cofradía, que en algunas cofradías todavía se observa, suelen ser causa de algunos abusos dignos de toda reprobación, ordenamos que en esta cofradía no ha de haber comida de cofrades ni de ninguna clase de refresco.

Así lo acordamos los nuevos cofrades de común consentimiento en la junta de cofradía que tuvo lugar en la sacristía de esta parroquia con la expresa licencia del Sr. cura propio de la  misma, cuyos estatutos aprobados que sean por nuestro dignísimo prelado, nos obligamos a cumplir ayudados de la divina gracia.

 

Galilea 5 de junio de 1888.

 El Abad, Pedro Sada; el mayordomo, Andrés

 Fernández; el suplente, Toribio Muro.

Cartas reales

En el número 39 de la revista Berceo el año 1956, y en sus páginas 213 a 219, el investigador Oscar Alberto Sáenz Barrio da a conocer dos cartas reales fechadas en Toro el día 1 de agosto de 1382 disponiendo y confirmando la aportación tributaria que ha de ser regulada en la cobranza de las cargas reales a los municipios que componen la Tierra de Ocón entre los que se encontraba Galilea. La primera de estas cartas es una confirmación del Rey D. Pedro I el Cruel, de una carta de su padre Alfonso XI por la que se determina la cuantía en la recaudación del “yantar”, tributo para la mesa del Rey. Dice así:

Pedro I El Cruel

«Don Pedro[1] por la Gracia de Dios Rey de Castilla, de Toledo, de León, de Galicia, de Sevilla, de Córdoba, de Murcia, de Jaén, de Algarbe, de Algeciras e señor de Molina. A vos, Gomes Peres mio despensero mayor e a cualquier o cualesquier que hayan de coger e de recabdar en renta o en fieldat o en otra manera cualquier agora e daqui adelante, las mis yantares en la merindat de Logroño e a cualier de vos que esta mi carta fuese mostrada, salut e gracia.  Sepades que e Concejo de Ocón me enviaron sus peticiones con Sancho Pérez e Martín Pérez, sus procuradores e parescieron con ellas contra los oidores de la mia audiencia entre los cuales me enviaron decir que tenía carta del Rey D. Alfonso, mio padre que Dios perdone, en Toro por bien de gela mandar dar seellar con su sello de plomo que no pagasen de cada año por yantar[2] mas de trescientos maravedís[3] al tenor de la cual carta dice en esta guisa:»

 

Don Alfonso[4], por la Gracia de Dios, Rey de Castilla,…a qualquiera o qualesquiera que hayan de coger e de recabar en renta o en fieldat o en otra manera qualquiera, agora e de aquí adelante, los nuestros yantares en la merindat[5] de Logroño, salud e gracia.  Sepades que el Concejo de Ocón nos enviaron mostrar por nuestras cartas e recabdo cierto, en como en tiempo los Reyes onde nos benimos nin en el nuestro fasta aquie que non pagaron mas por la nuestra yantar de trescientos maravedis e agora nuevamente ge los que cogen o recabdan las dichas nuestros yantares en la dicha merindat que por los cohechar e llevar de ellos algo maliciosamente ge los demandare seiscientos maravedís por la dicha yantar e que los prendan e toman lo que les falla, por ello ellos no aviendo por que pagar mas de los dichos trescientos maravedís.

 

E enviaron nos pedir merced que ge lo mandasemos a si guardar e nos tenemos por bien que los de dicho logar de Ocón e de su término que no pagen daquí adelante por la dicha yantar más de los dichos trescientos maravdis. Porque vos mandamos que vista esta nuestra carta que pagando vos los de dicho logar de Ocón os dichos trescientos maravedis por la dicha yantar cada año cuando vos gelos enviaramos a demandar e que los non demandes mas nin les prendares por ello. E non fagadas ende la sopena de la nuestra merced e de cien maravedis de la moneda nueva a cada uno. E si lo asi facer e cumplir con quisieredes mandamos a Ferrant Peses de Porto Carrero nuestro Merino Mayor en Castilla e a los merinos que por nos e por el andvieron agora e daqui adelante en la merindat de Logroño e a los de dicho logar de Ocón e a Rodrigo Alfonso de Logroño, nuestro Ballestero e Teniente logar de Ballestero mayor en la nuestra casa Alcalde del Castillo del dicho logar de Ocón e dotro cualquier Alcalde que y por nos o por el estuviese agora e daqui adelante o cualquier o cualesquier dellos que vos lo non consientan.

Alfonso XI

E por cualquier o cualesquier que ficare que lo así non quiseredes cumplir mandamos a los del dicho logar de Ocón o al que lo viere de recabdar por ellos que vos emplasen que parecieres ante nos doquier que nos seamos del dia que vos emplaaren a quince dias, so la dicha pena de los cien maravedis a cada uno. E de cómo esta nuestra carta vos fuera mostrada e la cumplieredes mandamos so la dicha pena a qualquiera escribano público que para estos fuere llamado que de ende al ome que vos la mostrara testigo signado con su signo porque nos sepamos como cumplide nuestro mandato. E desto le mandamos dar esta nuestra carta, sellada con nuestro sello de plomo. La carta leida dirigela. Data en Toro, primero día de agosto, era de mile e trescientos e ochenta e dos años. Ferrant Sancho, Notario Mayor del Rey en Castiella la mando dar de parte del dicho Señor. Yo Garsi Sanches, escribano del Rey la fi escribir. Sancho Mudarra, Vista Eloy Dias, Ferrant Matines, Ferrant Folio, Gonzalo Ferrandes, Ferrant Sancho, Bartolomé Gonzalo.

 

E enviaronme pedir merced que ge la mandase asi guardar e yo tovelo por bien porque v mando vista esta mi carta que pagando vos los del dicho logar de Ocón los dichos trescientos maravedis, por la dicha yantar cada año cuando yo enviare demandar que los son demandades nin los prendades porque vos den por yantar mas cuantia de los dichos tresncientos maravdis. E si los asi faser e cumplir no quisieredes, mando a Juan Garcia Manrique mio Merino[6] Mayor en Castilla e a los Merinos o Merino que por mi o por el anduvieren en las merindades de Castilla e de Logroño e a los de dicho logar de Ocon que vos lo non consientan sino por cualquier cualesquier de vos o dellos por quien fincare de lo asi faser e cumplir, mando al ome que esta mi carta vos mostrare, que vos emplace que parecieres anti mi doquier que yo sea del dia que vos emplazare a quince dias so la dicha pena de los seiscientos maravedis a cada uno e desir por cual razon no  compedes mio mandato e de cómo esta mi carta vos fuere mostrada e la cumplieredes mando sobre la dicha pena a cualquier escribano publico que para esto fuere llamado que de ande vos la mostrare testigo signado con su sigo porque yo sepa en como cumpliedes mio mandato. La carta leida dirigela. Dada en Valladolid en diez dias de agosto era de mil e trescientos e ochenta e nueve años. E yo Alfono Garcia de Castro notario de Castilla la mando dar porque fue osi tratado por audiencia. Yo escriba Sancho, esribano del Rey la fice escribr.  Pascual Buey

 

La segunda carta real es una confirmación de Enrique III[7] de una concesión tributaria a la Tierra de Ocón hecha por el rey Alfonso XI, su tatarabuelo, y dice así:

Sepan cuantos esta carta vieren como yo, D. Enrique, por la Gracia de Dios rey de Castilla, de León, de Toledo, de Gallisia, de Sevilla, de Córdoba, de Jahen, del Algarbe, de Algeciras, et señor de Vizcaya e de Molina. Vi una carta del Rey D. Alfonso escrita en pergamino de cuero, et sellada con su sello de plomo pendiente en filos de seda, fecha en esta guisa:

 

Don Alfonso, por la gracia de Dios, Rey de Castilla, de León,… A qualquiera o cualesquiera que an de coger o de recaudar en renta o en fieldat,  o en otrmanera qualquiera las primicias que nos han dado los de las villas e logares e la merindat de Logroño, agora et aquí adelante. Salut e gracia.

Sepades que los consejos de Ocon et de Villiella de comun e de sus consejos se nos enbiaron querellar e nos digeron que ellos tienen e uso et de costumbre en tiempo de los reyes onde nos venimos, e el nuestro fasta aquí, de pagar por las dichas primicias por cada yunta de bueyes et de ganado de lavor, una fanega de pan de medio trigo et de media cevada et non mas, por todo lo que han et dan por la dicha primicia, asi por menudo[8] como por granado[9]. Et que agora, nuevamente, que algunos de vos que les demandades, nos paguen las dichas primicias por granado, et por menudo, todo lo que asi montaren.  Et dis que maguer vos muestran et nos representan que pues ellos an de uso et de costumbre de siempre aca de pagar por las dichas primicias una fanega de pan por cada yunta, como dicho es, et no mas, et lesf ue guardado fasta aquí, que les non queriades creer; mas dicen, que lo non quisisteis, nin queredes faser asi; et que les prendades e tomades todo lo que les falladas por ello, et en esto que faciades agravio, et que han perdido et menoscabo mucho de lo suyo; et enbiaron nos pedir merced, et mandasemos et tuviesemos por bien, como vos mandamos, que vista esta nuestra carta o el traslado de ella signado de Escribano publicco, que, pues en el tiempo de los Reyes onde nos venimos, et en el nuestro fasta aquí ovieron de uso et de costumbre de los dichos lugares de Ocon, et de Villiella e pagar por todo lo que ovieron de dar por las dichas primicias de cada yunta de vueyes, et de ganado de labor una fanega de pan, como dicho es, que les non demandades agora ni de aquí adelante mas quantia de la dicha fanega de pan por cada yunta, como dicho es, por las dichas primicias.

Et les guardes de dicho uso, et costumbre, que ellos an en esta razon según e como mas auténticamente les fue guardado fasta aquí, et les non pasades a mas desde, que dicho es. Et nuestra volunta es que les sea guardado. Et si mas desde les quisierades ir o pasar, Mandamos a Johan de Portocarrero, nuestro Merino Mayor en Castilla, e a los merinos que por nos e por el an de ser agora, et de aquí adelante en la merindat de Logroño, et a los del dicho logar de Ocon: et a Rodrigo Alfonso de Yangüas nuestro vasallo, e teniendo lugar de batto mayor en la mia casa et nuestro Alcayde del Castillo del dicho lugar de Ocon, o otro  alcayde, que por nos, o por el estuviese agora, y de aquí adelante o qualquier o qualesquiera  dellos, e a los de dicho logar de Villiella, que vos lo non consientan.

Et demas desto, por qualquier o qualesquier  de vos e dellos, que si non, que lo ansi non quisierades cumplir, mandamos a los de dichos logares de Ocon, e Villiella o al que lo hobiere de recaudar por ellos, que vos emplasen que paresca ante nos do quier, que nos seamos del dia, que vos emplasaria a quince dias, so la dicha pena de los dichos cien maravedis a cada una. Et de cómo esta nuestra carta vos fuere mostrada, et la aprovechades, mandamos so la dicha pena a cualquiera escribano publico, que para ella fuere llamado, que dende el ome, que vos lo mostrare testimonio signado con su signo. Et desto le mandamos dar esta nuestra carta sellada con nuestro sello de plomo, La Carta leida, datsela.  Dado en Toro, primero dia de agosto. Era de mill, et trescientos, et, ochenta, et dos años.  Ferrant Sanchez, notario mayor del Rey de Castilla la mando dar de parte del dicho señor. Sancho Mudarra. Vista Ruiz Diaz.

Et agora Consejo de omes buenos de los dichos logares de Ocon y Villiella, embiaronme pedir merced, que los confirmase la dicha carta, et la merced de ella contenida, et gela mandase guardar et cumplir. Et yo el sobredicho Rey don Enrique por faser bien la merced de dicho Concejo et omes buenos de los dichos logares de Ocon e de Villiella tovelo por bien et confirmeles la dicha carta et la merced en ella contenida. Et mando que les vala, et que sea guardada si, et según que les valo, et fue guardada en tiempo del Rey don Enrique[10] mi abuelo et del Rey don Juan[11], mi padre et mi señor que Dios perdone et en el tiempo fasta aquí. Et defiendo fiermemente, que alguno, nin algunos no sean osados de los yr nin pasar contra la dicha carta confirmada en la manera que dicha esnin contra lo en ella cotenido nin contra parte della para guarda, quebranta o mengua en algun tiempo por alguna manera.

Et qualquier et cualesquier, que lo fiziesen habrian la mi merced et pecharme yam la pena de la dicha carta contenida. Et a los dichos Consejo et omes buenos de los dichos logares de Ocon et de Villiella, o a quien sus veces lo viesen todas las costas e dapnos e menoscabos, que por ende recibiesen, doblados. Et ademas mando a todas las Justicias, et oficiales de mis Reynos do esto acaesciere, asi a los que agora son, como a los que de aquí adelante, eta cada uno de ellos, que se lo non consientan, mas que los defiendan, et amparen en la dicha merced en la manera que dicha es. Et que prenden e bienes de aquellos que contra ello fueren, por la dicha pena, et la guarden para facer della lo que mi merced fuere.

Et que enmienden, et fagan enmendar  a los dichos Concejo et omes buenos de lo dichos logares de Ocon et de Villiella, o a quien sus voces tuviere de todas costas et dampnos, et  menos cavos que por ende recibiesen doblados como dicho es.  Et demas por qualquier o cualesquier po quien fincare de lo asi facer, en cumplir, mando al ome, que les esta mi carta mostrare, o el traslado della signado de Escribano público sacada et autorizada de Juez, o de Alcalde, que los emplaze, que parezcan ante mi, en la mi Corte, del dia que los emplazase, a quince dias primeros siguientes so la dicha pena y cada uno a desir por cual rason no cumplen mi mandato. Et mando so la dicha ena a cualquier Escribano publico que eso fuere llamado, que de ande al que gelo mostrare testimonio signado con su signo, porque sepa en como cumplen mi mandato. Et desto les mande dar esta mi Cata escrita en pergamino de curo et sellada con mi sello de plomo pendiente en filos de seda. Dada en la ciudad de Palencia, veintisiete dias de octube,año del Nacimiento de Nuestro Señor Jesu Cristo de mill, et quatro cientos, et tres años. Yo Juan Afonso de Cortijo Escribano de Nuestro Señor el Rey lo fize escribir por su mandato. Didacus Garsiperez publicus in legibus licenciatus.

La relación de los dos documentos confirmados es indudable; ambos son de Alfonso XI y están fechados el mismo día en Toro. Esto viene a demostrar que el Valle y Tierra de Ocón poseía gran predicamento, suponiendo una verdadera importancia para Castilla durante la Edad Media, potente bastión frente a los moros, primero y frente a Navarra después.

Sus señores representan la más añeja nobleza del reino: desde los Duques de Nájera hasta los de Treviño, pasando por Manrique de Lara, la más hidalga reciedumbre castellana paseó los corredores de su bien almenado castillo. De aquí puede arrancar que desde muy antiguo disfrutase de exenciones y privilegios especiales conseguidos a los Reyes.

Respecto a las dos cartas anteriores, puede creerse que ante los desafueros de los recaudadores se querellasen ante el Rey los fieles vasallos de Ocón, concediendo en la misma fecha las primicias de las dos gabelas o impuestos reales, que cargaban sobre ellos: la del yantar, perteneciente al patrimonio real; y la de rentas, que venia a engrosar los fondos de la Tesorería Real. Más tarde, y por las mismas causas que se concedieron, hubieron de ser confirmadas como hemos visto por D. Pedro y D. Enrique. La contribución del yantar ya no se pagaba en el silo XVIII, mientras que el beneficio en la renta, representado por la otra carta, surtía aún efectos a principios del XIX.

 

[1] Pedro I el Cruel (1334-1369), rey de Castilla y León (1350-1369). Hijo de Alfonso XI y María de Portugal, heredó el trono en medio de una compleja situación política y de una profunda crisis económica. Su padre había tenido diez hijos bastardos con Leonor de Guzmán, entre los que estaba el conde de Trastámara, el futuro Enrique II

[2]  Cierto tributo que pagaban, generalmente en especie, los habitantes de los pueblos y de los distritos rurales para el mantenimiento del soberano y del señor cuando transitaban por ellos. A veces se conmutaba en dinero.

[3]  Moneda española, efectiva unas veces y otras imaginaria, que ha tenido diferentes valores y calificativos. Se han dado a este nombre hasta tres plurales diferentes: maravedís, maravedises y maravedíes. El tercero apenas tiene ya uso

[4]  Alfonso XI el Justiciero (1311-1350), rey de Castilla y de León (1312-1350). Hijo de Fernando IV y de Constanza de Portugal y padre de Pedro I el Cruel

[5] Distrito con una ciudad o villa importante que defendía y dirigía los intereses de los pueblos y caseríos sitos en su demarcación.

[6]  Juez que tenía jurisdicción en un territorio determinado.

[7] Enrique III (de Castilla) (1379-1406), rey de Castilla (1390-1406) y  bisnieto de Pedro I el cruel. A la muerte de su padre Juan I (1390) se abrió un periodo determinado por su minoría de edad, que duró hasta 1393.

[8]  Diezmo de los frutos menores, como hortalizas, frutas, miel, cera y otros semejantes, que se arrendaban y recaudaban con el nombre de renta de menudos.

[9]  Diezmo de los frutos mayores como cereales, viñedos, olivar, etc

[10] Enrique II (de Castilla) (1333-1379), rey de Castilla (1369-1379). Hijo bastardo de Alfonso XI, fue el primer rey castellano de la Casa de Trastámara  y encabezó la rebelión nobiliaria contra su hermano Pedro I el Cruel.

[11] Juan I (de Castilla) (1358-1390), rey de Castilla (1379-1390), hijo de Enrique II. Nació en Épila (Zaragoza).

Fondo de archivo

FONDOS DOCUMENTALES DEL ARCHIVO RELIGIOSO

 

Seminario Conciliar

No cabe ninguna duda de que cualquier  archivo religioso contiene información vital para conocer, de primera mano, el acontecer diario de la época que abarque sus legajos. Todos sabemos de la obligatoriedad que tenían los curas, después del Concilio de Trento, de anotar cuanto de destacable ocurriera en las parroquias, y la minuciosidad con que éstos llevaban a cabo su tarea.  Por eso es importante conocer la cantidad y calidad de los fondos documentales del archivo religioso de Galilea, depositados actualmente en el Archivo Diocesano. Al mes de julio de 1991, las carpetas eran estas:

 

BAUTIZADOS.

 

  • Libro de 43 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre el 8 de abril de 1501 y el 3 defebrero de 1605
  • Libro de 136 folios, en pergamino, que comprende las fechas del 6 de enero de 1606 al 6 de octubre de 1960.
  • Libro de 231 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre el 22 de noviembre de 1690 al 14 de noviembre de 1805
  • Libro de 150 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre el 8 de febrero de 1806 y el 12 de febrero de 1851
  • Libro de  60 folios, en pergamino, que abarca las fechas  comprendidas entre el 19 de marzo de 1851 y el 28 de febrero de 1859
  • Libro de 184 folios, en pasta, que abarca las fechas comprendidas entre el 4 de enero de 1860 y el 6 de febrero de 1889
  • Libro de 90 folios que abarca las fechas que van des el año 1852 al 1919

 

CASADOS

 

  • Libro de  77 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas  entre el 21 de enero de 1548 al 22 de agosto de 1690
  • Libro de 217 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre el 17 de septiembre de 1691 al 2 de noviembre de 1859
  • Libro de  90 folios que abarca las fechas comprendidas entre el año 1859 al año 1987.

 

FINADOS

 

  • Libro de 56 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre el 1 de enero de 1548 al 1 de febrero de 1595
  • Libro de 170 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre el 1 de abril de 1595 al 7 de marzo de 1691
  • Libro de 220 folios, en pergamino, que comprende las fechas desde el 18 de agosto de 1691 al18 de abril de 1824
  • Libro de 65 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre el 29 de junio de 1824 al 30 de octubre de 1859
  • Libro de 90 folios que abarca las fechas comprendidas entre los años 1859 y 1897

 

FABRICA

 

  • Libro de 350 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1646 y 1760
  • Libro, sin foliar, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1761 al 1893

 

CUENTAS DE LA CAPILLA DE NUESTRA SEÑORA DEL PILAR

 

  • Libro de 140 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1729 al 1801

 

ESCRITURAS DE LAS FINCAS QUE PERTENECIERON A LA CAPILLA DEL PILAR

 

  • Libro de 376 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1729 al 1801

 

ESCRITURAS DE LAS FINCAS QUE PERTENECIERON A LA CAPILLA DEL PILAR

 

  • Libro de 376 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1694 al 1770

 

APEOS DE FINCAS DE LA IGLESIA Y SUS ARRENDAMIENTOS

 

  • Libro de 226 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1739 y 1896

 

LIBRO DE LA COFRADÍA DE SAN VICENTE MÁRTIR

 

  • Libro de 276 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1730 al 1896

 

LIBRO DE CUENTAS DE NUESTRA SEÑORA DE GRACIA

 

  • Libro de 170 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1712 al 1824
  • Libro, sin foliar, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1886 y 1978

 

ÁNIMAS

 

  • Libro de 137 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1632 al 1717
  • Libro de 130 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1718 al 1876

 

ANIVERSARIOS

 

  • Libro de 135 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1674 al 1764
  • Libro de 115 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1765 al 1892

 

MEMORIAL DE MISAS DE BELTRAN

 

  • Libro que abarca las fechas comprendidas entre los años 1745 al 1868

 

COFRADÍA DEL ROSARIO

 

  • Libro de 163 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1576 al 1832

 

COFRADÍA DEL SANTÍSIMO

 

  • Regla. En pergamino, data del año 1641
  • Libro de 200 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1722 al 1912

 

COFRADÍA DE LA VERA CRUZ

 

  • Regla. En pergamino, y data del año 1570
  • Libro de 300 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1710 al 1800
  • Libro, sin foliar, en pasta, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1801 al 1887
  • Libro de 173 folios, en pergamino, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1888 al 1931

 

COFRADÍA DE NUESTRA SEÑORA DE GRACIA

 

  • Libro de 200 folios, en pasta, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1888 al 1975

 

COFRADÍA DE SAN VICENTE MÁRTIR

 

  • Libro de 150 folios, en pasta, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1898 al 1942

 

FUNDACIÓN DE MISAS DE DON MANUEL FERNÁNDEZ CERECEDA

 

  • Libro de 100 folios, en pasta, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1913 al 1975

 

APOSTOLADO DE LA ORACIÓN

 

  • Libro sin foliar, en pasta, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1887 al 1982

 

CASA RECTORAL

 

  • Libro sin foliar, en pasta, que abarca las fechas comprendidas entre los años 1922 al 1962

 

CENSOS. VENTAS. CAPELLANÍAS

 

  • Correspondientes a los años 1676 al 1887
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